En el toreo la firma que aparte de ser pase es rubrica de personalidad, el aroma de agave y de jazmín y la percha que es envoltura de regalo fino, son el arco iris que le pone luz a los alberos cual lo hizo Alfredo Ríos ‘El Conde’ artistaque el domingo último enfundado en un terno monárquico de esos que salen de la Calle de la Aduana 27, vecina de la Puerta del Sol y de la Calle de Alcalá donde ‘Fermín’ viste en Madrid a los personajes señeros de la fiesta nos mostró el sol y el eclipse del ritual de las cornamentas y las coletas bordando de inicio un quite por ‘Serpentinas’ con el verde Macarena del envés en los vuelos y esclavina bordada en la capa que fue toda una festividadde esas que hay que recordarlas cada año en los días de festividades y que sirvió para aromatizar el ambiente y es que este tapatío es de esos símbolos de la estética sin la cual en este galimatías difícilmente se va a ningún lado y es por ello que siempre tengo presente aquello que repite el maestro Reynaldo Torres - ‘Torero que no tiene percha pa’ un lienzo’ no gusta - y esto viniendo de un artífice de lo hermoso, el que en una noche de lujuria pinto de pasión a la frívola y radiante Ava Gardner, sí, que pesa y ‘El Conde’ va que vuela pa’ un cuadro que de hecho otro grande el artista de taurina Francisco Álvarez ya se tiro al ruedo (http://charlasdeltupinamba.blogspot.mx/) y es que en verdad la estampa lo amerita con creces, y luego vendría la más machista demostración de pundonor y valentía que rayo en el sacrificio cuando ‘El Conde’ con el cuerpo tasajeado a puñaladas, que en longitud alcanzan el largo de una espada, con una charrasqueada en la cara y otra cornada más en la mano diestra, se tiro con esta a carne abierta a matar a un toro, el cual, que si no mato al torero con su edad, saña y cuerna fina fue por cosa de la milagrería o tal vez porque presintió que este tapatío de ardiente corazón envalentonado se quedaría en el ruedo pa’ cumplir a carta cabal su pasaje épico y si es que hay que decir que con muchísimo menos perforaciones carnales, muchos y todas se hubieran ido a buscar el burladero de la enfermería, pero ¡no!,Alfredo Ríos ‘El Conde’.
CESAR PASTOR EL APODERADO

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