domingo, 19 de octubre de 2025

           Olga Casado, Roca Rey, y el Divino

                     Por Bardo de la taurina

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 Fco. Álvarez, portador de un arte desafiante

Olga Casado

Llega la imagen de la torera Olga Casado, la del Premio Mujer y Tauromaquia, salida de la escuela sin paredes que honra al difunto ‘Yiyo’.
Está en la pantalla, pero no llegó sola: la puso el matador Amado Luna, el que sueña y cabalga por los espacios siderales, donde ha encontrado una claridad pa’ ver y entender el toreo con un talento como muy pocos lo poseen.

Y hablando de talento —en lo taurino y en lo pictórico—, ese ojo de privilegio que solo poseen las figuras que pintan a las figuras, el maestro Juan Antonio Ruiz, nos hace hincapié en que nos fijemos en un brinquito que da la madrileña Olga Casado.
En vez de girar sobre una pierna para reponerse y dar ese paso mínimo; esta observación del extraordinario artista de los pinceles que es Juan Antonio Ruiz es importante y puede ser tomada como un recurso… o hasta como una innovación.

Amado Luna

Ya está la voz del matador Amado Luna, el que auxilió con sus libros al legendario Rafael Sánchez “El Pipo”, el que creyó en Manuel Benítez “El Renco”, y que a partir de eso inventó y conjugó el fenómeno de ‘El Cordobés’.
Ahí iba Amado, a la vera del apoderado del V Califa, por los andadores de la Plaza de Las Ventas, buscando elevar la cultura mediante la vendimia literaria.

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                       Arte Fco. Álvarez  El idealizador de La Fiesta

La imaginación nos lleva a aquellos ayeres en que Luna, en Los Viveros de Coyoacán, se calzaba los tenis de la ilusión y salía a predicar en la legua la verdad del toreo.


No la de las camionetas último modelo que por placas traen un cheque pa’ abrir la puerta de las ganaderías, como sucedió con el hijo de ‘Juncal’, el que valió pa’ puras vergüenzas del padre.

Hoy, aunque se debute con un traje de la aguja salido de los talleres de Fermín o Justo Algaba, el fenómeno de monaguillos a cardenales no se va a dar en automático.
Los cercanos a Manolo Martínez supieron que, cuando este debutó en La Aurora, lo hizo con un terno que perteneció en un principio al matador Diego Puerta, y de segunda mano al matador Ferriño, y ya de tercera al referido Manolo.

Y hay que subrayar que aún no ha nacido quien se pueda comparar con el regiomontano… ni con el otro.

Y ahí les va esta: viendo a un aspirante, escuché que animaba al toro con un oming, oming…, y ya que me acerqué, oí que lo que decía era coming.


Bueno, se puede ser pata rajada y también bilingüe.

Y es que mientras no se entienda que el torero no es un hobby, a la calabaza le va a faltar piloncillo.

En mucho de esto también los empresarios cargan su costal, porque se quedaron en su infancia, cuando en boga estaba el ‘Teatro Guiñol’.
¿Que cuál era? El de las marionetas o títeres, que es lo mismo que los toreros de troquel: todos están movidos o cortados con la misma tijera Poncista… y entonces, pan con lo mismo.

Dicho de otra forma: hace treinta años que nos han estado dando agua de chía… nada más que sin chía y sin limón.
Y claro que ha habido grandes carteles, más todos ellos apuntalados por extranjeros.


Bueno, como estará la situación que ya ni lo que queda de la Suprema Corte tomó a revisión el caso de las corridas de toros en la CDMX.

Retomemos la conversación ahora sobre el carisma, del que Amado Luna recuerda al otro Amado, a Ramírez “El Loco”, y el escribano se saca de la manga a Valente Arellano, que poseía el son del carisma y de la transmisión; los dos eran la viva conexión con el tendido.


La misma que trae Olga Casado, que parece cerrajera, pues cuanta Puerta Grande se le presenta, la abre.

