TRINCAR ES EL VERBO,
INSIGNIA DE LA FIESTA BRAVA
Se dio y se cumplió con la convocatoria de la
tertulia-junta navideña de quienes tienen la responsabilidad de escribir y
hablar en periódicos, páginas webs, televisión, redes sociales y programas de
micrófono de contundencia tal que las expresiones se convierten en 'Voces de
luces' los temas a tratar se pusieron sobre la mesa, desde luego coronada de
viandas rociada de elíxires y armonizada con voz y guitarra de alta escuela, la
tersura, la coba, el cachondeo y la ligereza, sólo estuvieron presentes para
ser desdeñadas o más bien señaladas como una de las causales de que este
ambienté este distorsionado, más el punto medular, álgido, explosivo y de
abordaje fue cuando de la voz experimentada que emergió en su momento de Excélsior
y Televisa por citar que lo es la bien timbrada de Luis Hernández, cual daga lacerante
dijo 'Trincar es el verbo insignia de la Fiesta Brava' ¡Tómala barbón! Que a
final de cuentas eres un Santa Claus y en torno a eso es que cada quien fue
sacando 'sus regalitos' que eso son las experiencias cuando se comparten, el
azufre, las llamas, las pavesas y desde luego las cenizas poblaron la mesa de
las exposiciones unas que se convirtieron abiertamente en debates y otras se
adjudicaron consenso por obvias a la primera, pero trincar era el verbo carnada
y así picaron temas como el de algunos empresarios que con premeditación
planean la forma de chingarse a los periodistas (cuando menos eso creen los
ilusos) ordeñándoles hasta los viáticos o pasajes que se erogan para darle
expansión a sus festejos, ahora sabemos ya que esto de trincar ha llegado a
extremos de que cuando un ‘socio ingenuo’ o incluso toreros se arreglan para ir
en sociedad en el montaje de festejos o en la percepción de los ingresos de
acuerdo al número de boletos que se vendan incluso con los graderíos retacados
a la hora de sentarse a hacer cuentas el empresario previamente mando hacer dos
tiros (impresiones) de boletos con los
mismos números para decirle al ‘iluso’ o más bien a victima, que sí, se veía
mucha gente en el graderío, pero que se debía a que el municipio mando decir
que para que la entrada no se viera pobre en detrimento de la fama de la feria
del pueblo se abrieran las puertas y que entrase la gente gratis y para
reafirmar eso le muestran al ‘socio’ los blocks completos de boletos que obvio
son los duplicados, ¡Mendigos Gandayas!
Luego siguió
el tema de los toreros padrotes, esos que envuelven y halagan con brindis a los
mecenas nobles y millonarios y a la hora de pasarse al ‘chon lagañas’ por la
panza pues ‘nanai’ y eso aquí y en Torremolinos de los dátiles es trincar.
Así que
dejemos lo abominable y dirijámonos al Mercado de San Juan y dejémonos llevar por
el aroma de lo excelso que nos llevara hasta el edén del café expreso que lo es
el Triana Café Gourmet y ahí le invito a usted, es más, le pido lean la columna
de ¿La fiesta en paz? Cuestionador y amable editorial, ¿apelara a la sordera? Del periodista Leonardo Páez que fue publicada en La Jornada impresa el domingo 21 de diciembre y reproducida en la web. http://desolysombra.con/ donde en cualquier momento la puede gozar.

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