viernes, 12 de noviembre de 2010

INAUGURACIÓN TEMPORADA PLAZA MÉXICO...por El Bardo de la Taurina

 Inauguración   Temporada  Plaza México

Los meros grandes le entran a la charla
     Gaona – Garza – Silverio – Manolo

Desde siempre el elixir del café  que se bambolea hirviente entre el  grueso cristal de aquellos vasos espumosos por el chorro de  leche que les vertían en el legendario Tupinamba,  me hacia  soñar como se daría una charla entre los figurones de la torería azteca y ubico a Rodolfo Gaona ‘El Califa de León’ con su sombrero calañés tan español, su habano caro y aromático y su sesear castizo aunque salga del cogote de un ‘Indio Grande’, el que por primer apelativo recibió el de ‘Relampaguito’ y del que como otro dato anecdótico fue nombrado ‘Rodolfo I Presidente de la República Taurina Mexicana’, como también fue glorificado al imponérsele la Tiara Pontificia asumiéndose con ello como ‘Papa del Toreo’.

A su vera la  imprescindible y siempre bien resaltada  personalidad y el carácter hecho torero que lo fue la estampa de Lorenzo Garza ‘El Ave de las Tempestades’ traje de lana a raya de gis, camisa de seda, zapatos del Borceguí y paliacate de granada encendida le dan vida al torero prototipo del hombre que nació para pisar fuerte dentro y fuera del albero.

Por este lado Silverio Pérez ‘El Compadre’ que era tan mexicano que hasta la fecha de nacimiento se cambio para coincidirla con el día de La Revolución y que aparte de que gustaba de las guayaberas también le dio por ser ranchero, monto su granja y olvidado de los toros se dio a consentir vacas para exprimirles la leche y a ratos hasta fue lidiador político.

Se sentó donde se le dio su relegada gana pues así fue siempre Manolo Martínez ‘El Mandón’ soberbio e intolerante, displicente, de pocos amigos pero de ellos leal como ninguno, con su cabello ensortijado, sus pantalones Topeka que tanto confort le brindaban, su camisa norteña, el Rolex que decía no era bonito pero efectivo a la hora de dar la hora, que siempre era la que él quería.

Y como el túnel del tiempo nos da para fantasear pues paremos oreja en esa mesa monumental en torno a la cual el póker de maestros se enfrascan más que en un diluvio de opiniones en un toma y daca, que es  imperativo y resulta ilustrativo y hasta inverosímil, ya adentrados en lo que es y será la Temporada del año 65 de La Plaza México resulta sorprendente que lo que aconteció en la primera corrida del serial 2010 relativo al ganado, de alguna manera haya sido predestinado por Rodolfo Gaona cuando en el año de 1963 dijera <Se perdió el aficionado de hoy del toro con los cinco años cumplidos, con toda la sangre peleadora para defenderse y acometer con mucho sentido y temperamento en la cabeza, correoso y duro de patas, ese Toro ya no lo cría ningún ganadero>               
Y ante lo que sucedió el domingo 7 de Noviembre de este 2010 en el ‘Embudo de cemento’ solo pensar ¿O ‘El Petronio del toreo’ tenia una Bola de cristal o era un visionario?  ¿O cómo pudo predecir lo que hoy está ocurriendo?

Claro que Lorenzo Garza que siempre tuvo marcada predilección por ciertas ganadería hubiera expresado que el toro que ellos torearon era poseedor de una bravura mucho mas pura y eso tenía ‘guaza’ pero que también los toreros entendían y se acoplaban a esa embestida porque estaban mucho más metidos en la profesión, mucho más comprometidos, con mucho más dignidad y por ningún motivo se dejaban que otro se les fuera por delante y para muestra bastaría con recordar aquel mano a mano que el propio Garza sostuvo en la Plaza de Madrid  en 1934 con ‘El Soldado’ y donde Luis Castro se tiro a matar al toro con un pañuelo y en el siguiente Garza lo hizo a mano limpia,  hoy ¿cuando se ve eso?

Silverio como excelso artista que lo fue en toda la dimensión de la palabra daba la impresión de aceptar que ahora el toro de estos tiempos permite al torero ser mas artista y por eso surgen figuras del calibre de Enrique Ponce porque de alguna manera el toro nuevo es mucho más suavesote, va a otro ritmo y el temple alcanza el éxtasis lo que no hubiera sido posible con los toros a los que se enfrentaba Gaona, Belmonte, Joselito  y toda esa caterva de toreros maravillosos que lo fueron los de aquella época que en realidad hay que reconocerlo, eran más lidiadores que artistas ¿será este el caso del ‘Zotoluco’?

¡Naa de eso! Dice Manolo todos los toros tienen su lidia y sí se puede ser lidiador y artista al mismo tiempo, nada mas que para que eso  hay que ser un elegido, conocer demasiado al toro, estar mucho tiempo cerca de él en el campo, tener una cabeza pensante y ubicada en el momento de enfrentarlo en la plaza porque los toreros son arrebatados y están más a lo que les dicta el publico que a lo que el toro pide y por eso andan a las valentonadas a los parones, a los atropellos ¡no entienden al toro! Ya lo dijo el maestro Renato Leduc refiriéndose a mi menda ‘Manolo piensa como toro’ si pero aparte hay que tener sensibilidad, arte, duende y es entonces cuando se dan figurones de la talla de Antonio Ordoñez, de Paco Camino, José Mari Manzanares de mi mismo y ahora de Enrique Ponce.

Y ante todo lo vertido en la mesa viene fresco el recordar al ‘Poeta Morales’ quien se decía de si mismo <Soy el más grande charlot que ha dado México; el más famoso ciudadano que haya pisado la calle de Bolívar, ‘El Artista Morales’, con veinticinco años de ejecutoria en cafés y cantinas> en donde de entrada se plantaba se despatarraba y al tiempo que  dibujaba  una Verónica a un toro imaginario exclamaba <El capote, arrastrado, la mano baja, del tercio a los medios, la pata adelante, la cintura torera, la quijada rítmica acompañando el viaje y si es posible el toro chico y el billete grande y si no se puede a como salga>

Gran similitud con lo que el domingo vimos en la Plaza México, y seguiremos viendo cuando aparezcan toreros ibéricos y franceses; puede ser pura coincidencia ¡Pamplinas! Esto ya se volvió  costumbre y lo peor es que el ejemplo cundió entre algunos coletudos mestizos que en las rancherías en que han convertido las plazas, (Con honrosas excepciones, como Guadalajara)  hacen de la suyas y eso sin hablar de las mochadas de pitones que todavía les meten a los pequeñajos.

Los ánimos van subiendo y no precisamente por las discrepancias sino porque con tales aseveraciones algo está quedando claro y la verdad siempre molesta,  pero hay que evidenciar  que todos los tiempos fueron y son distintos y se bailaba a diferente son, aunque eso no todos lo comprenden por eso los aficionados añejos  extrañan los tiempos del Tupinamba y nosotros también así que hasta aquí la dejamos porque las figuras tienen que volver a sus catafalcos.

Bardo de la Taurina
Sin fecha en el calendario


* Imagen: Tupinamba, 1934 by Caroline Durieux de la Exhibición Radioactive Wit.  LSU Museum of Art








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