Bardo de la Taurina & Leonardo Páez
El Toro y los Toreros deberán de ser siempre los
primero, incluso por arriba de que se les utilice cómo entrenadores de
salón, en un mundo de cartón que no por ser interactivo, dejara de ser
corrugado, ante el riesgo de no solo perder el tiempo sino de reafirmarse en el
oficio satanizado de ser taurinos malignos, ante los ojos de los anti taurinos,
que cierto es, que si no son de dinastía cuando menos no están disfrazados de
protectores y benefactores de un cuento chino más mocho que un pitón rasurado,
por cierto que mal trabajo están realizando hoy los burdo peluqueros, ¡caramba!
hasta en ese rubro la fiesta ya se vino en picada.
No denunciarlo y sí, ocultarlo por los chambeadores, escribidores, y
decidores de los micrófonos, que bien untados son la voz callada, que
en los mudos silencios de los alberos practican el ocultismo del toreo muerto,
que es el del pantalón largo, el de los jugadores invasores de un rito, que de
bravo, lo llevaron hasta el extremo de haber provocado ‘La Rebelión en la
Granja’, donde el escenario les es propicio como parapeto al desencanto del
aficionado, que está atónito entre el pensar si esto es verdadero o es puro
llevar agua a su molino, porque creamos o no hoy en el toreo los defensores de
oficio y los de los medios ganan más que los toreros en el trueque de los
espacios publicitarios, en las componendas, en los subliminales, en ocultar los
fracasos, los graderíos, de por sí desolados, en hacerse de la vista
gorda ante las basculas más prostituidas que una golfa de Sullivan, en
fin, siempre la ordeña de un comunicador será mayor a la de un torero que solo
tiene sus honorarios o si le sale por ahí una padroteada pues se empareja, pero
luego viene el periodista y lo sangra además de las
rémoras que se le pegan y les terminan disparando todo,
total un verdadero y desastroso desastre por decir lo menos.
Y si a ello le sumamos los enemigos del caño y de
la coladera como quedó demostrado en la sede poblana, donde un una
chimolera (alcaldesa) de los camotes usándolos pa’ su conveniencia partidista y
publicitaria, se tiró al ruedo pa’ calmar sus ansias hormonales, (¿Que les
hubiera costado? a los defensores de oficio llevar a su lado o formando parte
del buró defensor a unos guapos como ‘El Payo’ o José Mauricio y entonces sí la
chimolera o la otra que es su representante o la anti taurina hubieran brindado
un tsunami de orgasmos y asunto arreglado). Pero en fin, así es esto, donde en el
gobierno se añora a Don Porfirio Díaz y en los festejos a Don Maximino Ávila
Camacho, el que a la regidora y a su representante ya las hubiera empinado como
chivas en precipicio y pa’ celebrarlo al momento hubieran montado una
corrida de toros con puras figuras, en vez de lamentar que en la mesa de las
disertaciones, ni ciudadanos poblanos asistieron, y ¿pa’ que iban hacerlo?, si
el defensor de oficio también es capitalino, total que meter las narices donde
no nos llaman, no se hubiese tratado de una gobernadora y su cónyuge, porque
los bajan a la de ¡ya!!!
Y si en cambio alguien se quejó que no se diera un
minuto de aplausos antes de empezar por el difunto ‘Dandy’ que con
su vestimenta colorida confundió el ruedo con el circo, así como los del
‘toroton’ que con todo y que son muy ‘Ases’ confundieron la cantidad con la
calidad y al ‘Curro Plaza’ con Don Lorenzo Garza, que si bien es cierto que los
dos peinan canas el ‘Curro Plaza’ está más pa’ una canita al aire que pa’
chutarse un rosario de espera, pues siendo el turno número uno por antigüedad
los primeros tuvieron que fletarse a más ilusos que unas cartas de
Santa-Claus.
