La
realidad suele ser un acontecer que no se puede negar y máxime cuando es
producto de una resucitación, como sin duda lo es el caso de Octavio García ‘El
Payo’, toreador Queretano que hasta este
domingo cuatro del ‘noviembrero’ mes, que para todos es mortuorio, para el
rubio ensortijado resulto de resurrección
y es que muchísimos aficionados se cuestionaban el porque se le seguía
dando tanto carrete al guapérrimo, cuando la lógica apuntaba a que ‘El Payo’ más temprano que tarde
tendría que abandonar las plazas monumentales obligándolo con ello a refugiarse con su toreo de arrebatos en las de baja monta, pues sus trasteos y su actitud
no daban para más, ¿entonces que paso para que el fin de semana dejara de ser
un comparsa y ahora sea un torero de interés?, las respuestas pueden ser múltiples,
mas la realmente pesada es que Octavio García se abrió en canal y dejo que a su
alma le tocara la conciencia y al alimón seguramente hecho a funcionar las
neuronas de la inteligencia y eso fue lo que le permitió darle salida a la
coherencia, la que a gritos le reclamaba que ese no era el camino, mas virar
diametralmente le implicaba dejar la comodidad lo que no le debió de haber sido
fácil pues el estar sumergido en el pozo del toreo falso, pantanoso, alucinante
le resultaba facilote, porque así es el toreo a la trágala. ¿Qué si recibió
ayuda, apoyo, auxilio de ese que
proviene de los chamanes, de los brujos, de los merolicos, de los amansa locos,
de los siquiatras? al Bardo le importa una pura y dos con sal, esto porque a
mí, la vida de los toreros afuera del redondel me merece un respeto total, lo que si importa
es subrayar que con el advenimiento de su actual apoderado tres valores le afloraron, la seria
sobriedad, el valor sereno y el toreo reposado, factores que si los mantiene y
aún más los multiplica le permitirán
caminar por el sendero de la recuperación y dependiendo de la consistencia con
que lo haga, ira accediendo al escalafón de la brillante realidad.
Y
mientras tanto en acto de justicia hay que aplaudirle el que el domingo de su
comparecencia haya reconocido que la
oreja que le fue otorgada estaba muy justa o hasta holgada, resultado de los
agujerazos de los metales y con no
insistir en pasearla a chaleco, ganó
mucho más y por ello se podría aseverar que ‘El Payo’ también en lo ético anda
vigorizado y eso le debe de alcanzar para cerrar a piedra y lodo los tímpanos a
esos seres desorientados que pueden resultar hasta perversos y que son los que andan
pregonando que ya es una ‘figura’, -Torero
¡Mucho Cuidado! con el canto de las
sirenas y si en cambio recuerde que
desde en denantes, hubo personajes como Doña Gabriel Arroy , como ‘Alma
Torera’, como el ganadero Don Rafael González, como ‘Mr. Sol y Sombra’ Luis
Cuesta Perrusquia, que hasta en los momentos de
tiniebla y pedernal, creyeron y siguen creyendo en usted con cordura. ¡En
Hora Buena Octavio!-
Y
ya que de baranda toqué el asunto de la oreja que le fue otorgada al referido ‘Payo’ y ahora lo hago también, a la concedida
al primer espada Arturo Macías, las que tuvieron aires de benevolencia
achacable al juez debutante el subalterno en el retiro Jesús Morales, mas hay
que decir que esto no fue otra cosa que un pasaje resultante de su criterio
personal o de la emoción de ánimo propia
de su primera tarde titular en el palco, pero que por arriba de eso se
encuentra un hombre de recio carácter que con el curtirse de la tardes se ira
asentando y con ello demostrará sus aptitudes y si alguien tiene dudas de la
personalidad de Jesús Morales bastaría con recordar que el fue aquel personaje
que anduvo por catorce años a las ordenes del todo poderoso Manolo Martínez al
que un día le dijo - ‘Maestro yo se que
usted trata mal a las cuadrillas ¡Pero a mi no me grite! porque yo se hacer
bien mi trabajo’,- si ese sigue siendo Don Jesús, (que sí) la Plaza México habrá
ganado un juez que está vacunado contra la prepotencia, la intimidación, las
amenazas, las componendas, la injusticia, la sumisión, las dádivas es decir un
hombre ético que se da a respetar, aunque no es infalible, porque esos no
existen.
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