domingo, 13 de mayo de 2018

México… No está en tela de juicio



El Toro en México
Por Bardo de la Taurina
Son las seis de la mañana de cualquier día de cualquier semana, cuando suena el teléfono con abierto riesgo de provocarle por lo inoportuno de la hora  un infarto a cualquiera, siempre la misma jodedera -su banco favorito le ofrece a usted créditos gratis…-, -telefonía la mejor conexión del mundo y sus alrededores…-, -en estas  elecciones vote por el menos malo…- y ahora esta semana el jueves 10 a través de  las aplicaciones del móvil las que generalmente  los chateros, los twitteros, los facebookeros  usan pa’ su entretenimiento y   asumirse aunque sea instantáneamente como críticos,  comunicólogos, maestros de toreros, consejeros de ganaderos,  candidatos a empresarios y pregoneros.

 Ahí en las redes  se desato un tsunami; Hoy torea México en Madrid, Las Ventas van a ver lo que es canela pura, la primera figura de México lleva la bandera tricolor en la espuerta, México en la muleta del hijo pródigo, el orgullo azteca cimbrara la feria de San Isidro,  México  te acompaña, llevas las llaves de la Puerta Grande, México al primer mundo del toreo, un mexicano a la cima del mundo, la patria te acompaña mi torero, el IPhone amenaza con atascarse.

Sale el toro y el tono va girando; El empresario Simón Casas es un hijo de…, como se  pudo atrever en la semana más floja de la feria poner a uno de los pilares de la dinastía Adame, y con esos toros ¡coño! la primera semana es para calentar el ambiente y en ella van toreros  que no han  sacado la cabeza o porque son de reciente cuño  o porque de plano no han podido.

No importa cuál de los  Adame sea, pues se podría apellidar de cualquier  manera,  cabe decir que aquí lo alertante y hasta alarmante es la forma  que se aplica la palabra México para subrayar a un torero que de ninguna manera lleva una representación nacional  y por eso hay que atajar esto en seco y de frente, los toreros van a torear a donde consigan los contraten a título personal ¿o que acaso cada vez que salen al extranjero el Presidente de la República los despide en la explanada frente a la todavía Residencia Oficial de los Pinos y ahí bajo la mirada escultórica del prócer Francisco. I. Madero se les entona el Himno Nacional, seguido de veintiún salvas y se le entrega al torero el lábaro patrio para que vaya a Madrid a defenderlo  incluso a costa de su propia vida ante los embates de cualquier enemigo resaltando el toro, ¡Por supuesto que no!

México  a pesar de todo y de muchos,  ¡Es mucho! y desde luego que no va a estar en el albur de un capote o de una muleta en Madrid, y ante los ojos de los presentes de quienes siguieron el tercer festejo vía trasmisiones, el torero que anunciaron, no fue más que un oficiante de un oficio llamado torería. Ni siquiera llevaba el título de embajador.

Y por supuesto que  pa’  ser considerado representante tricolor se habría tenido que convocar a un certamen pa’ que de él saliera el torero insignia de un sector laboral y todo esto viene por  lo que dejo demostrar o hacer el torero José Guadalupe Adame Montoya lo  que provocó que sus alabadores que antes de la corrida lo llenaron de incienso se esfumaran  y después de la corrida   la decepción se tornara en hiel, (¿serían los mismos los unos que los otros?) desanimo, descalificación, desilusión,  hasta llegar a ser mancillado su origen, ¡No señores! no nos equivoquemos México no está en tela de juicio.

Y más que claro queda que esta es una columna periodística y no un juzgado donde hay que defender a un torero indefendible por que la longevidad taurina nunca será sinónimo de solera, aunque ésta en ocasiones se suple por etiquetas y galardones fabricados por la industria de hacer toreros para consumo de paladares fáciles, así que no culpemos del todo al torero sino a quienes lo ponen en mesa de manteles largos, sacándolo con ello de su real contexto a cambio de que la piel se le curta de algo  así como hastió que ha llegado incluso a alejarlo de aquel torero cuña que era  atracción de tendido.

Y podrá venir una orejita, o dos allá mismo en Madrid esta semana pa’ que le den oxígeno y así seguiremos respirando en una fiesta que se nos ha convertido en una dramática realidad en el que las piezas de una maquinaria se forran de luces intermitentes cada vez más espaciadas.



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