En Cinco Villas reforzaron con un ‘Gigante Pequeño’, que lo mismo torea
becerros que da coba. Don Luis y Doña Lucero; Pa’ cuando termine la pandemia,
si es que no termina primero con nosotros, ¿Qué tal un cartel con toreros de la
legua?, con hambre, con enjundia, que aunque no retraten bien ante las cámaras
y no tengan ternos de focos de aguja, son capaces de cortar
las orejas a mordidas, aunque tengan caries, ¿Se imaginan ustedes ahí?, a Juan Luis Silis, a Paulo Campero,
a Luis Conrado a los que no habrá que anunciarlos con sus glamorosos carteles
sino con esos de papel de estraza los que se pegan con engrudo en las paredes y
que digan ‘Tarde de perros de caza…’ donde el Dr. Uribe lleve el alcohol en
cubetas pa’ lavarles las tripas, y en verdad que hasta por conocimiento
histórico ojala le den al público la oportunidad de conocer lo que es un torero
de la legua, con todo y convite, apestando a ‘Siete Machos’ y refrescándose el
buche con un trago de mezcal, ya sé que van a necesitar llevar seis pavos y
aparte de su staff de comunicación, requerirán llevar periodistas y
comentarista no del Twitter ni del Facebook sino de los que le hallen al lenguaje apropiado, alguien
así como Valeriano Salceda “Giraldés”…¿y quién más podría ser? ¡Ya sé! Hay una
extraordinaria taurina con muy buena voz, un sentimiento a flor de piel para
transmitir, que chanela de esto más que un trompo con cuerda nueva que se llama
Nohemí Miranda y la llaman “Miss Sarajevo”, se trata de esas señoronas que van
a la tertulia a casa del Bardo y si se tiene suerte que no ande en España,
siguiendo a José Tomás, hay que convencerla pa’ que describa cuando estos gallos copetones
empiecen con ‘El Tancredo’ o ‘La Mojiganga’, luego con los trapos
desgarrados por astas de toro, a hacer el ‘Plato’ después del triunfo y que no
se les olvide Joaquín Gallo el único rejoneador charro que torea a pelo
haciendo la suerte del ‘Sarape…’ y si no fuera mucho pedir manden que embarquen
a unos de Atenco, con unas puntas de esas que ni las moscas se les paran.
En ‘La Florecita’ al que más hambre de triunfo
tiene que es Paulo Campero le descuartizaron un brazo pero como él, aparté de
ser enjundioso es cojonudo será ‘El Caballo Negro’ del esfuerzo por
‘Buscado un Torero’ pues ahí sí, el matador Mario Zulaica y el ejecutivo Mariano
Del Olmo, van en caballo de Hacienda Grande con éste, que sí se tutea con
el diablo, y al que además por arte de magia el Dr. Daniel Zimbrón López que es
una eminencia ya lo tiene más fino que un natural en los medios, bien
despatarrado y buscándole cinco hojas al trébol del triunfo.
Y en los
Ibelles se armó un serial disque mundial, todo pa’ que el chaval de la
casa resultara triunfador, lo cual no sucedió, y es que a este joven por su
bien torero ya es tiempo de que lo alejen de la zona de confort y abreve de nuevos
aires pa’ que madure en todos los sentidos, empezando por que se le quite de la
cabeza esa idea prematura de una alternativa, pues sería injusto que a él y al
joven Cristian Antar, (que tan buenas maneras tiene), los quieran encoger
ahora que están creciendo con ascenderlos de grado, primero pregunto
empresarios; ¿Sí todos los novillos que les han echado estrictamente lo
son?, ¿y los toros, que disque por ahí han visto?
Y permítaseme un anécdota de ‘Gitanillo de Triana’,
que sucedió una tarde que llegó al patio de cuadrillas, un torero al que
titularían y se le quedaba viendo el gitano que no paraba de señalarse el ojo,
cuando ya el novel no aguantó y desde su 1.50 o 1.60 m (altura que pa’ torero
valen cacahuate) se animó a preguntar qué ¿Qué pasaba, que por que lo miraba
tanto?, a lo que ‘Gitanillo’ le pregunto escuetamente ; ¿Que si ya había
visto la altura del toro de su alternativa? el chaval enmudeció y solo alcanzo
a decir brevemente; -No lo he visto-, a lo que el gitano le
contesto maliciosamente, - Na’más te estaba midiendo la altura, pa’ ver por
donde el toro te va sacar el ojo, sobra decir que el debutante de
matador, primero se orino, luego vomitó, luego le dio diarrea y finalmente se
regresó a labrar la tierra, ‘a echar a remojar los pelitos de la barba, y es
que ya lo dijo ‘Juncal’; Las prisas pa’ los delincuentes y pa’ los malos
toreros’ y ustedes son buenos nada más que incipientes, lo cual les debe bastar
pa’ darse cuenta que tal vez la ilusión los
esta engañando con ese cuento de la borla de matadores, ¡Aguzados Toreros del
mañana!, primero acaben su Servicio Militar.
Así la Fiesta, nomás no está en paz y pa’ que ponga orden le doy la bienvenida
al maestro Leonardo Páez, pa’ que los aficionados que no lo han leído aquí
sepan lo que es escribir con conocimiento y con verdad, lo cual solo se logra,
cuando no se está atado ni a la pendejez cultural ,ni al embute o de plano
insertados en las nóminas de los halagos, que al final de cuentas son tan
dañinos por ser de pantalones largos en una fiesta corta.
