Charlas Bardianas
Arte Ricardo Guevara Sexto El Nahual
Lo dudo mucho,
porque por principio las personas, pa’
haber visto en gran parte y vivido digamos diferentes
épocas de la Plaza México, aunque sea en tertulias o
sobremesas deberían de tener mínimo arriba de setenta años, por eso los pretextadores o sabelotodo,
que no tienen la respuesta a cualquier
pregunta, generalmente contestan;
-Es que hubo épocas-
y tienen mucha razón, pero antes de tener esa razón se tiene que tener cuando
menos un dedo de conocimiento del tema de lo que se está hablando y si no se vivió, no caer en la descalificación
de lo académico, pues sería tanto como
menospreciar a quienes escriben sobre el suicido sin haberse suicidado… bueno
hay muchos que están suicidados y ahí andan.
Lo cual no tiene
nada que ver con el Nahual Sexto de nombre que en forma co-estelar lleva uno de los personajes populares de
la novela sobre las horas de los 75 años de algunas personas que han formado parte o girado
alrededor de La Plaza México, que han
posado las asentaderas en esos tendidos y que por ello sienten el derecho de
ver y entender su propia fiesta, a como se les antoje algunos con autoridad
incluso pa’ subirse al pulpito ya sea de adobe o de pet comprimido y no aceptar,
ni el más leve aliento diferente al de ellos.
Otros si tienen
agallas, carácter y conocimientos pa’ ponerse en los terrenos donde huele a cloroformo y más aún quitarse la
máscara que no tiene que ver con las imprescindibles
mascarillas Covid-19 y rebatir sobre porque son más luminosas la trigueñas de sol que las paliditas de sombra , en lo que sí creo que estamos de acuerdo es que la Fiesta es de
todos, aunque la olla sea de otro y el parné
pa’ la carne lo ponga alguien diferente y sí decir que
el público por lo que paga y por asistir,
tiene derecho a expresarse y formar
parte de la Fiesta, eso sí, cada quien haciéndolo a su manera, la que algunas
veces puede resultar muy chida y
otras de plano ni resultar, porque en
esto de las tradiciones es como con los charales con papas y habas, se les
puede comer en taco o en hoja de elote.
Por aquí el Nahual que entre sus misterios posee, que a partir de ser humano
puede escoger el animal en el que se transforme, aunque hay otros que ya nacen
animales y se transforman en los de dos patas.
Por cierto Sexto traía entre sus garras la
revista conmemorativa que hicieron pa’ el 50 Aniversario de La Plaza México, que cuya
temporada la llamaron de oro como a esta se le podría llamar ‘La Inimaginable’, el caso es que en esa revista todas las fotografías fueron como frijoles puro
refrito; Yuri, Sylvester
Stallon, Don King, Emmanuel, Bibí Gaytán, Rebequita de Alba, ese era el nivel
representativo de las barreras de trapos
de marca y luego hay ¿quien dude
que esto necesariamente tiene que transformarse?, lo cual no es nuevo, pues
desde la época más cornadas da el hambre, ya tuvimos una gachí que se transformaba en hombre, se llamaba María.
En mi oficio de
artesano de las letras, las que
distorsiono en ortografía y reglas gramaticales por la razón de que no las calco,
pregunté al azar a varios aficionados;
Qué torero para ellos ¿se puede
considerar el mejor de estos 75 años que apenas comienzan? y a ¿Quién se puede considerar el torero de La Plaza México?, de inmediato
me contestó la pluma más elegante de los medios la de ‘La Fiesta en Paz’ y me
decía -Me extraña que preguntes eso. Ha habido varios de ambas vertientes-. ¿Entonces
puedo incluir en ellos a Cantinflas?
Por otro lado Don
Salvador García Bolio entendedor de tesoros editoriales en las Ligas
nacionales y en las Mayores Europeas, afirmó que el mejor de todos lo fue Mariano
Ramos, por cierto decir que su
Biblioteca Garbosa por los libros clasificados y por los que tiene
digitalizados, alcanza cada mes el millón de visitas a través de su singular
‘Gaceta Taurina’.
Don Fernando Marco
Sirvent se amplia y nos dice que Rodolfo
Gaona en la antigüedad, y en la México
Manolo Martínez tiene su voto.
Francisco Fernández
que re-editó las barajas de Ruano Llopis y editó un par de libros taurinos, puso dos
nombres; Manolo, Ponce y de los que no vio, pero si a leído está Ordoñez.
Doña Silvita Pérez
Domínguez que aparte de ser una embajadora del Arco Iris, es quien fundo junto
con su hermano y sus hermanas el ‘Museo
Silverio Pérez’ en Pentecostés el cual ella actualmente lo tiene tan hermoso
como un Trincherazo, contestó a la letra;
-Amigo no me
preguntes eso. Te acuerdas como era mi papá, bueno yo no le llego ni a los
talones pero pretendo seguir su ejemplo.
Todos han sido, son
y fueron extraordinarios y cada uno en su momento, estilo y circunstancias
hicieron sus mejores faenas. Gracias por considerarme.
De esto es de lo que
se trata esta novela de darle voz a quienes les han dado a los toros el aplauso y a los
toreros el ¡Óle!
Solicité a quienes tuvieran algo interesante relacionado
con la Plaza México y que fuese de interés
y no refriteado que nos lo pudieran compartir,
todo se fue al spam era una feria de superfluas
vanidades, y aquí comprendí mucho a los empresarios tan criticados, pues pensé
si los de los anécdotas presunciosas en vez de aportar algo a la Fiesta quieren
y tratan de lucirse a la menor oportunidad, ¿Por qué no contratan un escritor,
un historiador, un corrector de estilos, un ambientador, un diseñador y se
asocian con un distribuidor anexo a un mercado
logo publicista, y se gastan su dinero pa’ auto alabarse.
Me han pedido que no
desmitifique a la Fiesta, ante ello no voy a borrar todo el capítulo que dedico
a los Animals Lovers, tampoco voy
ocultar que mucho de cómo está la fiesta, se debe a las primaveras donde
florece la coba y la melcocha.
Y por ahí nos iremos
noveleando porque el Toro no lo es todo,
más si es parte del todo, que siempre será mejor, que no tener nada.
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