Joaquín Gallo en Portugal
Las Corridas populares, típicas y
sociales
Carlos
Fuentes, literatura fina
Mayor tradición que
el digno traje de charro es el que porta un Charro a Caballo. No los que por
moda o esnobismo, sin sentir la
mexicanidad devalúan el símbolo haciéndole al Jorge Negrete, ¡No!, realce
es que Joaquín Gallo se vista de charro como siempre, porque eso es lo que él es ¡Un charro del campo! Que despierta con
el roció del amanecer y duerme entre el arrullo de las luciérnagas que le coquetean a la luna.
Esto de cara a su aventura por el país lusitano será sinónimo de autenticidad, como quedara
comprobado en el mes de agosto en que estará cristalizando el hecho, pues su
apoderado Don José Goncalves que es especialista en la administración y
promoción de rejoneadores con talla intercontinental tiene ya lacrados los
contratos pertinentes, que avalarán la
que marcará la sede del simbolismo del Águila
y el Nopal rumbo a los 500 Años de tener Fiesta de Caballos y de Toros en
el Continente Americano.
‘La Gira a la
mexicana’ un giro en el rejoneo
que bien estaría decir será de 360 grados, pues lo que se verá por allá será de
franca novedad, por varias razones entre ellas ver un Joaquín Gallo con más espolones que un rejón de plata, secundado
por una percha natural entre la sonrisa
que desafía a la temeridad y la maestría de agilidad, desencadenara en brindar
todo un espectáculo acorde con los tiempos presentes.
Que será coronado con suertes que jamás se han visto por aquel continente como torear a pelo, torear con el mexicanísimo zarape o con el sombrero de ala ancha tan circular como la fortuna de un hombre que se está jugando la vida a cara o cruz, trotar entre el aroma del tequila y lo barroco que permite la explosión del rejoneo verdad, el que deja de lado los quiebros apantalladores y las batidas que no dejan de ser un recurso, ¡no!, el rejoneo de este centauro se da yendo de frente al toro, que allá es de trapío asustante, pa’ rejoneadores que con la frente en alto, calan alto sin duda, lo cual constituirán un acontecimiento de gallardía digna de admirarse en la cuna del rejoneo, en donde eso es lo que gusta, la interpretación de un rejoneador de suertes naturales firmadas con su sello propio.
Sin duda el
apoderado Don José Goncalves vencedor de largas y concienzudas jornadas entre
despacho y empresas debutara a un caballero mexicano de corazón abierto, sin límites ni
complejos porque ¡éste es gallo!, donde quiera que sea es Gallo.
Las Corridas populares, típicas y
sociales
Siempre andamos
conmemorando con alegoría los
aconteceres del pasado, aunque hayan sido por alguna una tragedia, y cuando avistamos
tal vez el que en quinientos años sea el hecho de mayor calado por su
significado, que lo es la Fiesta Popular
más antigua del valle de los caídos, porque eso ha sido Tenochtitlán desde su
canibalismo cuando se comían los unos a los otros en caldoso pozole.
Cuando se embriagaban
con los más puros y a la vez, sofisticados brebajes, cuando los grandes
cuentistas hacían creer que un águila súper choncha
se posaría sobre un enclenque nopal situado sobre un centro que ni siquiera
estaba en el ombligo del rectángulo actual.
Ahí en la cabecera
norte donde se construiría el mayor monumento a la corrupción de este país que
no lo fue la Línea 12 del METRO, lo fue
la segunda Catedral metropolitana porque
la primera fue la llamada de Fray Juan de Zumárraga, que es donde hoy está el
Sagrario, en cuyo venero se halla el bautisterio en metales preciosos más
hermoso que se pueda uno imaginar y en el que fue bautizado El Emperador de los pasodobles su
majestad Agustín Lara.
Lo que habría que
conmemorar serían los muy probables últimos quinientos años de que se dio un
festejo con toros y caballos, acto éste en su origen, que debió de haber sido
muy distinto de lo que hoy se conoce como corridas mestizas por lo del origen
español y la sangre náhuatl o azteca, que en conjunto con la afición, que no la
plebe, que es la que va a la plaza a embriagarse, a
fumar puros baratos y tomar de botas de latex avinagradas por falta de pericia
al prepararse.
Lo mismo en el
tendido de sol que en el de sombra, donde la única diferencia son los trapos
que se cuelgan, pues unos son Totalmente Palacio y los otros son de
atrás de Palacio Nacional pa’ más precisión de Correo Mayor, refiriéndonos claro
a los de la Clase Media pero eso si
pa’ lanzar cojines al ruedo son los
mismos pelafustanes y ya no hablamos de anilina ni de vasos cheleros llenos de agua de riñón, esa es
la Fiesta que se ancló como alcayata en el tiempo, antes que la otra fiesta
popular, la de la Guadalupana; Donde la tradición pone de rodillas a sus fieles
hasta que les sangran los meniscos o los plantas de los pies se les desprenden
a pedazos con tal de cumplir con sus peregrinaciones, y la Virgen tan campante,
total ella solo recibió rosas de un sumiso Juan Diego, sin olvidar que en su momento
también sufrió un atentado de bomba.
Aunque se quiera
negar México desde siempre ha sido dado a lo que no se debería de dar, como
repudiar a Sor Juana por su lesbianismo, como bendecir una pistola pa’ matar a
un presidente, o como tratar de poner al toro y a su Fiesta como el amadísimo
Dios más venerado por sobre todas las cosas, ideas de chalados perturbados mentales, pero sobre exhibicionistas que no
quieren comprender; Que vivimos en una sociedad de la cual forman parte como
espectáculo, las Corridas de Toros.
Esto viéndolo en su
justa dimensión con todo lo que ello implica que es muchísimo, hasta llegar al Baile de las Máscaras, porque en esto
que no es el juego de Juan Pirulero todos vamos a ver
quién apaña a quien, desde la falacia que por lo general con sus
excepciones brota de los medios hasta la fantasía de un ‘Imposible’.
Sin dejar de meternos
en el socavón de pensar que en el ‘ruedo brota la cultura’. ¿En qué momento
sucede eso?, ¿O acaso es cultura desangrar a un animal?, por vetustos e
inhábiles puntilleros, esto después de en muchas ocasiones haberle serruchado
las cornamentas buscando el ventajismo puro, ¿o es cultura estrellar a un toro incómodo contra las tablas?, la neta es que
los aficionados se hacen de la vista gorda a cambio del arte efímero de las
suertes y tandas, las cuales se vuelven recuerdos cuando se preservan a través de las obras de
los artistas y maestros de diferentes géneros, que no todos andan a la alza o
si no preguntémonos ¿hace cuánto que no brota un Pepe Alameda, un Paco
Malgesto, un Juan Pellicer, un Carlos León, un Pancho Flores, un Manuel Benítez Carrasco, un Jesús Dávila, ¡vamos!,
un Manolo Martínez, y de un líder en el tendido ni pa’ que hablamos si ya se palmó el aficionado del carrito de las cuatro
extremidades de ruedas de baleros y el tronco de tablas de madera.
Más lo atroz no es
que se piense eso, sino que ya vamos pa’ quinientos años y no hemos podido
consolidar una correcta Fiesta de Toros, Toreros y Tendido, entonces ¿Cómo
vamos a recibir el momento cumbre que será en el 2026?, el que hay que decir
antes que nada está pendiendo de un hilo más delgado que el de una media de
seda, de esas meretrices chipén que las
usan color humo, como escribiera el maestro Agustín Lara;
Humo en
los ojos
al
encontrarnos
al
abrazarnos
el
mismo cielo se estremeció…
Pues no dejemos de
lado que con el haber entrado a una dictadura comunista, se le han abierto las
puertas a cualquier pelangoche o arrabalera que son quienes hoy desde
las Cámaras Legislativas pueden decir en una mañana de asquerosa cruda o
menstrual fastidio, que ya no les
apetece que se siga dando cabida a una Fiesta que pa’ ellos
es moneda de trueque y que les deja menos votos que los que les arriman los amantes de la zoofilia o del simple gusto por
vestir a sus perritos y/o nenes de rosa
y azul, sin que les falte su cascabelito en el pescuezo, que eso nada tiene que
ver con gozar y proteger a una mascota, así sean unos pájaros carpinteros o un
San Bernardo más grande que un novillo de pueblo.
