domingo, 21 de mayo de 2017

Los monosabios serán recuerdo y un recuerdo de Cuesta


En el México taurino se está  desbordando una corriente tendiente a que el público se trague una fiesta artificial en donde   nunca más una corrida de toros se suspenderá porque el ruedo se halle en malas condiciones, hecho un lodazal o incluso disparejo, por los hoyos mal atendidos, eso ya será cosa del pasado cuando queden instaladas las nueva carpeta sintética de tartán  con sus rayas circunvecinas que no requerirán de estar siendo pintadas, así que adiós pinta rayas,  y circundando la boca del riego  un anuncio de condones ‘Trojan’ pa’ que no desentone con las cogidas… que en los medios se dan con frecuencia.

Con estas implementaciones tendientes a modernizar la fiesta, algunos elementos desaparecerán y otros se adecuaran, como por ejemplo los monosabios cambiaran sus zapatillas  por los Nike  antiderrapantes   que son los más adecuados para usos en seco y  agua, dado que  la arena y los rastrillos areneros  ya no se usaran pues después de la muerte de cada toro la majada de los animales equinos y vacunos así como la sangre serán eliminadas a través de  aspiradoras Koblenz y las hidrolavadoras Karcher remataran la faena, quienes también pasaran a las filas de los desempleados serán las mulillas y los mulilleros  pues cuando el toro ya esté muerto o noqueado por la pistola hidráulica, aparecerá un tractorcito Tesla de esos que no necesitan piloto, que ira solito hacia el toro al que se le colocara pa’ evitar mal trato un chaleco fosforescente  que se enganchara con un arnés a la horquilla sujetadora del vehículo, otros de la cuadrilla de los monosabios que también chuparan ‘faros’ lo serán quienes cargan los letreros con las características de los bureles pues  seguramente será ofertada a alguna marca comercial  que llevara  sus propias edecanes en función de anunciadoras.

Los taquilleros y las personas que recogen las entradas serán sustituidos por máquinas automáticas las cuales además cumplirán con otra función al momento de otorgar la tan discutida primera oreja, toda vez que cuando el cartoncillo o brazalete se pase por el lector en automático quedara registrado el número de asistentes en la pizarra electrónica que sustituirá a los clásicos relojes  y cuando doble cada toro el público levantara el cartoncillo o la pulsera de plástico y un lector contador indicara con un GO si la manifestación de aprobación rebasa digamos el 80%, la banda de música desde luego será pasado, aunque se seguirá escuchando ‘El Cielo Andaluz’ y ‘La Macarenita’ nada más que electrónicamente, todo esto podría parecer una parodia, pero volteemos a otras disciplinas donde las superficies se han transformado por citar en el futbol, el tenis e incluso  pistas de nieve hoy sintéticas, las anunciadoras cachondas forman parte de las funciones de box, las máquinas expendedoras de entradas y de acceso ya se usan en el Metro y el sistema de votaciones esta en uso en recintos tan serios ¿o  risorios? como las cámaras de Diputados y Senadores. 

No pido perdón por expresar estas ideas, pido conciencia para quienes no se han dado cuenta que destaparon la caja de Pandora habiendo permitido por años una fiesta  que dejó de ser brava pa’ ser  blandengue y ahora quienes la degradaron, la solaparon y la encubrieron, la quieren resucitar con manitas de gato  cuando lo que se necesita es solo un toro y un torero, un empresario y un apoderado, un reglamento inviolable y un juez que lo aplique, una pluma y un micrófono que denuncien, todos con un solo común denominador que sean ¡Verdaderos!, ¡No a la party!, ¡Sí a la Fiesta!

Son tiempos nuevos donde pa’ no ir muy atrás me viene el recuerdo de ese apoderado con percha, con tipo, con clase, con figura de nardo perfumado, ágil como el trigo  que torea al viento y no se quiebra, brillante como la corona del girasol, fuerte en sus raíces cual arbusto de buena sepa, que además tal vez caso único se especializó en apoderar toreros con el aroma del arte, la clase y el sello de la fina escuela, naturalmente que me estoy refiriendo al apoderado de las figuras Don Jorge Cuesta, quien bebió de la cultura que le trasmitió su  amigo  y guía Don ‘Pepe Alameda’,  en poderes de contrataciones y administración llevo en una época al ‘Numero 1’ sí, a Manolo Martínez, a quien sumo  a matadores de élite,  como lo fueron  Alfredo Leal, Humberto Moro, ‘Curro’ Leal, José Antonio Gaona, José Antonio Ramírez ‘El Capitán’, Javier Bernaldo, Miguel Munguía ‘El Inspirado’, Pepe Luis Vázquez (hijo)  y por supuesto no podía faltar esa gema que lo es Guillermo Capetillo. 

 En lo cinematográfico fue eslabón de enlace  pa’ la realización de esa obra  titulada ´Los caprichos de la agonía’ del inmenso Juan Ibáñez, que verso en parte de la vida tormentosa del  ‘Mandón’, Don Jorge se destacó además como empresario, no nada más taurino sino de la versatilidad con su famoso y legendario ‘Ring’ en San Miguel Allende sede del Jet - Set, como funcionario público llevo al estado de Guerrero turísticamente a la cumbre y por eso hoy desde su Acapulco, donde las olas se siguen columpiando, contempla los atardeceres que aún son bellos pero intranquilos, donde la brisa sangra y la muerte se da hasta los gavilanes, en fin estamos en una época en que recordar a los grandes es más sano que el presente de la transición.


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