viernes, 26 de junio de 2015

BARDO, ESTAS AMARGADO


El juez de Plaza México Gilberto Ruiz Torres, después de un diálogo le decía al Bardo estas ¡Amargado!  el calificativo me calló francote y cojonudo,  mas he meditado si el adjetivo de Amargado está maridado con el de realista o decepcionado y como no voy a estar Amargado  después de asistir el sábado a la Plaza de Cinco Villas a presenciar un cartel   conformado  por seis jovencitos que estaba visto desde en de ´nantes con la salvedad de rigor no tienen el carácter, la capacidad y el toreo  pa' siquiera pensar que van a comer de esto tres veces al día y menos con manteca, así  les metan toros por las orejas y el rabo, fui testigo de una novillada en la que por primera vez,  no se escuchó un  ¡OLÉ!, vi  que los bureles no ofrecían mirra pero también  que a la mayoría de los de luces les faltó, técnica, capacidad, inteligencia, viveza, claridad, habilidad, imaginación, hambre de triunfo, mando,  temeridad, enjundia  y por algunas de estas causas entre otras hicieron ver más complicados a los novillos como por ejemplo al permitir herraderos  en varas y arpones y después  fueron incapaces de sacarles lo que aunque muy adentró  tenían algunos novillos, ¿dónde estuvieron los doblones riñonudos, el toreo por la cara, el toreo por alto, los muletazos  temerarios y los destronques rematados con escalofriantes desplantes? y pa' rematar en las caritas de todos ellos en ningún instante apareció un rictus de decepción, de vergüenza por no cumplir, de contrariedad, de rabia por no haberse tatuado en el ánimo de un público de almíbar para el que hoy son invisibles.

¡Sí, estoy Amargado!  Y ya en la soledad como aquel 'Tonto de la Colina’ le pregunto a la luna ¿dónde están los Félix Guzmán, los 'Joselillos', los Valente Arellano? sigo rumiando mientras inquiero ¿de que sirvió esa frase de aquel novillero cumbre llamado Manuel Benítez Pérez 'Si el toro no embiste, lo embisto yo’?

 

 Ya cállese pinche viejo amargado, porque al rato va a pedir que los novillerines se salgan del cliché, que toreen con arte, con largueza, con hondura, con entrega, con pasión, con temple, con aroma, con imaginación, que se coman al toro vivo, que sellen con personalidad, que estén conscientes que si no triunfan a como sea se van a formar a la cola a esa que comienza en la legua donde cien desalmados se parten la madre para salirle a un pitón que trae la muerte en los diamantes y hay que besárselos pa’ que la gente los tome en cuenta, y es que en esto si se quiere ser Diamante y más del redondel  hay que arrimarle la panza a los diamantes,  decía ‘El Ogro de la calle del Pino’ - ¡quítese los tenis y los raídos calcetines, le quiero ver las ampollas, los callos, las plantas quemadas por la carretera y de una vez descamísese pa’ constatar los verdugones y los fuetazos de los caporales, los varetazos, las cornadas y enséñeme los dientes filudos de arrancar orejas a como sea y ‘Don Difi’ seguía ¿y sabe usted granuja, que traía Juanito Lavín en la bolsa la tarde mortuoria? la dirección de su madre pa’ que  le avisara que su hijo se la había jugado  en un pueblo sin nombre, porque si no se le montaba al toro se la pellizcaba en los carteles del mañana, ¿sabe por qué a ‘Joselillo’ la empresa lo repetía en la Plaza México, una tarde si  y la otra también?, porque impactaba y triunfaba a como diera lugar.

 
Si soy un Amargado pero prefiero ver la fiesta en blanco y negro que en colores  que muchas veces son un engaño y por eso les digo toreritos, un día un torito les va a meter un chingadazo con cuatro cirios incluidos, o más jodidos  una voltereta los va a paralizar ‘forever’ o a dejarlos turulatos, así que si no tienen ni los tamaños, ni los arrestos, ni la determinación pa’ ser figuras, no vale la pena que sigan en esto, no se engañen, ni engañen, porque el toreo es de los elegidos, pero también, los no elegidos se mueren vestidos de focos.

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