jueves, 19 de febrero de 2015

Charlas del Tupinamba


REPUDIAN A LA EMPRESA * EL GALLO, ESPELUZNANTE


La estampa  de la temporada; Él Gamuza, la vio venir, ¡adiós virginidad!' Dolió, pero dio fama.
 Arte; Francisco Álvarez
 
Repudian a la Empresa.
El domingo de hasta la cola, se escucho la súplica de la afición y de los pobladores de esta ciudad para que terminada la temporada, en donde hace  años la Plaza México era uno de los máximos atractivos de esta metrópoli a la que Carlos Fuentes llamara 'La Región más transparente', las temporadas de Corridas de Toros se peleaba a codazos con otras atracciones  como visitar; La Calle del Órgano allá rumbo a Garibaldi, con sus  banquetas estrechitas sí, pero repletas de suripantas, de buñis, de meretrices, de güilas y otras  más finolis las de tacón dorado, las había frondosas, plenas de trapío, como toros cinqueños en puntas con los diamantes relucientes prietitos de tanto brillar, no del todo lisitos, más bien así como  corrugaditos, pero que de un testerazo lo ponían a uno quietecito listos pa' pegarle unos de  de pecho de pitón a pitón, los maletillas más intrépidos gustábamos de torear más sobre los riñones dejándose llegar la bravura que venía forrada  con los colores de su divisa predilecta, generalmente bordada en lentejuelas y  chaquira, también las había en pasamanería, eso sí, ya centradito en la suerte, había que ir por los naturales ceñidos, encastados de piel morena bien  contorneada sudadita por el gusto y por el encanto mismo de la sensualidad de  esa que tan primorosamente escribiera el maestro Pepe Alameda en su ‘Pantorrilla de Florina’. Como ahí si había autoridad, había que bordarla sin prisa como diría Juncal, pero sin alargar demasiado, sin pasarse de rosca y menos sin dormirse en la suerte, diez, doce minutitos eran muy aceptables para que el gozo no se fuera al pozo y con ello viniera el aviso de ordenanza, ahora a asegurar el encontronazo yéndose  bien perfilado llamado por los caireles sedosos, lustrosos, ensortijados, negros como conciencia de empresario de hoy en día (si es que tiene conciencia) a tocar pelo, a perfumarse con aroma a triunfo hasta los gavilanes, honrando la comunión sintiendo las orejas calientes y el rabo majestuoso digno pa' presumirse y listo pa' asegundar el domingo siguiente, eso sí, ya  bien pulcro en el  confort de los Jardines de California y rematado con el aroma a Siete Machos. Hoy, nada de eso, el remate a la temporada es un par de lonas que penden en la plaza: 'Adiós a la peor temporada de la historia, ¡Basta de Corrupción' y la otra 'Al Toro y a la Fiesta se les respeta, no se les explota’.
#elcallejón.


 El Gallo, Espeluznante

 
Como ahora los carteles importantes se dan en los carnavales, en Mazatlán se presentó el espectáculo 'Los gallos a caballo' donde Hermoso de Mendoza se brindó a plenitud y Joaquín Gallo impuso su valor de charro bravo y engallado, habiendo llenado la plaza hasta el reloj se alzaron con la divisa de atracción diciéndole al público y a los empresarios que en el toreo, lo hermoso del maestro Pablo  y en las agallas del gallo Joaquín Gallo, se haya esa fiesta tan hermosa que es la del rejoneo y que tiene cuerda pa' largo, lo mismo en la provincia mexicana que en 'La madre Patria'. 
Ya era tiempo que un gallo a caballo diera la cara por México, como un día la dio el otro charro, el de Atenco, Ponciano Díaz, que también monto a pelo, usaba sarape y banderilleaba  dando el pecho, esos son los hombres de a caballo a la mexicana, los que como Joaquín Gallo  son capaces en el instante resolver a como se pueda, con valor, entrega, ero sobre todo con esa sed de ser figura en un medio donde frente al toro cuesta y solo lo pagan los que tienen la cuadra puesta y el corazón templado, ese es el camino Gallo, en el que usted ya demostró de que está hecho para mucho más y que hay que voltear a verlo y a seguirlo, porque en esto lo único que pone al rejoneador a circular son los del graderío, esos que en Mazatlán le brindaron el aplauso con la frescura del mar y la admiración que nace por quién da la cara en un ruedo, que pa' usted siempre es un palenque donde el triunfo, es el himno, ¡Venga mi Gallo!
 
 

 

 


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