México y anexas…
Las Bardianas
En esta pandereta de las promesas que solo es acallada por la
incertidumbre de los que ya dudan se las vayan a cumplir en lo referente al ‘Cuerno
de la abundancia’ nada varía, so pena de que si esto no sucede y rapidito Alex
Lora ya amenazó a AMLO que le va a componer una rola reclamatoria si no cumple
con todo el maná en el que basó su campaña… y si las casas de campaña con el
viento vuelan, que no vuelen los tacos de lengua, pues la posibilidad del
cántico como el que en su momento les compuso al presidente Salinas de Gortari y también a ‘Mr.
Trumpetas’ creo que está latente.
Por otro lado el Cruz
Azul con goles pero sin casa, las ‘Chivas’
tropezándose, como chivo en cristalería, ‘El Tri’ centroamericano siguiendo los malos ejemplos del
grandote, al que si hay que aplaudirle,
el ya haberse deshecho del colombiano que los empino, en el otro cuerno que lo
es el de la taurina, que verdadero gusto le dio a esta columna el rotundo éxito de un empresario de la
taurómaca lo que hace muchísimo años no se vivía y es que lo que hizo José
Arroyo Loyo, apenas el sabadito, fue írseles por delante a los toros y a los toreros y con el apoyo de Felipe
Olivera desbordar el arroyo del graderío en algo que en estos tiempos se veía
muy lejano siquiera de pensarse.
Ya que de baranda he tocado la palabra pensarse debo decir
que no creo en los empresarios taurinos como unos amorosos a la fiesta (pero
José ¡sí lo es!!!), lo cual no tiene además nada de raro, pues el empresario
cumple con su rol poniendo sobre la mesa su lana, con la posibilidad de que el
mantel se le encoja o los enanos le crezcan y también está la otra cara de las
posibilidades y es que como en ese pasaje que me parece es bíblico, en el que los
panes o los pescados, no sé bien, se les multipliquen y se le conviertan en ganancias,
eso sí, efímeras porque en esto de hacer fiesta nunca nada es igual cuando se
trata de la abundancia, pero cuando sucede hay que cacaraquearlo pa’ que quede constancia, como es que en el
serial maratónico de los ‘Soñadores de Gloria’ hasta ahora el mayor éxito se lo
ha llevado el empresario José Arroyo Loyo.
La fecha pa’ el registro 28 de Julio ¿en base a que lo consiguió?
Sinceramente creo a que logro idear la configuración de un cartel en que la mayoría de los nombres pudiesen resultar atractivos,
tampoco nada extraordinario pero si sabrosón, cuando menos en el papel y
también de una vez lo digo pesimistamente no veo por donde se vuelva a calcar
la entrada, aunque por ahí estén en el calentadero algunos chavales que apuntan
con esperanzadora claridad las ejecuciones de las suertes, pero también hay que
decirlo no tienen en sus nombres el ponch que tienen Roberto Román y ‘El
Cozumel’ que fueron imanes que jalaron a quienes ya estaban hartos de la
anorexia en la capital, si fuesen otros dos chavales, ni pasaría nada con
llevarnos de tramite el comentario, pero no, no es así pues se trata de dos
novilleros que pueden andar en esto de la novillería y que el sábado no dijeron
convincentemente; un aquí estoy.
Roberto Román es un joven que está preocupando por entrarle a algo que los
novilleros tienen en el olvido, la cultura taurina, esa que está escrita en los
capítulos de la nostalgia y que entre lo mucho que hay que aprenderle es a
torear con torería, ¿pero cómo lo va a lograr?, ¿por pura intuición? Ni que
fuera ‘El Juli’, más el problema es que a Román lo están llevando por el camino
de la unitalla, esa que lo mismo le pude servir a uno que a otro, nada más que
da la casualidad que este torero requiere se le instruya de acuerdo a sus características
físicas, los toreros de piernas y brazos cortos requieren de torear más habilidosamente,
embarcar, mandar y despedir hasta donde se pueda haciendo de la habilidad la
holgura que le permitirá no andar reponiendo en el ahogo, obvio pa’ torear más desahogadamente, y urge
que con su viveza, ya comprenda que ésta es una fiesta de tres tercios, no a
tres caídas, es un torero valiente, ni duda, pero el ponerse o quedarse detrás de
las cepas del pitón o de las orejas no lo hace más macho, e insisto estos
señalamientos se hacen motivado por el hecho de que en Roberto Román, hay la
posibilidad de cuajar un torero ni
mejor, ni peor que otros, solo diferente y eso en esto es mucho, como en mucho
se le reconoce esa cara de seriedad con la que circundo el redondel, apéndice en mano, así debe de ser.
Llego también Octavio Ávila ‘El Cozumel’ torero del que ya
basta de decir que es el último de la legua, porque que trae sus avíos al hombro
y usa cachucha, ni maíz paloma, ¿o que
queremos que todos los novilleros traigan sus capotes y muletas dentro de un Tupperware?,
como ya se dijo fue jalón de taquilla, se esperaba de él, que a cojonazos abriera
la Puerta Grande y con las peludas y el rabo se lo llevaran en volandas a la
cocina pa’ que ahí se las guisaran aderezadas con una salsita de guajillo o de
esa borracha que en Arroyo sabe a gloria y se las jamara bien acompañadas de
unos buenos curados, lo que no sucedió, se esperaba que se pegara un arrimón de
esos de luna de miel donde no queda ni pa’ un espacio, más allá de la
transpiración del maridaje, toro y torero fundidos en un bronce de bravura y pasión,
lo que tampoco sucedió, esperábamos que se jugara la vida con dramatismo,
enjundia y entrega hasta salir con las tripas al aire, lo que tampoco sucedió, esperábamos
que ya como colofón armara un broncón de órdago en que saliera con los platos
sobre la cabeza, lo que tampoco sucedió, lo que si debe suceder torero es que
usted inmediatamente se debe de alejar de quienes lo han venido aconsejando,
que son los que le mataron riesgosamente antes de empezar su estilo
atropellado, francote, entregado, arrebatado del que hoy privo a muchísima gente
que lo fue a ver, aguas porque si sigue así, o se regresa a la isla de Cozumel,
o termina en la isla de las muñecas en Xochimilco.
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