Cada que la Temporada Grande está por
dar la cara, tratamos de brindarle a la afición otra cara diferente a la de los
que vestirán de luces, esto a manera de homenaje a quienes con su
taurinismo hacen posible que la fiesta torera exista a plenitud, por
eso hoy con la venia de usted, sacaré a los medios a una dinastía taurina, la
de Los Servín, cuya pasión por la Fiesta Brava es digna de reconocérsela,
pues va del abuelo al hijo y al nieto,
cuya afición lo lleva a jugarse la vida con gitana
alegría dentro del escalafón de los ‘Aficionados Prácticos’ y es que ‘Toño’
Servín a sus veintiún años está consciente de que en este
caleidoscopio que lo es el ‘Cuerno de la Taurina’ se puede ser figura en muchos
de los rangos que componen este mundo, eso sí, siempre y cuando uno se prepare
para ello e incluso desarrolle continuidad a la herencia familiar como los de
la dinastía de Los Servín, la que arranca con
aquel torero de luces que lo fue Antonio Servín ‘El Ópalo Queretano’
novillero que por los años de los treinta al solo conjuro de su nombre surgía,
el valor, la afición y el arte, que dicen derrochaba a raudales, se hizo
indispensable en plazas de gran tradición como la de Santa Clara, la de
Tlalnepantla, la de Puente de Viga, la de La Morena, La Ford por donde pasaron
todos los toreros de aquella época que llegaron a ocupar un lugar y
hablando de ello todavía se recuerda en charlas de café el agarron de
gallos finos que se dieron en la histórica Plaza Colón de la Queretana ciudad,
el pinturero ‘Negro’ Servín y el legendario Rafael Gil ‘Rafaelillo’ (El de más
cornadas da el hambre) ¡Que toreros aquellos!
El caso es que con el pasar de los
años llega a la dinastía taurina que nos ocupa, otro hombre de apasionada
entrega a nivel de aficionado y que lo es Don Jesús Servín, el que por cierto
es ni más ni menos aquel niño que se hizo famoso décadas atrás,
cuando al terminar las corridas se lanzaba al ruedo de la Plaza
México a torear de salón y de ello hizo una tradición, hoy Don
Jesús cuando se echa el capote de los recuerdos a la espalda, anda
sumando en su espuerta el haber asistido a cuando menos unos mil festejos en la
plazas de todos los confines del mundo taurino y a ese transitar se
engarza su afición a coleccionar carteles del antaño lejano y por si fuera poco
se ha dado el lujo de haber edificado en el jardín de su casa una coqueta
placita de toros para que el hijo desarrolle su torería la que a decir
verdad es tan salerosa y kilométrica como una ‘Larga Cordobesa’ y cuando torea
sobre los riñones ¡Vaya estampa!
‘Toño’ Servín es un chaval que en su
amanecer llegó a la Plaza México arropadito por su abuelo y su
padre, lo que le ha permitido gozar el día de hoy de una cultura taurina digna
de respeto, máxime por poseerla un joven que pronto
se alternativara en facultad y que a la par está
cursando la doctrina de ‘Torero de traje corto’ que es la de esos
hombres que viven su afición hasta la intensidad de pasarse por la cintura y
por gusto a los bureles, el caso de ‘Toño’ Servín hay que subrayarlo, ya que
aún en su temprana edad ha irrumpido con fuerza tal, al grado de
haber logrado presentarse en plazas tan
importantes como las de Queretaro, Juriquilla, Morelia,
Tlaxcala, Monterrey, Apizaco, San Miguel de Allende, Toluca, Mexicalzingo, San
Miguel Tlaixpan, Ixtlahuaca sin olvidar algunos cosos en los estados de Hidalgo
y Jalisco lo cual significa que ‘Toño’ Servín, anda toreando más festejos que
los novilleros actuales, lo que lo hace excepcional, en fin, este chaval que se
declara ‘Morantista’ se distingue por ejecutar un toreo fresco, mas sin embargo
pleno de aroma como su percha misma, que es la de un príncipe, pues para avalar
ello basta con decir que de su armario penden más de una quincena de ‘trajes
cortos’ entre los que destacan los de casacas de llamativos colores que
son su distintivo y que se los corta a la medida el famoso sastre de
toreros ‘El Capitán’ allá en ‘Agüitas’, de los avíos pues que decir, capotes en
solferino con envés verde botella y muletas de grana encendida elaborados en
Madrid, donde se los confeccionan a las figuras, los aceros de bravo fraguado,
sin duda estamos ante un torero de pies a cabeza.
Bardo de la Taurina
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