domingo, 30 de noviembre de 2014

SIN TAPUJOS BARDIANOS


 La Velada de; el otro Mariano 
El que tantos 'Ramos' de elogios recibió y al que su maestría le permitió que las cornadas se la pellizcarán, fue recordado en el cantón de los toreros que lo es la Asociación Nacional de Matadores, por el anclaje de no sé de qué fecha, creo que de años  de titulado en tauromaquia que serían alrededor de cuarenta y tres,   el caso es que ya estando ahí 'pos' que me acuerdo de hace como casi cuatro décadas en horas pasaditas de una corrida que se celebró un sábado en San Juan del Río, Qro., Manolo Martínez y Mariano Ramos, el caso es que por distintas veredas llegaron a chupar  con singular pasión a casa de mi jefa en Tequisquiapan, y salió el tema que en vísperas de un alumbramiento ya el Bardo le había dicho a Manolo, que cuando naciera el crio  le remojaría la molleja al son del nombre de Manolo, con el consabido compadrazgo, el caso es que el sexo de nacencia doblo contrario y   'El Mandón' dijo - 'No la jodas, no le pongas Manola se oye rete feo - pues sí verdad - ¿qué culpa tiene la inocente?, y por ahí surgió ponerle como ese que toreaba  cañón y que estaba en un rincón como cohibido empinando el codo, desde entonces la cría se llama Mariana, ese hecho me acerco muchote al ‘Compa’, que aparte de la facilidad no exenta de arte macizo,  no preciosista,  tenía un genio del carajo, corto pa’ la charla, y  cuando se le salía el demonio, como era afanado para el chínguere había que llevarlo bien lidiado, chanelando de la toreada era entendido, contreritas y terco,  de  lo necio que era nunca se le dio la gana allá en su tentadero mandar quitar una plástota  de cemento (¿o es una piedrotota?) a ras de tierra - 'Compa' quita esa chingadera, un día alguien se va a poner en la madre si se cae ahí - pues será por pendejo... el único día que le vi sacado de onda por lo que le pudiera pasar a un carnal en plena toreada, fue una vez que una vaca le metió un santo arropon, mejor dicho un chingadazo mayúsculo al 'Currito de los Reyes' estrellándole la tatema contra las piedras de bola del tentadero, en ese momento Mariano sostenía en su regazo al perrillo torero ese mentado 'El Blacky,' Ramos se puso pálido y solo alcanzó a susurrar 'Puta madre'.

Vivíamos cerca de la legendaria cantina La Guadalupana de Coyoacán y en ella aterrizábamos y antes de ensillarnos empezaba a preguntar cosas más que por saberlas por polemizar; ¿qué según tú, Armilla era muy poderoso?, - ¿en relación contigo?   - ¡me vale madre! decía, y le subía al tema pa' llegar a la confrontación que era donde se sentía a gusto, igual que frente al toro, con el noble no sentía gozo porque aunque no era un gladiador si era un domador y más que conocer al toro se conocía a sí mismo y su capacidad de desarrollo y gran parte de su éxito radicaba en su aguante para estar largos minutos frente al toro, no es que pensara como toro, tal cual lo hacía 'El número 1', Mariano tenía una vocación académica de enseñar al toro y además contra lo que se piense no era autodidacta, sino que era un machetero en vivo, más que en el Vivero, otro atributo era que gozaba al animal toro, caballo, perro y no los sufría como muchos, otro más que tuvo es que sin ser dueño de una personalidad fuera de serie y menos de carisma que le ayudará a trascender con ese extra envidiable, si poseía una estatura ideal para verse bien o más bien proporcionada ante el toro mexicano y al aseverar estos últimos puntos hay que percatarse que cobra más fuerza el mérito taurino del charro-torero.
                                                                                                                                                               Arte Imelda Saldívar
Ya la botella olía a vidrio y con ello empezaba de sacar algunos gatos de los muchos que cargaba en la barriga y que le maullaban como aquello que escribió Jaime Rojas Palacios, en el precipitado pasodoble que le dedicó más por oportunismo que por otra razón 'por tu perfil de indio cabal', en otra ocasión creo que por los rumbos de la pulcata 'Los paseos de Santa Anita (En Centenario entre Madrid y Viena, parcelas de Coyoacán) nos enfrascamos en el tema del valor y él que era tan broncudo decía; 'si el toro es por su naturaleza el bravo, entonces para que enbravuconarse con él, teniendo cabeza para dominarlo' bien dicho,  sí además el valor es la condición primaria que debe tener todo aquel que viste de luces, y mire usted tanto hablaron en la velada del torero  unos bien y otros a cómo pudieron o desde donde pudieron, de la maestría del sujeto y  lo que son las cosas con Mariano aprendimos que pa’ despedirse en la Plaza México, hace falta más mañas, que maestría.

 

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