¿LA FIESTA EN PAZ?
* Entre alcaldesas te veas *
Puebla y Naucalpan, antitaurinismo oportunista
Leonardo Páez
En los cargos políticos, como en el resto de los cargos,
más que de género o de sexo el problema es de seso, de cacumen, esa rara
capacidad para reflexionar con madurez y actuar con sensatez, por sí mismo, se
entiende, no por órdenes superiores o para quedar bien con el de arriba. Así,
las más de las funcionarias públicas decepcionan a lo largo de su gestión pues
su criterio no se diferencia del de los varones, y sin capacidad de sacudirse
los vicios administrativos heredados continúan trastabillando por la vereda de
la ineptitud, el oportunismo y la intolerancia.
Si a ello añadimos temas hace tiempo en la mira de los
demócratas de oropel como el del espectáculo taurino, al garete entre
posmodernidades, humanismos falsos y la débil respuesta de los directamente
involucrados, el panorama no puede ser más preocupante. Reabrir centros
comerciales, restoranes, bares, cines y obras en construcción, sí; estadios y
plazas de toros, no, en esa lógica cínica de los que dicen protegernos de todo,
excepto del pánico que fomentan a diario.
¿Qué tienen en común Bárbara Botello (PRI hasta hace tres
meses), Claudia Rivera (MORENA, PT y PES) y Patricia Durán (PAN y MORENA)?
Además de guapas, emprendedoras y feministas, faltaba más, y de haber sido o
ser alcaldesas de León, Puebla y Naucalpan, respectivamente, una debilidad por
ir a la moda ideológica, es decir, por mal entender y estorbar, dentro de sus
posibilidades, a la rica tradición taurina de los municipios donde pretendieron
o pretenden servir.
Hoy detenida por el delito de peculado, a Botello se le
ocurrió prohibir la entrada de menores de edad a las corridas de toros en León.
El gusto le duró seis meses, gracias al amparo promovido por el aficionado y
abogado Fernando Vílchez. La alcaldesa Rivera, que se autodefine como “muy
poblana, que gusta del futbol y la filosofía (sicazo que llegó
hasta Creta) y es una rebelde con muchas causas”, se dice dispuesta a asumir
los costos políticos de su animalismo. Con tan sólido bagaje cultural y por
órdenes de “alguien” ahora promueve la prohibición de las corridas en la ciudad
de Puebla. ¿O será una guerrita sorda de Rivera contra Pedro Haces y su
deficiente desempeño como empresario taurino en aquella ciudad? Por su parte la
presidenta Durán, invocando su preocupación por la salud de sus gobernados,
desautorizó la celebración de cuatro novilladas anticipadamente anunciadas en
la plaza La Florecita, mientras autoriza almacenes, comercios, bebederos y
construcciones diversas. Es que ahí hay lana aunque no haya
distancia sana.
El tradicional desgarriate que es el Estado de México -prosperidad para unos, pobreza
para los más-, sin una
elemental coordinación de esfuerzos entre los 125 municipios que lo integran,
no podía ser la excepción, y en tanto las alcaldías de Atizapán y Texcoco
autorizan la celebración de festejos taurinos observando todas las medidas
sanitarias habidas y por haber, la alcaldesa Durán, de Naucalpan, donde la
desigualdad alcanza niveles calcutescos, decide “proteger” a los cuatro gatos
que deseaban asistir a La Florecita. No pos sí: Morena y Washington.
Este antitaurinismo seudoprogresista a
cargo de tan celosas corregidoras es como el de sus antecesores -escoja partido y género, no hay
mayor diferencia-, que portan una vetusta brújula política carente de imán social, unos
gestos como solidarios con la ciudadanía pero sin respeto por una tradición
centenaria en sus respectivos municipios como lo es la fiesta de los toros. En
la mejor vertiente neoliberal, estas poses, que no posiciones de verdadera
sustancia política, lejos de favorecer y apuntalar tradiciones de México
exhiben la estrecha mentalidad y el expediente facilón de prohibirlas o
desautorizarlas, pues el nuevo municipio libre parece nutrirse de la desmemoria
y del pensamiento único.
Lo más indignante es que estas funcionarias prefieren ocuparse de prohibir o estorbar un espectáculo hoy de minorías en vez de intentar resolver problemas comunitarios de urgente solución, por decir: creciente inseguridad, desempleo, pobreza, violencia de género, contaminación, transporte público, basura, pavimentación ruinosa y corrupción generalizada. Créanme, señoras, políticamente esto es mucho más importante que sus desacertados bizantinismos antitaurinos. Y no olviden la suerte que ha corrido Botello.