sábado, 10 de septiembre de 2022

Culebrón florido y variado

Bardo 

El Luto por los que se fueron y por los que pronto lo harán

No se sabe si al concluir su deceso recibirá un funeral de estado o simplemente desaparecerá de la escenografía urbana en la que nació  pa’ alcanzar las alturas, no obstante que su vida se dio de inicio en las entrañas prietas de la tierra o en el terracota de las ladrilleras y hoy es palidez por todos lados y es que el tiempo no acelera al reloj, como las ramas si lo hacen con las hojas que pa’ el caso son como aplauso o pañuelos blancos  que  se bambolean bajo el cielo  del smog, que es su cielo, más no tiene derecho de exclusividad.

 La cuestión es; ¿si su muerte será natural o por asesinato? Que todo apunta pa’ ello, más en todo caso el hecho es inevitable, se está cumpliendo con el trance del tiempo   y es que cuando algo nació pa’ desaparecer así sea el Ahuehuete del Paseo de la Reforma, que fue primero Paseo del Emperador y también en una ocasión de la 1ra. dama del orbe en aquel entonces, Mrs. Jacqueline Kennedy, quien ahí sucumbió ante una obra de arte que le pintara el inmenso retratista Alex Duval con motivo de la visita presidencial de los jerarcas estadounidenses, el maestro de los largos pinceles que casi alcanzaban un metro, plantó su caballete con la pintura susodicha montada al pie de la acera del Paseo de la Reforma a unos cuantos metros de la ‘Glorieta de La Palma’ y cuando paso la comitiva presidencial a rodaje muy lento, la 1ra. dama hizo detener el automóvil y lo demás ya es historia… Alex Duval se había convertido en leyenda.

Un toque de actualidad

¿Sabía usted?, que en alguna ocasión a “Jackie” se le fue la lengua sobre la personalidad y trato de Su Majestad inglesa y fue obligada en lo personal y en lo oficial a que inclinara el espinazo y le pidiera disculpas a la soberana recién difunta Isabel ll; Después de eso un shower, una perfumade de ‘1000 de Jean Patou, Paris’ su favorito, un outfit de Oleg Cassini, unos Martinis pa’ olvidar y aventarse un ‘Go to hell Jack’.

Hablando de wines entre lo confidencial de uno de los viajes que hizo The Queen a Baja California, en el banquete sirvieron vino del emblemático y orgullo de la región, a Isabel II le pareció espléndido, y ¡cómo no!, si el vino que bebió la Reina había sido cambiado en su liquido por un Chateau de los que bebía costumbristamente, cosas del 007 y de quienes están al Servicio de su Majestad.

Una ultima de estas; ¿Sabía usted que cuando murió “Manolete”? Llegó hasta Córdoba un telegrama de pésame con espíritu inglés firmado por Sir Winston Churchill, forjador político de la Reina Isabel ll.

La glorieta y la plaza    

Qué pena que la ciudad de la hoz-tía (comunista) se lleva a sus símbolos sin que alguno se haya consolidado como sustituto de una Palma que ya no daba cocos o que simplemente se doblo ante el Covid - 19.

La glorieta (1865) con todos los cuidados y hasta con medicinas de las que no se consiguen ni en el IMSS y ¡cómo no!, si es de izquierda y La plaza (1946) vapuleada entre tropiezos judiciales, escupitajos de anti sociales, más mucho de abandono añejo y ¡cómo no! si es de derecha, a pesar de ser Pop más ambas sucumbiendo ante la inclemencia de su naturaleza.

La glorieta aún erguida como un bastón que sin embargo solo es un palo, la plaza ya sin sus muletas es solo una inválida -Aunque que como fiesta podría seguir siendo receptora de arte y de emociones-. 

Más de arte

Ya metidos en cuestiones de arte y volviendo a la pintura, recuerdo que en los años sesenta  en El Pasaje Jacarandas de la ‘Zona Rosa’, se hallaba el taller joyería  del maestro Ernesto Paulsen   (La Cruz de la Basílica de Guadalupe, el monumento a Cri - Cri,  la escultura El Torbellino en el Jardín del Arte Sullivan…) y  enfrente dentro del coqueto pasaje la galería El Oso Blanco del mencionado pintor  Alex Duval, la ayudantía (mozo de cuello rosa y mensajero de zapatos Gucci) pa’ ambos genios la brindaba un chaval que ya desde temprano se la rifaba en las compras de oro así como las de tubos de  oleos  en ‘Casa Serra’, (donde se surtieron Rivera, Khalo, Siqueiros…) más pa’ no hacer caer en el pecado de la melcocha, que es como drogarse con coba a sí mismo, evitaremos que  el hoy longevo  nos platique lo que fue ver  a centímetros  detenidos a quien sería la señora de Aristóteles Onassis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario