México y anexas…
Las Bardianas
Cincuenta años de conocencía recia y hasta extraña, sobre
todo por parte de este escribano con quien el tuteo rara vez se da entre gente
profesional del mundillo taurino, pues soy un convencido que el sano abismo de
la distancia, es el caudal por el que puede fluir la crítica en la más limpia de las formas, la que ni siquiera es
trastocada por el afecto, salvo en
aquellos casos particulares que por esa química mágica se llega a la fundición de la solidez del hierro
con el brillo del oro, que es la amalgama de la amistad.
Se llamaba Jesús nunca
un “Chucho” entre los dos, en edad me
llevaba diez años y sin embargo me decía que yo platicaba como antiguo y cuando
eso brotaba le decía ¿Jesús pero a los setenta y a los ochenta cual es la
diferencia?, -que estos últimos diez han sido tan pesados como
un toro cinqueño con quinientos kilos-, -¡Ah! y español-, Jesús Morales, fue más que el solo subalterno
del “Número 1”, el cante lo traía de herencia, vestido de tela brillosa
bordada en plata fue una garantía,
gracias a su cabeza pensante frente al toro, la academia bien aprendida, la
suavidad en la brega, la discreción y la rapidez con los maderos de arponcillos
y ese instinto nato de saber dónde y en qué momento meterle el percal al burel para ayudarle al
pronto morir.
Estamos en esa terraza
Tlalpan donde el aire huele a carbón y
los tacos a antojo, el sol templadito se ha metido como invitando a la charla y
hasta la reflexión, -aquí hay que darle
gusto a muchos-, -todo te lo quieren
imponer- , -aquí
en todo se lleva la contra-, -das una oreja y la gente pide la otra solo para
tener motivos de chiflar-, pero no puedes negar que regalan más orejas que comuniones en la
Villa en 12 de diciembre, -igual con los toros, nunca queda uno bien-,
Jesús es que la mitad de los toros que ustedes
dejan pasar, ¡no! deberían de pasar, es una tolerancia con la empresa más
grande que ayate de Juan Diego -¡ay ustedes los periodista!…-, y aquí si te digo Jesús antes de
que digas cualquier cosa, no puedes meter a todos en la misma canasta, pues
periodistas solo los libres, los otros
son jilgueros que se benefician, también hay los aplaudidores, y otros los que opinan en el
silencio del limbo, -cuando era torero siempre buenas notas en
los periódicos-, ¡es que eras una figura!
Hace poco lo vi pa’
entregarle en propia mano la invitación pa’ la inauguración del ‘Salón Bardo de
la Taurina’ no fue, cuando fue invitado a las tertulias en la Asociación de
Matadores tampoco fue, cuando lo invite al programa ‘Voces de luces’ tampoco
fue, ¡No me gusta entrar en discusiones! Y tal vez por eso cuando la muerte lo invito a
la Tierra
de nunca jamás, se fue.
A la gente hay que
admirarla cuando da motivo pa’ ello y Jesús Morales frente al toro dio muchos
motivos de pañuelo blanco.
Si morir es dormir, la noche de la muerte en paz quiero que llegue a mi....
(David Haro)
Si morir es dormir, la noche de la muerte en paz quiero que llegue a mi....
(David Haro)
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