BARDO DE LA TAURINA
Arte Ricardo Guevara
A estas horas ya
medio gremio taurómaco ha de haber leído la epístola de Don Víctor López “El
Vito” versículo; “México Descafeinado”
y la otra mitad que no la ha leído lo puede hacer en el Facebook y desde luego
en la www.desolysombra.com –‘Crónicas y Periodismo Independiente’–, de
Venezuela llegaron las letras que a mi entender deberían de alojarse en la
casilla de las encíclicas y de ellas y del
apoyo de otras precisas como esa que su
autor Eduardo Maya Lora título; “Así la Fiesta…Mansa”, en la misma página
que es la del skipper Luis Cuesta, y si a eso le sumamos la frase
con la que abre el maestro Leonardo Páez
su crónica del lunes -El post toro de
lidia mexicano, el toro light, el toro de la ilusión- sintetizó que Morante de la Puebla ya no necesita venir
a la Plaza México con reses chaperonas y si lo debería de hacer con Toros que
como cuota mínima aporten bravura, trapío y no dudas de papeleo en los meses de
la nacencia.
En la columnas del maestro Páez se lee -Es lo que se podría calificar como toreo de salón con toro- y aquí
me pregunto y a la vez propongo en relación a lo que ha suscitado el ganado de
la Plaza México y en concreto el que el domingo, les fue impuesto para el cartel
el que indudablemente lo desinflaron dos causales de acuerdo a lo que nos dijo
mayoritariamente el cemento vacío, la 1era. el anuncio de los toros de Bernaldo
de Quirós y la 2da. la inclusión del lidiador José Guadalupe Adame torero cuña
que tocó techo desde antes de que fuera a España, primero a eructar y luego
tragarse sus palabras de que -era la primera figura de México- a lo que ya le
bajo varias rayas y ahora simplemente se
autocalifica como un -torero importante- lo cual es una autodegradación y entonces la pregunta obligada, ¿Qué interés
tiene pa’ la afición ver a un torero que va en tobogán? y que además es
totalmente a contra estilo del renacentista Da Vinci.
Arte Ricardo Guevara
¡Ah! la propuesta ¿no sería más atractivo ver a Morante, con una
escenografía y coreografía más a dock
con su arte?, qué verlo con esas reses con las que en las columnas citadas nos las
refieren, imaginemos; la alfombra persa, cascadas de luces, tsunamis musicales, cambios
de vestimenta, pinturas alusivas en las tablas, convite, fuegos pirotécnicos,
suvenires, turistas, en síntesis, un verdadero espectáculo en donde el toro simulado lo fueran espectaculares
mujeres con leotardos artísticamente pintados y para cerrar glamorosamente la
escenificación donde una dama que pudiese ser la quinta de la tarde (pa’ mantener alguna nostalgia de la
tradición) luciera como toda una maja en maridaje con el arte del Body Paint al
estilo del Lido de Paris o de Xcaret,
México tiene en la creatividad, los pinceles,
la digitalización y el colorido del artista internacional Ricardo Guevara, al
maestro idóneo para encargarse de esta arista novedosa del arte pa’ la que podría crear en busca de variedad, un encierro
coreográfico de minotauros y pegasos, en
suerte de varilargueros pintados por
Guevara pa’ que le embistieran al
genio de la Puebla del Río, pa’ muestra del trapío, edad, bravura ¿o será ferocidad?
de esos minotauros de arte bastaría con
sorprenderse con el que creo para la plaza sevillana y que rubricó como;
‘Minotauro en la Real Maestranza’ (Pintor: Ricardo Guevara, Jardín del Arte en San
Ángel, Plaza San Jacinto y/o del Carmen, los sábados – 04455 3901 9365 – rguevaram@gmail.com – ricardoguevara.com.mx ). Se podrá pensar que ésta puesta en escena es una mafufada pero algún día lo veremos primero en
Las Vegas y luego aquí, cuando ya el embudo
sea una plaza de usos múltiples con un
circurret pa’ espectáculos.
¿Y que se ganaría con toda esta parafernalia?
pues que el prestigio de las ganaderías de anillo
al dedo que hasta ahora a decir de
quienes escriben con sello y veracidad, han salido por toriles en la Plaza
México, ya no sigan siendo sepultadas por los
custodios de la dignidad taurina y de una vez se subdivida la Fiesta en brava y
en cachonda, en arte y en espectáculo, en pasatiempo o show, con cover y desmadre incluido,
como nos lo hace saber el aficionado Francisco Álvarez Benítez, quien
este domingo acudió a la Plaza México a la zona de las barreras de sombra donde
nos dice padeció un infierno comenzando por el exceso de privilegios
etílicos que en esa área pudiente económicamente son lo principal, pues nos
dice que los y las vendedoras pasan
entre los aficionados sin ningún recato a todo momento de la lidia, obstruyen
las escaleras a la caza de los consumidores, de los que dice en su mayoría son,
esa marabunta de los llamados millenians (que
no son nuevos aficionados), a los que
les han vendido la plaza como un antro
al aire libre donde las majaderías en el lenguaje y los trapos finos son la constante,
además de faltarles al respeto a los
toreros arrojando los cojincillos con
que se arman a la entrada, sin duda este testimonio es junto con la mansedumbre y los carteles sin
pies ni cabeza, lo que ha provocado que los aficionados de toda la vida ya no asistan
a la plaza más grande del mundo.
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