Hay
semanas que despiertan expectativas,
interés, emociones, como ésta en cuyo ocaso, o sea el domingo 14, del nuevo
horario, en la Plaza de San Marcos, estará haciendo el paseíllo un novillero que más que eso es todo un ‘Torero’
se llama Paulo Campero, al que el destino le tiene preparado un acertijo, pues
esa tarde ante un solo novillo, se estará con el resultado del presente, definiendo el
porvenir de quien esta convocado para ser quien le ponga ‘el cascabel al gato’
y con ello le pegue una mecida a esta fiesta que parece la de ‘La Isla del Amor’ pues no pasa de puras
promesas unas rosas y otras de cempasúchil, porque seamos sinceros ¿hace cuanto que no sale lo que se llama un
‘Novillero’ que cuelgue el cartelillo de ‘Agotado el Boletaje’ o que hasta le
dediquen un pasodoble?, ¡Mmmm desde Valente Arellano! y claro que se que han forjado,
inventado o maquilado algunos novilleros
que hoy son matadores que andan en la
lucha y otros que siempre navegaran como el robalo a media agua,
afortunadamente se resaltan las
excepciones como lo son Arturo Macías, Juan Luis Silis, ‘El Payo’, Arturo
Saldivár, Juan Pablo Sánchez, Diego Silveti, Sergio Flores, Lorenzo Garza pero en
la novillería ¿quien ese ‘jicotillo’ que puede no nada más despuntar, sino
alborotar el gallinero? Y aquí
permítaseme tomar una cita de ‘Don Difi’
asentada en su libro homenaje
‘Centenario de su Natalicio’ aparecida en una de sus columnas que tituló
‘Cansancio no es Amargura’ y cuya perla dice textualmente ‘La fiesta es tan munífica que un torero, un
torero con casta y genio, puede cambiar la decoración’ pues créanme que ese
puede serlo el susodicho Paulo Campero y
lo avalo porque este defeño tiene todos
los eslabones que se requieren pa’ ser ‘Novillero’, empezando con la pinta de
torero a la que no le sobra ni le falta
un centímetro de estatura, posee una carrocería que es percha de oleo, tiene
trasmisión, los espolones le arrastran hasta la arena, esta hambriento de
triunfo, es verdad verdadera ante los puñales de la gloria y la tragedia, la pasión le brota a raudales, sabe lo que es
el toro en los quirófanos y en la plaza
donde con la capichuela es capaz de ejecutar la solería más variada que se
pueda imaginar, con las banderillas se asoma al balcón con desparpajo y con la
franela colorada le pone color a cada una de sus ejecuciones, lo cual hace con
la más pura esencia y remembranza del toreo mexicano de la ‘Época de oro’, así
que aficionados de la aguascalentense tierra y sus alrededores vayan preparados
este domingo a ver a un torero que va a salir en volandas que se llama Paulo
Campero.
Se
que a estas alturas a su memoria le han llegado los nombres de diversos
novilleros unos, con percha, otros con valor, otros con afición etc. Pero la
diferencia entre aquellos y del que me ocupo es que este reúne todos los
atributos juntos y aquí me viene aquella frase de ese taurinazo, que lo es
‘Curro de los Reyes’, ‘La Fiesta Brava es como el MELATE se necesita tener
todos números ordenadamente para sacarse el premio’, ahí el quick que Campero
los trae en la espuerta y a ello hay que agregarle el hecho de que este Novillero
no procede de ese origen de estereotipo de toreros que hoy pululan dando la
impresión de que están en esto más por otras cosas que por verdadera vocación y al respecto nuevamente
del libro de ‘Don Difi’ algo de una columna que rubricó como ‘La Agonía del
Novillero’ en referencia a una conversación que en su momento tuvo con el
novillero y empresario Jorge Álvarez quien decía ‘La lucha, la pelea, la
penuria, el infortunio del novillero es lo que lo hace escalar el triunfo, y
recordaba su vida de novillero sin necesidades
que podía viajar en primera y tener sus ternos y útiles para torear, y
que podía llevar buena cuadrilla y me decía ¡Eso es lo que me quito a mi de de
torero!, ¡La falta de necesidad de sufrimiento, porque el dolor es un gran
fecundador y la desgracia una gran madre!.
Y
solo agregar que son diversos los caminos que conducen a la cúspide y no todos
son buenos, ni todos son malos, pero si diferentes como el que recorrió Paulo
Campero, que es, el de la legua.
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