jueves, 5 de mayo de 2016

MURIÓ UN TORERO

Arte galeria Emiliano Gamero
La muerte,  más allá de la palmada que es el hecho consumado a través del cual los seres vivos dejan de estar vivos, es el chupinazo de los sentimientos y el manantial de los dolores, reacciones éstas que se manifiestan en variadas expresiones y que son válidas cuando no se fraguan y si estallan al son de los latidos del corazón y de los suspiros del alma de los dolientes y aquí es oportuno decir que todos los vivientes tenemos corazón, pero no todos tenemos expresión y más aún algunos los que poseen el duende de la vena, la tienen pura como la lágrima de una infanta, candente como el quemar que siente por dentro el amo y desgarradora como la del padre que se abre en dualidad cual rejón de dos canales para  por sus heridas sentir el duelo que es crin de luto por quien ha partido y desconsuelo por el hijo que hoy no encuentra consuelo, porque su ‘Cigala’ se le transformo en Pegaso, que en sí,  lo era en vida y que hoy ha volado al albero de nunca jamás, dejando tras su partir plaza, la flama  eterna en tres votivas que mientras vivan mantendrán viva la memoria, admiración y gratitud con la unión que conjugan los Gamero, la nietecita Macarena, el hijo Emiliano y el abuelo Guillermo, quien con la sensibilidad del que ha cabalgo por la vida sobre los lomos equinos expresó en oración de réquiem ‘No murió un caballo, murió un TORERO, siempre te recordare’

                                CUANTO AMARILLISMO Y EXHIBICIONISMO

Hay columnas que a la primera no salen fluidas por el hecho de que el tema viene de origen sucio, pestilente, deplorable y esos son los calificativos que se merecen los que usaron las redes sociales para su exhibicionismo, que no es lo mismo que la información veraz de los profesionales, esto con motivo del  acontecer dentro de un ruedo que escenificó Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’ el domingo último en la plaza Alberto Balderas de Ciudad Lerdo, Durango. Cuando fue hasta la tierra algodonera a un festejo al que nunca debió de haber ido, pues él es un  torero pinturero con alternativa, lo cual no es poca cosa y es que ese  blasón en México solo él lo tiene, entonces la pregunta ¿Por qué ir a torear un festejo mixto al lado de un principiante y todavía hacerlo con solo dos bureles?, ¿qué los casi cincuenta años de andar en este galimatías de las cuernas y los treinta siete años de doctorado no son suficiente aval?, cuando menos para alternar con un torero del mismo grado y para ir como debe de ser con tres toros por coleta, pero eso  es en lo taurino, y hoy estamos aquí para señalar y reprobar la conducta amarillista y de notoriedad de entes que además ¿con qué derecho se dirigen a un torero con esa cachondearía del tuteo?, luego la enfermiza torpeza de creer que por haberlo visto un día a la distancia  ya son su amigos ¡Qué pena! y como a estas personas ni les interesa el matador, sino el exhibicionismo, solo decirles que confundir, vanagloriar, pitonizar, usurpar y usar al caído en estos momentos es de muy mal gusto y  hasta de mala leche y pa’ que se la metan en su conciencia que levanten la mano quienes estuvieron en la encerrona del ‘Pana’ este mes de marzo en Texcoco, eso es haber apoyado al torero como lo hicieron  escasísimos aficionados yendo a la plaza, retratándose en la taquilla, alentándolo en el tendido, con la garganta sequita, con el pañuelo blanco en la mano, no apachurrando teclas  buscando llevar agua pa’ sus molinos.

                                                    OTRA LAMENTABLE
No la destaco porque lo personal es precisamente eso, personal y porque   las esquelas deben de ser sobrias y también discretas, Ciudad de México abril 30 del 2016 deja de existir el  hombre de múltiples aristas Don Enrique Hernández Flores a los ochenta y ocho años de una vida que fue de los ruedos a los micrófonos con un estilo muy propio, el de hacer amigos. Misas Iglesia de Santa Mónica mayo 2 al 10, a las 19 hrs.





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