Federico Pizarro – Diego Urdiales –
Octavio García ‘El Payo’
Para nadie es un
secreto que México, de unos años pa’ acá,
se ha convertido en el cachondeo invernal de las figuras de la torería española,
las que han encontrado un caldo de cultivo a sus exigencias y desfachatez, las
cuales ya rayan en lo inadmisible y dicho sea esto y más bien aclarando sobre
el tema, decir que lo que viene sucediendo lastimosamente por acá, no es nada más
achacable a los coletas ibéricos y sí mucho me apuran diré que esto ocurre
debido a que el país azteca anda de ‘guanguengue’ taurinamente hablando como
hacía mucho tiempo no sucedía…los culpables, ¡todos!
Vamos yendo con unos
ejemplos que aunque pocos, la lista nos
alcanzaría para escribir un Quijote, pero algunos nos servirán pa’ ilustrar a
lo que voy, el año pasado se piro a la tierra de nunca jamás el padre de José
María Manzanares, tal vez a unos cuatro o cinco días de que el hijo tenía que
comparecer en el coso más grande del mundo, que lo es la Plaza México, lo cual
teniendo el tiempo y los medios pa’ hacerlo, aunque desde luego en condiciones
tristes y hasta dolorosas no lo hizo.
Esta temporada
invernal al mismo Manzanares la empresa le ‘recompensó’ o le premio su ausencia
otorgándole el honor de inaugurar el serias más largo de América, apertura que
sin duda se la acomodo a sus exigencias que a todas luces todo el mundo se dio
cuenta y que fueron salirle a una corrida mixta toristicamente, lo cual se hizo
pa’ garantizar que si los bureles de piña no caminaban pues los de fresa si lo
hicieran, además le pusieron un matador longevo pa’ que le abriera la tarde por
aquello de que en México en el primer toro la gente está todavía acomodándose y
comprando cacahuates y pepitas (semillas) o sea, está distraída y aparte el
torero estrella, no termina de tirar el miedo…si chucha como si se fueran a
zumbar los Miuras y no los miaus que muy seguido salen por acá.
Luego el día de ayer
domingo 29, Manzanares tenía que volver a torear con la misma fórmula de ir
arropado por un torero abridor y con un encierro que para su estilo le iba como
añillo al dedo y por eso lo pidió, más presumiblemente al ver que la temporada anda en ambiente y en resultados más helada
que un sorbete de menta, eso sin mencionar la chivería con la que el madrileño
Julián López ‘El Juli’ defraudó a la afición, pues Manzanares decidió
‘operarse’ de una cirugía que bien la pudo llevar a cabo después de cumplir,
pues se trataba de una operación previsiblemente programable.
Caso similar ocurrió
con ‘El Divo de Chiva’ Enrique Ponce, bajo la misma fórmula de torero abridor
por delante y toros cómodos y no obstante eso,
osó plantarle la puerta en las narices a la afición mexicana, con el agravante
que mientras eso sucedía aparecía en la revista ¡HOLA! Guapísimo hasta la
coronilla, copa de champagne en mano, mariachi y micrófono pa’ darle al
jelengue en la boda de Cayetano Rivera y Eva González, la que se dio en la iglesia de Nuestra Señora
de la Asunción, de Mairena del Alcor, en la que por cierto uno de los
protagonistas del festín era, ¿adivine quién? Sí, el mismísimo José María
Manzanares.
¿Alguna duda de que
México se ha convertido en un país de cachondeo taurino?, por ello este domingo
nos mandaron nuevamente de emergente o apaga fuegos a;
Diego Urdiales quien
en esta ocasión al ya no resultar tan novedoso y sobre todo cuando su lote que
procedió de la ganadería de Barralva por cierto propiedad de la familia de uno
de los co-empresarios de la México, ofreció menos oportunidades que una monja
en cabaret.
Federico Pizarro lo contrataron desde endenantes
pa’ abrirle al que andaba ausente y pues eso lo hizo salir de primer
espada en el turno.
Octavio García ‘El Payo’ salió a hacer
un esfuerzo enorme, ya que físicamente anda con un mal aquejo muy serio, lo
cual resalta más su honradez y respeto a la paupérrima
concurrencia que fue testigo de dos orejas que este digno espada se llevó, de
una por una.
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