El Toro en México
Por Bardo de la Taurina
Comenzare por el principio, que no necesariamente es con lo
que debería de arrancar esta columna y es explicando o más bien, refiriéndome
al título con el que he cabeceado, ‘Desde el carajo’ es el título de una
columna que se ocupa de temas genéricos que sale de ésta misma tinta, toma el
nombre de esa canastilla que remataba en las alturas del mástil mayor de las
embarcaciones de vela, según definición de la Real Academia Española,
sin duda el hecho de mayor envergadura que ha tenido que ver con el carajo lo
fue el que se suscitó en tiempos del descubridor Cristóbal Colón, con aquello
que pregonó uno de sus navegantes; ‘Tierra a la vista’, precisando; carajo es el
punto desde donde alguien a la distancia,
vislumbra lo que no todos los ojos pueden ver.
Se podría decir que México
taurinamente hablando, tiene la mayor cantidad de carajeros, que a miles de millas náuticas no solo vislumbran
sino que juzgan imperativamente como si hubiesen estado montados
en el carajo de una nave navegando en Las Ventas, todo esto viene en referencia
a lo que en Madrid sucedió el viernes 2
del mes que corre en curso, durante la feria de San Isidro y que en México no
se vivió y solo se vio a través de la televisión
o de las computadoras en relación a lo
que realizó o dejo de realizar su majestad Enrique Ponce, las imágenes satelitales son solo eso, imágenes, que se están
sucediendo a 9076 Km. de distancia, pero eso es nada pa’ los exhibicionistas de
ambos sexos que con tal de darse a notar en esta tierras de loros y guacamayas
están excitados por la forma en que
fueron reconocidas las faenas que realizó el torero valenciano.
Aceptamos la libre
expresión de los medios profesionales o amateurs (sin que sea obligatoria la
coincidencia) sabemos que existen quienes guardan equilibrio en las redes
sociales y quienes juegan a escribir orgasmos o frustraciones, la oscilación va
entre que si después de que el torero majo se fue con un metisaca y un pincho,
pa’ luego recetar las estocadas de ordenanza, ¿fue atinado el que fuera premiado a peluda
por toro?, lo que le valió pa’ salir por la Puerta Grande, acción que resultó
justo pa ’algunos e injusto pa’ otros.
En este caso hay cuatro involucrados en la masacre de la
cordura o en la alegoría de la justicia,
donde los actores principales que lo
fueron los toros y el torero, pasan a
segundo término, desde acá a quienes se
está juzgando es al señor presidente y a la afición madrilista, a usía por
haberse hecho eco de la que debió de haber sido mayoría entre algo así como
24,000 almas, ¿justo o injusto el otorgamiento de las orejas?
Por obvias razones, no
juzgare al juez de plaza porque ya se sabe que yo estaba en el carajo o sea
lejísimos del lugar de los acontecimientos, donde las distancias de los
terrenos por más fidedignas que sean las tomas son distorsionadas y se ven en
un cuadro y no siempre en el contexto global de la embestida y la salida, no
sentí como me dijo alguien que ahí estuvo, cómo se cimbraba la Plaza de las
Ventas, cómo los presentes se expresaban
en un olé gigantesco, no vi en vivo como
se veía la plaza tapizada de pañuelos blancos, no escuche porque me dicen que
allá tan poco se escucho reclamos por los premios, ni por la salida en
volandas, si todo eso fue excedido, tampoco lo sé, lo que sí sé, es que el
maestro Enrique Ponce cambio el curso de la historia y no me refiero a un antes
y después de él, porque eso ya lo había hecho desde en denates, aceptando que a
lo mejor no es el mejor torero del mundo, solamente es el que le dio y le está
dando nombre a esta época del toreo que es la de Enrique Ponce y subrayo que
esto no lo digo por lo de esta tarde, que creo quedó a deber pa’ completar
el caldo.
Y vuelvo a eso de que cambio la historia porque hoy en pleno junio
nos remontó a la Semana Santa, pues hasta donde alcanzo a
ver como a consecuencia de su cuarta
Puerta Grande, muchísimos aficionados, otros borregos de ocasión y gatilleros de oficio, se están abriendo las venas y las carnes como
en cuaresma y otros de euforia siguen aventando incienso por los poros y eso
¡Sí es histórico!
Y solo reconocer la grandeza de Ponce, que quienes lo vieron
en la plaza aseveran que esa tarde blindo su toreo de telas con la maestría, el
valor, el poderío, la inteligencia, la hermosura, la enjundia de un superdotado
y por si algo le faltara, un presidente en la meca del toreo que lo es Madrid,
lo consagró con sus decisiones como el torero que mayor polémica ha provocado
en las últimas décadas…lo que no es cosa menor.