domingo, 15 de mayo de 2016

Andrés Roca Rey, ya es de la familia madrileña.

Bardo de la Taurina

 Máxima  del maestro Raúl García, que más o menos dice ‘El Torero que paga, es porque no interesa y el que interesa, no tiene que pagar’, esto lo traigo a la palestra después de venir estando siguiendo  las actuaciones en la Feria de San Isidro del alternativado con más méritos  que un gladiador en el Coliseo  Romano, el peruano Andrés Roca Rey, ¿alguien por más fantasioso que sea puede, pensar que este joven diecinueve añero, ha tenido que pagar un duro pa’ que se hable de él? bueno ni en la calle de La Montera donde las gachis se capitalizan.

Doy fe, que de vez en cuando el aficionado de moda en México, Don Jorge Anciola Echavarría, permite que me siente a su vera entorno a una mesa de viandas, este señorón el que no requiere de panegíricos pues de él sobra decir que atesora títulos  como  mecenas de toreros, editor, coleccionista de arte, bibliófilo, aficionado práctico, trotamundos taurino, sibarita y como  aguja en un pajar ¡Gente decente!, pues bien, en nuestro más reciente encuentro (Queso de  la Mancha asado, Bife de lomo, patata horneada, chimichurri de las Pampas) Don Jorge hacía referencia a algo que salió de mi pluma, lo cual mucho agradezco y que tenía que ver con que  en ‘Mexicalpan de las Tunas’ se requeriría de un coctel de varios coletas   para así lograr un clon que despeinara a los españoles y también al  conquistador  Andrés Roca Rey.

Mi menda le preguntaba a Don Jorge Anciola ¿Cómo el peruano  ha logrado estar dónde está?, pues éste escribano piensa que siendo sinceros,  se le ve más a futuro que lo que muestra en el presente, pues deja ver que lo suyo no es el preciosismo, no templa como en luna de miel,  abusa del atracón, valentón sin cuartel, no privilegia  el toreo fundamental como debiera  y es recurrente a  echarse al toro por arriba de las nalgas y revolotear con las astas a un suspiro de sus carnes, dicho sea que además las tiene muy simétricas para la profesión.

 Don Jorge y Bardo coincidimos en que, su ábrete sésamo, radica en su enjundia y a partir de ella el hambre de ser, la honradez, la verdad, el corazón por escapulario y la cantidad de toros que le caben en la cabeza.
Madrid lo recibió en la confirmación como al novio que embarazo a la hija, adusto,  guardando su distancia y hasta frillón, y aquí permítaseme  decir que si esa primera faena la hubiera realizado en la Monumental de México, le habrían dado cuando menos dos peludas, en el segundo Roca Rey les mostro la dote completa y la familia madrileña se abrió de capa extendiéndole, ahora sí, los brazos con las orejas.

Pero aún faltaba más y eso vendría ayer domingo donde ya escuchó los consejos de la almohada y sin esfuerzo en la manufactura, toreó por debajo de la mesa, con más verdad que un te amo de quinceañera, luego le aventaron un toro más y otro después y no sé en cual, pero hizo algo inverosímil que por mi ceguera o por mi corta memoria no recuerdo haber  visto y es el recibir al toro entero sin ser corrido en los medios de la plaza, con el capote a la espalda  y más aún, este ‘traga fuego’ se puso de hinojos y se pasó al burel al nivel de las retinas, seguidamente le echaron otro toro con unas ajugas que de tan grandotas eran puñales, se le puso al tú por tú y  pactaron un duelo a muerte, el torazo le aventó un sablazo que buscaba partirlo, a lo que Roca Rey  le respondió  con un espadazo mortal, esto después de haber sido vapuleado anteriormente en otro en el que una vez que se rodó catedráticamente, se levantó sin aspa vientos.

Y solo decir que Roca Rey anda tan holgado y se siente tan a sus anchas  en la tierra del Oso y el Madroño, que de puro gusto invitó al emérito Rey, Don Juan Carlos, a celebrar los 250 años de la Plaza de Acho, en Lima Perú y de ahí a Machupichu, luego a pistear unos pistos, un ceviche de caracol y una bohemia al compás de ‘La flor de la canela’ y seguramente su majestad cruzara el charco pues en estos momentos no hay quien no quiera estar cerca del Inca.

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