Un hombre con un caballo

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                         Arte Juan Antonio Ruiz  Rayando en la perfección

Roca Rey y El Inolvidable

Nuestro personaje se refiere ahora a quien llama El Rey.
Andrés Roca Rey no es el heredero del trono, es el ¡Conquistador!

Es diametralmente opuesto en todo a su antecesor.
¡Y qué bueno que el toreo no caiga en una continuidad de más de lo mismo!, aunque lo pasado haya sido esplendoroso.
Aquel es irrepetible.


Esa tarde, con el desatornillarse la coleta, poco a poco, templadito, se desmoronó el mármol del toreo —que era de Carrara, por si alguna duda profana saltara—.
Es más, su toreo fue tan puro que podría provenir de Calacatta, que es pureza certificada allá por los Alpes Apuanos… obvio, en Italia.

Imagen que contiene vaca, hombre, parado, pájaro

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                         Arte Juan Antonio Ruiz Simplemente Divino

De lo del arte

Miguel Ángel exigiría, gritaría por una cúpula en la Capilla Sixtina pa’ plasmar al Señor.
O quizás debió pensar que la plaza indicada para la estatua monumental —que vendrá más grande que la del Coloso de Rodas— no sea la explanada de Las Ventas, sino la de la Plaza de San Pedro.
Y es que se ha ido quien escribió sus evangelios y sus propias encíclicas.
¿Y por qué así? Porque es un Divino.

 

lunes, 13 de octubre de 2025

 

                        Trincherazos aztecas y españoles

Silverio y Morante
‘El Pana’, Mora y Aguado

Bardo de la Taurina

                              Arte Ricardo Guevara

No apeteciendo el vituperio, aclárese —por llevar implícito— que, para esta entrega, en varias ocasiones, el escribano conversó con algunos de los protagonistas que han cincelado los llamados Trincherazos (o Trincherillas), que en ocasiones se convierten en esculturas que cobran vida, impulsadas por el asombro y el júbilo que despierta su puesta en escena.

Y sí, se dice que la popularidad de este muletazo mucho se debió a la que le inyectó el poeta y músico —vinculado, muy probablemente en los ayeres, con los Infantes de Burgo, en el origen de su apellido Lara—, el mismísimo Agustín.

El caso es que el músico nacido en El Puente del Cuervo (calle de Colombia, CDMX) elevó a Silverio Pérez como ¡el Monarca del Trincherazo!
Y aquí cabe escribir que, hasta los días de su muerte, a Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’ este título, con el paso del tiempo, le parecía inapropiado, pues él se consideraba el legítimo poseedor, sobre todo después de habérselo ejecutado a ‘Rey Mago’ la tarde de su supuesta despedida en la Plaza México.

Morante

                                      Arte Escamillo

Al que, en muchas aristas, naiden se le va por delante; tan es así, que es la única figura que puede llegar a Sevilla desde su Puebla del Río por navegación a través del Guadalquivir.

José Antonio es un bíblico que ha escrito su propia obra, en la que capitulean sus Trincherazos duales, pues lo mismo los usa pa’ destroncar al burel que pa’ colorear los claveles de colorado.

Lo cual no les ha pasado de noche al dueto de dos que, a la par, han venido formando los sevillanos Juan Ortega y Pablo Aguado; y que, en el multicitado Trincherazo, han encontrado esa pólvora que hace que las plazas exploten, ya sea con la pureza de uno o con la fortaleza del otro al servicio del arte.
Arte cuya aceptación hoy está costando más trabajo, porque —entre los tostoneros pa’ abajo— un valor como este no cabe dentro de un celular.

En fin, aún hay quienes no se han dado cuenta de que este binomio es la nueva antología.
Y es que, como dijera Carlos Fuentes:

“La belleza solo le pertenece al que la entiende.”

Crédito

Esta entrega forma parte de una pa’ ponerse sobre la mesa en tertulias, charlas, cafeteadas, cantineadas y chateadas, más ahora, con motivo de la Hispanidad, pasa lista.