domingo, 23 de junio de 2019

La Fiesta No Está en Paz… Toros y Grilla.


México y anexas… las Bardianas


Huamantla, con sus tapetes de pueblo mágico, los del artista Sabino Hernández quien además pinta lo taurino sobre lo antiguo, como esa puerta de hacienda de encino a la que un siglo o dos o tres, no han vencido y ahora es arte puro para el gozo de los anticuarios y por supuesto de los taurinos. Ahora sí literalmente a Porta Gayola  la Casa de Coahuila. A. C.  prometía algo prendido al anunciar al controvertido charlista Leonardo Páez el de ‘La Fiesta en paz’, que no está en paz y por otro lado al hombre que a partir de un sombrero, unos bigotes y un monte de billetotes, ha conseguido escalar hasta el Senado de la República, Armando Guadiana, nunca quedó definida la partitura de la charla, pero a como hubiese sido  la contienda, encuentro, participación o simplemente compartimiento de estrado, se veía, no dispareja sino lo que le sigue y es que ante Leonardo Páez casi cualquiera traga tinta, pero claro que no se trataba de enfrentarlo, la concurrencia honró la cita puntualmente, porque las 7. 00 p.m. no son las 6.59 p.m. como tampoco los son las 7.01 p.m., ya el charlista taurino  desde endenantes se había bañado en ducha de pueblo, mientras que el Ing. Guadiana imploró aquello que escribiera el maestro Roberto Cantoral “Reloj detén tu camino…” y así nos dieron las siete con sus cuartos de hora completitos, las ocho con su mitad que fue rebasada hasta los veinte pa’ las nueve en que apareció el del sombrero texano.

Como “El hijo del hombre”, que es como se autonombra Páez, permanecía en espera de a quien nunca debió de haber esperado, ¡ni un minuto!, fue abordado por el Bardo digamos tras bambalinas en presencia de Alfredo Álvarez Padilla pilar de las  ‘Tertulias Grupo  Once’ y con él como testigo le expresé;- Si lo decides nos retiramos porque esto es una falta de educación. Primero a Leonardo Páez que  es una figura, que está pa’ alternar con los de su rango y no en un festejo mixto, le dije; -Acuérdate de aquella noche en que el franchute Sebastián Castella, un cinco de febrero llegó a la Plaza México cuando se le dio su gana, encontrándose en su camino a ríos de gente que se había cansado  del desaire, Páez y Álvarez convidaron a qué, esperáramos. ¿Se imagina usted esa espera en el Senado?

Nos recetaron guitarra flamenca que era la de Lucio, bailables campechanos con explicación al calce de la influencia española de la que gozan, otra guitarra con el sentimiento de Yuyín de León, una desafortunada, larga y aburrida oda a Guadiana, en voz de su primo Tijerina, una representante del titular de la casa coahuilense dijo que ahí era un lugar donde se respetaba lo mismo a los taurinos que a los contras, luego el organizador José Inocencio Rodríguez Barrera el popular “Chencho” que  se veía  estaba pasando las de Caín, enumeró a las personalidades que ahí se encontraban, tarde, ya muy tarde se amarró los machos y pidió la presencia en el escenario del  iluminado Leonardo Páez, el que  a las primeras de cambio aludiendo a la norteña ‘Cultura del trabajo’, empezó a chambear con una de sus faenas que más puesta tiene y que es esa, en que de la petaca saca la empinada que le han  dado a la fiesta el duopolio  Alemán & Bailleres, (en épocas separadas pero continuas). Aludió a los toreros marca que torean unos toros ídem y dijo;- Figuras son los que llenan las plazas, así que en México por lo tanto no hay figuras. Así la fue bordando, “El   Antonio Ordóñez  de los charlistas”.

Es templado, cadencioso, sabio en el armado del tinglado, construye cada frase pensando ya en la siguiente, siempre queda bien acomodado en el terreno, nunca se echa el toro encima y sabe  que pase a pase, tanda a tanda, va dividiendo porque él es siempre muy cuestionable, más con su modulación controla el que nadie lo interrumpa, nunca arrebatado y sí en cambio tan melodioso en su hablar que en las más de las veces es convincente y es que quien es adorable en el decir siempre luce hermoso en su alocución.

Piensa que el torito de la ilusión es el que torean;  -Los Ponce, los “Juli”, los Hermoso y ahora Morante…- Nunca nombró a “Pepe Tomy” que ya se vio una vez más le sale a los críos tiernos, va explayándose dando a entender  que aquí hay toros serios pa’ toreros a los que se les niegan las oportunidades, esas que ahora se le dan al español Antonio Ferrera,  ese personaje multifacético que un día se avienta de cabeza desde el ‘Puente de las tres cabezas’ al río Guadiana, luego se va a Las Ventas con su orfebrería barroca, y vuelve a las andadas llegando de grana y oro a la plaza en Badajoz al volante de su Renault.

Y ahora sí, al encanto del monólogo, se lo cargó la chifosca, llegó Guadiana y desde abajo del sombrero albino dijo que su tema iba a ser ‘La grilla y el toro’  los cuales no solo no domina sino que no camina en ellos ni en lo esencial. Un mariachi acompañó a un  cantante autista Isaac Zaldivar Retana que desfogó su arte en los pasodobles, más hablar con su paisanada de lo que solo él quería, cuando todos esperábamos no un guiño sino  con detalles, pelos y detalles a cielo abierto la confirmación del pleito personal que trae con el exgobernador  Rubén Moreira, que ha llevado a este en represalia, hasta la amenaza de ahora sí, de una vez por todas presentar una iniciativa constitucional tendiente la abolición de la Fiesta y  solo agregar que si la bancada del PRI le sigue la vendetta al legislador “Moreira ll” la sobrevivencia de las corridas de toros va depender de cómo voten los y las morenas, así que a pedirle a la “Virgencita morena” que se apiade de la Fiesta que llegó a esta patria antes que ella, que también tiene pasaporte español, y colorín colorado, que venga el mezcal de la región y los tintos de por allá.

Ya pa’ esas horas se había expandido como reguero de pólvora la pendejada esa del populista de la dictadura regalando nuestro dinero a los salvadoreños, que no tiene otro fin que írseles metiendo como la humedad a los centroamericanos, soñando que sus tentáculos van a crecer hasta allá, buscando erigirse primero como el salvador y luego como el todo poderoso  de Centro América, así que pa’ él, los millones de dólares que birlo al erario mexicano no son una dádiva sino una inversión, y lo que es la vida si ese dinero le llega a la gente de allá una tajadota regresará a México en pago pa’ los polleros.

 En el epílogo ya en la socialité no se habló mucho de toros, porque el horno no está para bollos, una mirada de disfrute al arte de Antonio Zepeda, Arturo Lima Lima, René Hernández, Romarico Vieyra, todos ellos coordinados por la entusiasta Martha Retana Cano y me fui recordando algo de Páez, más o menos en el sentido  de que; -Hay  toreros como políticos que trabajan pero que su trabajo no luce- si es, que es así, no sé ¿Por qué quién sabe si trabajan?,  de lo que si estoy seguro estoy es que los de pantalones largos o falda corta no le pone la barriga al toro de la muerte, tampoco creo que en estos tiempos ningún político tenga arte, vamos ni percha, ni vergüenza, menos ese 80 % que dijo Guadiana no sirven pa’ na, donde sí creo que puede darse una analogía  es que tanto para el consorcio gubernamental,  como para el empresarial, el pueblo y la afición son solo un medio que les permite inflar sus arcas, nunca pensando en el bienestar colectivo y sí, en el poder individual.


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