REPUDIAN
A LA EMPRESA * EL GALLO, ESPELUZNANTE
La estampa de la temporada; Él Gamuza, la vio venir, ¡adiós virginidad!' Dolió, pero dio fama.
Arte; Francisco Álvarez
El domingo de hasta la cola, se escucho la súplica
de la afición y de los pobladores de esta ciudad para que terminada la
temporada, en donde hace años la Plaza México
era uno de los máximos atractivos de esta metrópoli a la que Carlos Fuentes
llamara 'La Región más transparente', las temporadas de Corridas de Toros se
peleaba a codazos con otras atracciones
como visitar; La Calle del Órgano allá rumbo a Garibaldi, con sus banquetas estrechitas sí, pero repletas de
suripantas, de buñis, de meretrices, de güilas y otras más finolis las de tacón dorado, las había frondosas,
plenas de trapío, como toros cinqueños en puntas con los diamantes relucientes
prietitos de tanto brillar, no del todo lisitos, más bien así como corrugaditos, pero que de un testerazo lo ponían
a uno quietecito listos pa' pegarle unos de de pecho de pitón a pitón, los maletillas más
intrépidos gustábamos de torear más sobre los riñones dejándose llegar la
bravura que venía forrada con los
colores de su divisa predilecta, generalmente bordada en lentejuelas y chaquira, también las había en pasamanería,
eso sí, ya centradito en la suerte, había que ir por los naturales ceñidos, encastados
de piel morena bien contorneada sudadita
por el gusto y por el encanto mismo de la sensualidad de esa que tan primorosamente escribiera el
maestro Pepe Alameda en su ‘Pantorrilla de Florina’. Como ahí si había
autoridad, había que bordarla sin prisa como diría Juncal, pero sin alargar
demasiado, sin pasarse de rosca y menos sin dormirse en la suerte, diez, doce
minutitos eran muy aceptables para que el gozo no se fuera al pozo y con ello
viniera el aviso de ordenanza, ahora a asegurar el encontronazo yéndose bien perfilado llamado por los caireles
sedosos, lustrosos, ensortijados, negros como conciencia de empresario de hoy
en día (si es que tiene conciencia) a tocar pelo, a perfumarse con aroma a
triunfo hasta los gavilanes, honrando la comunión sintiendo las orejas
calientes y el rabo majestuoso digno pa' presumirse y listo pa' asegundar el
domingo siguiente, eso sí, ya bien
pulcro en el confort de los Jardines de
California y rematado con el aroma a Siete Machos. Hoy, nada de eso, el remate
a la temporada es un par de lonas que penden en la plaza: 'Adiós a la peor
temporada de la historia, ¡Basta de Corrupción' y la otra 'Al Toro y a la
Fiesta se les respeta, no se les explota’.
#elcallejón.
Como ahora los carteles importantes se dan en los carnavales, en Mazatlán se presentó el espectáculo 'Los gallos a caballo' donde Hermoso de Mendoza se brindó a plenitud y Joaquín Gallo impuso su valor de charro bravo y engallado, habiendo llenado la plaza hasta el reloj se alzaron con la divisa de atracción diciéndole al público y a los empresarios que en el toreo, lo hermoso del maestro Pablo y en las agallas del gallo Joaquín Gallo, se haya esa fiesta tan hermosa que es la del rejoneo y que tiene cuerda pa' largo, lo mismo en la provincia mexicana que en 'La madre Patria'.
Ya era tiempo que un gallo a caballo diera la cara por México, como un día la dio el otro charro, el de Atenco, Ponciano Díaz, que también monto a pelo, usaba sarape y banderilleaba dando el pecho, esos son los hombres de a caballo a la mexicana, los que como Joaquín Gallo son capaces en el instante resolver a como se pueda, con valor, entrega, ero sobre todo con esa sed de ser figura en un medio donde frente al toro cuesta y solo lo pagan los que tienen la cuadra puesta y el corazón templado, ese es el camino Gallo, en el que usted ya demostró de que está hecho para mucho más y que hay que voltear a verlo y a seguirlo, porque en esto lo único que pone al rejoneador a circular son los del graderío, esos que en Mazatlán le brindaron el aplauso con la frescura del mar y la admiración que nace por quién da la cara en un ruedo, que pa' usted siempre es un palenque donde el triunfo, es el himno, ¡Venga mi Gallo!
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