El Toro en México
Por El Bardo de la Taurina
Charlando como costumbristamente lo hacemos con el
catedrático Don Eduardo Chabat investigador, consultor y enseñador del Instituto Panamericano de Alta Dirección de
Empresas el IPADE dice que todas las empresas tienen dos puntos de enfoque; el
formal y el real. El primero es el que tiene que ver con todo lo que vemos y el
segundo embarca lo que es lo realista, que no es otra cosa que lo que tiene que
ver con los dineros, factores éstos difíciles que en la mayoría de los casos
encuentren el equilibrio o que satisfagan gustos globales, ¿Por qué la Fiesta de Toros y Toreros siendo
una expresión popular y cultural en México ha caído de tal forma, hasta dejar
de ser negocio?, la respuesta viene en el sentido de que la presencia de los
antitaurinos y/o políticos ha influido mayoritariamente para que así se estén
dando la cosas.
Las palabras de Eduardo Chabat a este escribano no le son
satisfactorias y si provocadoras a la discusión, sin dejar de reconocer que los
antitaurinos en una minoría han colaborado al tobogán en el que por momentos se
precipita la fiesta, pero mayoritariamente la responsabilidad y culpa de éste
peligro desatado hay que repartirla en tajadas, unas más grandes que otras y
que arrancan con lo que ya se mencionó, que es el equilibrio entre lo formal
que puede ser la forma en que se da y lo meramente financiero, así que si a
esas vamos, el desbarajuste primario debe de recaer sobre y dentro de la talega
de los empresario (talega que tiene que ver en su origen árabe con la ta’liqa y
también con la taleguilla) y es que si el negocio llamado Fiesta Brava lo es
así, pues lo que rifa como objetivo a perseguir es la recuperación de la
inversión con su buena dosis de arriesgue y que va tendiente al alcance de
las utilidades lo cual está muy bien, pues nada es de a gratis,
(A excepción de las novilladas en Cinco Villas) siempre y cuando no se caiga en
la voracidad y en la avaricia, que parece ser una constante en muchos empresarios.
Ese objetivo vuelve a decir Eduardo Chabat, no es el más importante
porque el relevante sería hacer tauromaquia, cualquier empresario nos dirá yo
estoy en esto por amor a la fiesta ¿vaya usted a saber? Y aprovecho pa’ decir
que a un empresario si le escuche escupir, el yo estoy aquí ´porque esto es un
negocio y lo que no me produzca me importa un comino, llámense toros y toreros,
que al final son tornillos todos’, ese empresario lo fue el gallego – cubano
Ángel Vásquez, fue un tornillo grande en la Plaza México. (¿Se acordara usted
de quién fue el patrón de ese capataz?)
Luego en eso de las responsabilidades y las culpas viene un
puñadote de ganaderos a los que les pregunto ¿Por qué si son tan taurinos y
aman tanto a la fiesta? ven y permiten que sus animales se lidien en una
categoría superior a su edad, peso y trapío, ¿hay responsabilidad o no en ello?
A los toreros pregunto ¿Por qué en casos permiten ser
apoderados por verdaderos hacedores de dinero y no de fiesta? o más aún por
gente que no respeta la dignidad del toro, y aquí echando mano de la ironía les
pregunto a todos los toreros desde Ponce y Juli hasta los más modestos, ¿alguno
de ustedes cuando por la puerta de toriles, les ha tocado un animal indigno, han
salido al ruedo y poniéndose debajo del palco de la autoridad le han dicho al
juez? esto no lo toreo porque es un animal indigno, impropio, una vergüenza
para esta plaza y una falta de respeto a todo el mundo empezando por el torero,
los aficionados, la plaza y la fiesta misma. Si alguien lo ha hecho por favor
que me marque pa’ invitarlo a cenar y hasta regalarle a una de mis hermanas.
Y no puedo dejar de
soslayar el enorme socavón que significa que la fiesta en los momentos que más
necesita de plumas y voces convincentes (con algunitas excepciones) ande en la anorexia y en ese derramar la miel
del perol y derrochar sapiencia, seamos incapaces de despertar un interés o atracción que
pueda coadyuvar a ser parte integral de la fiesta.
Esos son los principales motivos que han sacado a la gente de
los tendidos, muchísimas veces con la tolerancia del público y desde luego con
la de las autoridades las que o se hacen de la vista gorda o se pasan por los
genitales las normatividades del respeto a lo largo y a lo ancho a lo flaco y a
lo gordo del cuerno de la taurina.
Y como ya la empresa de la Plaza México lleva dos tardes en
que está haciendo bien las cosas en esta temporada, pues mejor me ocupo en
decir que éste domingo ante un encierro Capariqueño que invitó a descorchar una
de Mataromera, de ese que se cría en la Ribera del Duero porque los Muñozcano
& Viezcas, andan con buena crianza
en el entendido que no hay cosechas parejas, ¡Ni que fueran Red Bull! Y subrayar
que los ganaderos demostraron su voluntad y afición pues cuando menos tres de
sus novillos por el trapío con unos meses y granos más se los andan comprando
como toros.
Tres novilleros que todavía están pa’ bureles sin piquetes
largos, pero que si exigen ser banderilleados con los arpones hasta que los
palos besen la piel del novillo, lo que
no siempre todos los toreadores de apoyo logran y por eso luego
los novillos andan con una conducta exigente en la muleta, pero vayamos con Miguel Aguilar, que se llevó un par de orejas
que con aceite de oliva y orégano le van a servir probablemente pa’ ser
convidado a una de triunfadores, Juan
Pedro Llaguno va como los pintores, a base de trazos vistosos, que el día que los conjunte va armar una faena pa’ enmárcala
y Tato Loaiza dejó ver por
momentos arrojo en la gayola y en los de hinojos de inicio pero no estructuró
sostenidamente y como esto es de consistencia, pues a otra cosa mariposa y a
seguir el vuelo.
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