BARDO DE LA TAURINA
Desde ésta (s) columna (s) las más calumniada (s) por sus
cuarenta apariciones semanales en las webs
profesionales, alejada del bullicio de la
falsa sociedad del toro (aunque consta que es leída por las empresas y
donde jamás se ataca a los toreros, solo se ignora a quienes no están a la
altura de su rol), no el de la nostalgia sino el de los jilgueros pululantes de esa masa que no supo defender a su Fiesta, apretándole a tiempo a los empresarios, a los ganaderos
y a los toreros, de los cuales solo creo tal vez un sector no esté preocupado
del todo, pero sí con ganas de que la mercancía (novillos) les fluya, ellos son
los ganaderos, y uso la palabra
mercancía que puede sonar feo, pero si
estamos hablando de negocios el término mercancía o materia prima es el
correcto, porque si los novillos les engordan los van a tener que vender como
toros en la provincia y en una de esas se les andan pasando de peso, (y no
estoy hablando de edad) haciendo con ello que les bajen los pe$o$ a recuperar, porque mantenerlos les cuesta y
en provincia se los van a pagar al precio arancelario que ni siquiera es el del
kilo y los matadores del Grupo Especial de aquí y de allá no los van a querer torear porque se pueden
volver toros de verdad.
A la empresa, concretamente a la de la Plaza México, en el
sentido de industria que eso es, un engranaje o resorte diminuto pero de gran exposición dentro del consorcio,
el que planea finanzas, recurre a la sagacidad, sin descartar los malabares pero
siempre con un objetivo que sea cual es distinto al de la afición, por eso es
que a ésta la está tratando de una forma que no se merece, que es ignorándola al
no informarle de un asunto público, porque a la plaza de toros se va a presenciar
y a ser partícipe de una tradición, por la que cobran y la que a través de los
años se ha vuelto una costumbre gozar de la temporada de novilladas, que para
el consorcio es de inversión la cual hacen con dinero que le inyectan vía
anuncios, un dinero que sale de las partidas mega millonarias de publicidad que
provienen de los brazos pujantes y frondosos del consorcio y gracias a ello es que
esporádicamente montan festejos, digamos que hasta ahí todo es comprensible, más
en este momento el real enojo y molestia por los latigazos humillantes que
recibe la afición, es porque se le menosprecie, a tal grado, como ni siquiera,
se haría en una granja, chiquero o corral donde un jornalero, empleado o
encargado, aunque no haya comida abre la boca y dice; A ver puerquitos ya les voy a
dar de comer, bueno al ratito, mañana o la otra semana, y eso más allá de darles largas es tomarlos en cuenta, tenerlos presentes hasta que un día,
el subordinado les aviente cualquier cosa pa’ que se la traguen y los
animalitos acuden a ella como si adivinaran que puede ser, su última comida.
¡De ninguna manera! y obviamente ni por equivocación, ni por
locura, ni por absolutamente nada estoy comparando personas con animales, lo
que si estoy haciendo es ejemplificando como los aficionados también están
sujetos a un método de tratamiento que hasta se puede parecer a otro, como se
parecen los seres humanos a las hormiguitas bueno en muchos casos ya quisiéramos
parecernos a ellas, aquí la empresa aprende rápido y como muestra está eso que
dijo una vez el innombrable de aquellos tiempos ; –Ni los veo ni los oigo.– Y a estas alturas créame lector que ni
siquiera estoy seguro que vaya a haber temporada chica o grande.
Sé que el reglamento dice algo, aunque no estoy seguro, como
que a partir del mes de mayo la empresa (si fuese taurina) está obligada a dar
doce festejos consecutivamente pa’ que la alcaldía les otorgue el beneplácito
de hacer el negocio, que significa la venta del Derecho de Apartado, a un
consorcio tan exitoso como Grupo Bal lo que realmente les convendría sería dar
las novilladas obligatorias entre semana por la noche, que es cuando mayores
posibilidades de lluvia, tormentas, de aguaceros,
de granizadas, de rayos, de truenos, de centellas existen, porque así salido el
primer novillo se puede legalmente suspender los festejos con la gran ventaja
para ellos de ya no tener que devolver las entradas que van ser tan ínfimas
como boletos del metro traigo yo en mi bolsa, lo verdaderamente interesante y con
grandes posibilidades que les resulte como carambola de tres bandas, es que en
cada festejo nocturno o acuático se les queden cinco novillos los que; o los
devuelven sin pago por no haber sido usados,
como en el negocio de las cervezas a consumo donde botella no destapada va de regreso al camión, o bien se
pueden quedar con cincuenta, sesenta novillos que luego usarían en sus
múltiples plazas en el interior de la república o en la misma México, durante
la temporada grande.
Aunque no descartar que la pirotecnia truene en domingos,
como el patrio, comenzando con la inauguración en la que si no va un cartel
conformado con Héctor Gutiérrez, Diego San Román y Miguel Aguilar con los novillos de
Mimiahuapan, ya la cosa empezaría a la baja, porque a los demás novilleros ya
los programó Arroyo con muchísimo más ambiente, ganado de primera, incluyendo
un festejo con bureles de los empresarios de la Plaza México, en una plaza muy
torera, techada y además con llenos, con transmisión, lo que en conjunto le va
a valer al señor José Arroyo Loyo, ser nombrado el empresario del año y eso que
todavía no se ha visto una faena en tecnicolor.
Como que esto de la México tiene tintes maquiavélicamente pregunto; ¿pues qué
esperaba usted? que se le diera a la Plaza México y a su afición un trato
taurino, por Alá no seamos inocentes, eso sería tanto como pensar que un país
se gobierna con democracia, ¡eso!, ni en los tiempos de Madero.
Por ahí andan diciendo que se van a perder generaciones de novilleros,
y hasta de crear nuevos aficionados realmente pregunto; si se está perdiendo un
país con sus industrias sobre las que ronda el fantasma de la expropiación,
¿alguien puede pensar, que al dueño del consorcio le preocupa perder una generación de novilleros?
Lo que sí sería un agravio todavía mayor y ahí sí ¿quién sabe
cómo reaccionaría la gente?, es que al llegar a la plaza se encontrarán con que
ya las tribunas están adaptadas para el match tenístico como pudiese ser que
las barreras ya tuvieran el trazado de palcos y que solo se vendieran boletos
generales del numerado, no quiero ni pensar que la afición se convierta en
turba, ¡Aguas alcaldía!, si esto está a semejanza o cercano a lo expresado mejor exenten a la empresa de la
obligatoriedad de las novilladas, porque ya se estaría hablando de otro
escenario en el graderío y ahí sí la empresa como Pilatos, se lavara las manos
y la alcaldía cargaría con la mea culpa.
¿Qué necesidad de haber llegado a esto?, por falta de sensibilidad para el diálogo
y aunque creo que mucha gente, más bien extraña el domingo de chorcha, algunos si extrañan el ver torear, ante
eso solo una pregunta a la empresa, ¿no hubiese sido mejor que la gente llegase,
si es que llega, con las manos ávidas de aplaudir y no de sacar las uñas?