Arte Israel Hernández "Escamillo"
México
y anexas
Las
Bardianas
En Cinco Villas la
incubadora de novilleros a la que un día
los toreros que sintieron el miedo de poder llegar a ser desplazados por los
embriones que ahí se estaban forjando, le voltearon la cara, sigue siendo cuna del
arte en muchas aristas porque el torear no es más que una más de las
manifestaciones de la cultura taurómaca, y por eso bajo la lámpara mayor que desde luego es la del señor sol que entre
muchas virtudes tiene la de asolear las tardes de toros en donde en las que
miran pa’ arriba a cielo abierto, le tienen concedido el mayor número de los
derechos de apartado que lo es todo el tendido de sol, pero también el astro
rey da brillo a los ambientes y cuando estos se conjuntan hasta maridarse
previos y posteriores a los festejos como condicionante brotan las charlas y se
imagina usted una en torno a la circunferencia de una mesa redondita y blanquita
como botón de camisa de torero, en donde la voz torera la de un gigante
legendario Gabino Aguilar emanado de la tierra brava tlaxcalteca de San Mateo
Huiscolotepec, desde la que se proyectó hasta merecer por cojones propios la
investidura de matador de toros en la Monumental de Las Ventas de Madrid, donde
el festejo se anunció como Gran Corrida Extraordinaria de Beneficencia a
celebrarse el 23 de junio de 1964, toros de Atanasio Fernández, en la que como padrino de alternativa
emergente fungió Andrés Hernando y el testigo por caprichos de las
circunstancias que alteraron el orden programado, lo fue nada menos que quien
llegaría a ser el Quinto Califa de
Córdoba, Manuel Benitez Pérez “El Cordobés” y que decir del recuerdo sevillano
donde el maestro Gabino hizo columpiar de par en par el Portón del Príncipe.
La tertulia matutina
gira y gira con el matador y ganadero del Batán, su hijo Francisco quien
también es criador de bravura, lo cual hoy es un milagro por parte de padre y
de madre (votos por la salud de la patrona), a lado de ellos los hermanos
Lorenzo Hinzpeter, José y Carlos compañeros y amigos perdurables de Placido
Domingo en el Instituto México, de quien platican le endilgaron el sobre nombre
del ‘Niño Granada’ por aquello de que en todas las festividades maristas se
arrancaba con Granada, del inmenso maestro Agustín Lara, la voz musical en la
mesa la pone esa interprete Lariana que lo es Magia, así que entre tanto arte, cafecito
cortado y el comenzar del desfile de los manchegos, el matador Gabino pone
sobre la mesa el nombre de un pintor de trazos polifacéticos “Escamillo”.
Francisco Aguilar ganadero del Batán empieza a volcarse en
elogios a los lápices, carbones, tintas y colores que se han convertido en arte
y como por arte de magia de la palma de su mano comienzan a aparecer una tras
otras incontables muestras de este joven artista avecinado en el estado de
Querétaro, su caleidoscopio de presentación se va tornando sorprendente en la
línea de lo que se puede decir es el arte fresco, pleno de modernidad pero
sobre todo de originalidad, “Escamillo” se pinta en el abordar temas no solo
torísticos, sino torerísticos y da la vuelta al ruedo cuando aparece la
cabalgata de sus caballos, el ganadero la sigue bordando en una faena convincente
al apoyo que se le debe de dar a su paisano y como aquí hoy hemos descubierto
con sorpresa y admiración a los Aguilar padre e hijo como entusiastas del arte pictórico
del que nos invitan a admirar la obra de “Escamillo” pues los secundamos
trayendo a la palestra a este artista, ya sabe usted esto es como la fiesta,
mientras más toros le quepan a uno en la cabeza más amplio será su universo e
igual con el arte, que en este espacio
siempre será bienvenido. (Facebook Israel Hernández)
La música la ponen ‘Los Violines Internacionales de los
Hermanos de Aguascalientes’ que lo mismo van a los acordes de Amadeus Mozart
que con los de Juventino Rosas, son espléndidos en el repertorio y alegóricos en
los arreglos. Carlos Lorenzo Hinzpeter que es uno de los íconos bibliófilos de
ese grupo cultural el que en sus albores barajeó los nombres de ases como José “Pepe”
Alameda, Don Julio Téllez, Salvador García
Bolio, sigue disertando con claridez pero
sin arrogancia y ya está diciendo, si
las encuestas nos andan notificando que
las corridas de toros cuentan con más adeptos que los que asisten a la Opera colocándola
como una arte de muy baja convocatoria y aceptación, ¿entonces por qué a ella no
se trata de desaparecerla y sí a la fiesta de toros?
La respuesta pudiera ser que aunque en la Opera también
existen los celos, no está minada
por enemigos del mismo gremio disfrazados de ovejas y aquí cabe la explicación
del por qué considero que Cinco Villas, nunca fue como ya dije defendida por la
torería, y por eso entre otras cosas, como que el mal ejemplo cundió, hoy día
los mamadores de las arcas del pueblo en Texcoco, andan violando las mentes de los niños que en esa jurisdicción
son rehenes de los mercenarios que más
que asesinos de la cultura, lo son de las libertades de los seres tiernos, más
bajo y más ruin no se puede caer, y ya que andamos sobre eso de los enemigos,
recomiendo ampliamente la lectura del libro ‘La Entraña del Toreo’ de la autoría
del maestro Vicente Zabala, con prólogo de José María Pemán editado por Prensa
Española en Madrid en 1967.
El utrero no es toro, aunque se le pongan gordo y regordito y tengan peso de toro.
El utrero es siempre novillo. Cuando se lidia un novillo por toro, se le hace
al novillo honores inmerecidos de toro…
Todo el arte del toreo se desprende de la bravura de los toros.
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