BARDO DE LA TAURINA
Arte Imelda Saldivar ime
Uno de los
periodistas y escritores más polémico e influyente del siglo pasado, lo fue sin
duda el veracruzano Roberto Blanco Moheno, quien dejó testimonio de su peso en
periódicos y revistas como el ESTO, El Universal, Excélsior, Mañana, Siempre,
Impacto y en un largo rosario de libros, uno de los cuales lleva por título
‘Memorias de un reportero’ editado por V Siglos en 1975, toca el tema de la
Fiesta Brava, la cual reporteo bajo uno de sus seudónimos y de ella después de
referirse a grandes figuras de su época
dice textualmente –y todo ello en medio de un ambiente que apesta, con
cronistas de toros desvergonzadamente ladrones y chantajistas, con apoderados
estafadores, con subalternos enredadores y traidores; un ambiente, el taurino
que espanta por su cobardía, su bajeza, su mercantilismo– (pág. 106)
El libro no tiene
desperdicio, nos barajea tiempos como los de Maximino Ávila Camacho cuyo nombre
si no es asesinado lo llevaría la Plaza México, como sí lo lleva la calle sur
del coso, nos habla del Dr. Alfonso Gaona y de su huella en aquella revista
‘Arena’ en cuyo primer número apareció en la portada Carlos Vera “Cañitas”, de
quien dice textualmente –un hombre valiente al que “la más bella de todas las
fiestas” había de dejar viejo y mutilado, cosido a cornadas y con la amargura
mordiéndole el tuétano de los huesos– (pág. 105), el autor continua citando el
nombre de un empresario (adivine o póngale nombre) –es suficiente sinvergüenza para hacer cosas
indebidas, para atracar al público. Vamos a señalar esas cosas, con la mayor
dureza posible, en defensa de la afición…– (pág. 105), esta es la línea periodística
que en mucho se usaba en la época fuerte del toreo, desde luego contrastando
con la melcochera que también existía
y cito esto, porque creo que aunque hoy se hable de las nuevas generaciones,
que a cuenta gotas están asistiendo a las plazas, éstas ya que estén un poquito
más maduritas, deberían de hurgarle un poco en lo que es la esencia de la
Fiesta Brava, más allá del esplendor y también del relumbrón de los toreros y
de los de cachucha, puro, bota y el uso de palabritas como chipen, mi menda, gachó, puerta, que
brotadas de sus boquitas tiernas se escuchan usurpadas, falsas y pintadas de
rosa pañal.
Arte Imelda Saldivar ime
De ahí que siempre
desde este balcón estemos recomendando la lectura, como una forma de ir a las
raíces, a la esencia de todo aquello que sea de nuestro agrado y máxime si le
llegamos a tomar afición que luego se convierta en pasión, pues siempre se
disfrutara más lo que se conoce en
origen y en cabalidad, hoy me da la impresión que en México los nuevos aficionados están transitando superficialmente,
claro nadie tiene obligación de saber que al torero “Cañitas” que fue citado en
el párrafo anterior en 1960, un toro de la ganadería de Ayala llamado “Buen
Mozo” en el ‘Toreo de Cuatro Caminos’, le pegó una cornada que le costó la
pierna, datos como éste, nos ilustraran
sobre que esto de la Fiesta es algo realmente serio y cuando sepamos eso,
respetaremos esta mística tradición que
como el agua del mar se nos está esfumando entre los dedos, ¿por qué? porque ya no la valoramos, lo que mucho
tiene que ver, que no nos han enseñado a respetarla, hoy esta tradición
milenaria se ha convertido en una costumbre que vuela pa’ esnobismo que es lo mismo que
moda pa’ los tiernos, hoy queremos hasta
fabricar niños aficionados así como las escuelas de los pumitas, con la diferencia
que una cosa es patear un balón durante la época escolar y otra es vivir en
torero toda la vida o hasta que la decepción nos alcance y ahí todo se trunque
¿saben por qué? aparte de lo que dice el maestro Blanco Moheno, porque hay muy
pocos inculcadores de la tradición a los que respeto profundamente por citar un
nombre el del Matador Amado Luna, al que uno lo ve y exclama; -ahí viene un
¡Maestro de la vida!-. ¡Sí señor! Y por supuesto que hay otros pocos, pero los
hay…
¿Cuánto falta pa’
que veamos a los torerines? que en eso se convertirán los lidiadores cuando
salgan a la plaza con trajes a la ‘última moda’ en colores fosforescentes,
elaborados por Adidas, por cierto ya hay casacas a la venta en sus tiendas
departamentales y con zapatos que
lancen chispas multicolores resaltando
las de la gama neón, observe usted detallitos tan sencillos como la acelerada
desaparición de los vasitos de plata, donde los toreros bebían agua, tradición
que ha sido avasallada por las botellas Bonafont, ¿dónde ha quedado esa rivalidad
de antes? en la apresurada carrerita de los chavales cuando a un compañerito,
un novillito, le pisa un juanete, ¿cuántos comunicadores o fotógrafos han
tenido en su mano una máquina de escribir, un micrófono o una cámara? hoy se
autonombran así con la fuerza de un IPhone, y en las redes compran seguidores, ¡Qué jodida Fiesta de
plástico! la de los juguetones que afortunadamente no son todos, pues no a
todos los paleros les obsequian una acreditación, que es la que los hace
sentirse gente del toro, la de yo te sigo
en el face y tú me sigues, sin siquiera algún día haberse visto their faces y menos estrecharse las
manos, ¡ay, perdón son otros tiempos! Sí, donde se fabrican espontáneos en la
más amplia extensión del término.
*Y aclarando que esto obviamente no aplica a los profesionales de los medios, ni de las artes, porque ellos están en su lucha buscando o creándose sus propios escaparates, en una arena que no es pareja, porque los advenedizos la han abaratado aprovechando la boca de riego que es muy ancha, pero afortunadamente muy delatadora y así a simple vista la gente puede distinguir, los unos de lo otros.
Arte Imelda Saldivar ime

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