Así que vámonos con
tiento a la hora de pensar celebrar, con campanas al vuelo, los quinientos años
de Fiesta Taurina.
No vaya a ser que
para entonces las corridas sean clandestinas, o reservadas a darse en el seno
de las ganaderías o en cortijos privados, pues lo que se viene es en serio y sin que me ciegue la pasión,
porque además no la poseo.
Hay que desarrollar
y madurar el arsenal el que consta de tres armas letales, que lo son; el toro serio que de naturaleza ahí está y se llega a
desarrollar cundo se lo permiten hasta llegar a ser una verdadera Joya, el torero con hambre de ser y la
publicidad masiva , esos son los detonantes que van hacer rugir la afición por
la Fiesta Brava, donde algunos de los bravos han resultado ser como Los
Cuarenta y dos los que con tan poco armaron un escándalo del que a cien años
todavía nos estamos ocupando en el Netflix.
Cuando por el contrario, no se nos ha quedado
en la memoria una serie, una tanda, un remate, que en la última temporada de
novilladas nos haya brindado un aspirante a Matador y así con esa indiferencia.
De percha mejor ni hablamos, quieren tomar la alternativa pues váyanse a Santo
Domingo pa’ que con su domingo, se la
compren.
Y desde luego a los
quinientos años la Fiesta Brava llegara
sin un solo ídolo y eso sí, no se compra ni en Tepito, ni en la ‘Botica Paris’ que es la
mejor surtida.
¿Así nos estamos
preparando?
Carlos Fuentes, La
Región más Transparente
En su libro insignia
como lo podrían ser varios ‘La Región más
Transparente´ el catedrático icónico cuestiona entre mucho de sabiduría; ¿Pero cuál es el modelo, el modelo propio, y
realmente salvador, que México debe atender?
Vaya sencilla
contundencia de decirnos que tenemos que encontrar un modelo, en este caso de
Fiesta que vaya acorde con lo que México requiere, y continua diciendo Don
Carlos Fuentes; - Hay que disfrutar de
este México nuevo, alegre (en aquel entonces) y cosmopolita, ¿no le parece?,
hay que disfrutar porque todo mundo tiene derecho a gozar.-, -Pero hacen falta hombres de veras, con
quienes disfrutar. Entre ellos la vida social.-
Bueno eso lo ha entendido la empresa de la Plaza México con su mente fresca, donde ya no se torea con calzones de manta, ni se amarra a los cabestros con longaniza, ya los machos, esos como “El Meco” o “El Soldado” ya se palmaron, ya los nombres que al conjuro de ellos se llenaba la plaza son leyendas y casi familiares, el abuelo llevando al nieto de su manita, no creo ni que haya existido, ¡puro romanticismo!
Hoy el albero es más
compartido, hasta se puede decir que la comunión se da lo mismo en el ruedo que
en el atrio, ¿por qué limitar el gozo metafórico, al que se ha referido el
maestro Carlos Fuentes?, y si eso incluye que en la plaza se expidan bebidas
pues bien venidas con algunas consideraciones siendo la primera que sean bien
servidas, por supuesto originales y nada más, que no las circulen durante la
lidia por una sencilla razón; Algunas de
las señoritas que las pasan entre las filas de aficionados pues francamente
están muy apetecibles y eso si es motivo de distracción, porque pa’ pasarse los
pitones por el pecho están los
toreros, así que cada quien, en su lugar.
Hemos aguantado 495
años de mucho doblar contrario, así que; que mejor, que ésta ruta final rumbo a
los quinientos años, podamos llevárnosla alegremente.