domingo, 8 de noviembre de 2015

Letras en Puntas 3

 
Julián López ‘El Juli’ y Octavio Garcia ‘El Payo’

6 Fernando de la Mora 6

por Bardo de la Taurina

Dado que el serial invernal de La Plaza México arrancó con un cartel  fuerte y luego para la segunda le bajaron y por ello el panorama para esta tercera del 8 de noviembre, el ánimo andaba como las serpientes, por los suelos, por lo que la empresa tenía que sacar de la alacena dos condimentos para darle sabor al guiso, el madrileño del barrio de Velilla de San Antonio, Julián López Escobar, ‘El Juli’, y Octavio García González ‘El Payo’, joven de ensortijada y aurea cabellera  conocido lo mismo en Madrid que en México y ante esos nombres se esperaba que el público se retratara de frente y a colores en la taquilla, la cual fue despreciada por la gente que firma las buenas entradas, no como la de este domingo que apenas fue copeteada por arriba de la mitad.

La tarde pa’ decirlo de una vez, fue de esas para el olvido, pues cuando una ganadería fracasa tan estrepitosamente como la de Fernando de la Mora, se lleva entre las patas a muchos, aparte de los auto golazos que se metió su propio creador, hay que reparar en varias preguntas, desde luego la primera ¿Por qué los ridículos, minúsculos, denigrantes pitoncitos que apenitas asomaban sobre las caras de vacas de los cuadrúpedos, no correspondían  con las pocas carnes que estos traían?, ¿qué eran toros defectuosos, carentes de peligros?, ¿Por qué a los remedos, no les colgaban las bolsas de los testículos lo suficiente?

Otra ¿que los apoderados no se dieron cuenta que las miniaturas dañarían gigantescamente a sus toreros?, ¿cómo fue posible que la empresa consintiera que esos ratones desbigotados aparecieran en público, así se los haya impuesto quien haya sido?... Así la dignidad que están tratando de recuperar para la plaza nunca la van a lograr.

¿Cómo la empresa permite tener entre sus jornaleros a un señor que debe de tener más de los setenta años, que tiene la plaza? y lo ponga a ejercer como responsable de puertas de toriles en la cual hoy pudo haber muerto, cuando por la falta de intuición, pericia a un toro devuelto le cerró la puerta y le dio la espalda sin percatarse que el toro todavía no había entrado a la manga. Y aquí si cabe un llamado de atención a la Secretaria del Trabajo y a la Comisión de los Derechos Humanos, para que por el bien de este adulto, muy mayor y de otros que por ahí andan pululando, tomen cartas en el asunto, porque si hoy la muerte no bajo al callejón, fue de milagro.

Coordinación Taurina de la Delegación a la que está adscrita la plaza más grande del mundo: Es necesario que llamen a cuentas a quien ejerce la función de Inspector de Callejón y que rinda un parte del ¿Por qué se le permitió a un regordete usara el ruedo de la plaza para exigir una chamba de banderillero y cuando terminó de ofertarse, lo convidaron a que volviera al tendido tan campante?

Igualmente el gobierno tiene que exigirle al señor que puso de juez a que explique el criterio desvirtuado que aplico a la hora de aventar o regatear las orejas, como lo hizo con el madrileño.

¡Ah! y de lo que sucedió en el ruedo, nada que escribir, a casa.

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