Charlas del Tupinamba

                                            LE AGUJERÓ LAS NALGAS

El domingo con el que cerró la anualidad de festejos y thrillers  que se han presentado en el 2014, en el foro taurino más grande del mundo, que ojo dista mucho de ser el más grandioso, porque la verdad su fachada hacía arriba o sea en la parte de los generales, que hay que decirlo es donde se gestan los ídolos, siempre ha sido fellona por la razón que nunca la terminaron o la remataron, tampoco es la más grande en importancia por las sobradas causas que todos conocemos y eso pa' remediarlo dado el daño irreversible que la han causado en aras de lo presumible del móvil que es sacar a la gente de la plaza y así poderla convertir en un terreno productivo, ¿Si este es el caso? pues siendo una propiedad privada se solicita a la delegación un permiso de demolición y ¡ya!, lo que va a ocurrir más temprano que tarde con la totalidad del coso o con la mitad que es el proyecto de rasurar el embudo de concreto modernizando la parte que está bajo el nivel de la banqueta y dejándola como un centro de usos múltiples, el cual contaría con 20, 000 localidades (no se necesitan más) de primer mundo con cómoda  butaqueria, un redondel torero que se ocuparía durante la mitad del año y la otra mitad sería destinada a funciones de circo, conciertos musicales, juegos de basquetbol y todo evento propio de darse bajo techo, en la parte de arriba (donde están los generales) se instalaría un centro comercial, gastronómico, salas de cine y teatro, el museo taurino, salas de conferencia en fin algo acorde con los tiempos modernos, el proyecto está más cercano de lo que usted pueda pensar y para ello bien se podría echar mano de arquitectos especializados y renombrados  como   el Arq. Mario del Olmo en Plazas de Toros, el Arq. Javier Sordo en Centro Comerciales (Malls) y el Arq. José González Espinosa en remodelaciones y adaptaciones, y en la parte operativa o empresarial la bola de cristal nos recomienda no perder de vista estos nombres Lic. Sergio Hernández Weber y Giovanni Aloi y si no lo cree usted viable ¡Tiempo, al tiempo!

 

Todo este proyecto nos ha servido de apertura para abordar el tema del mayor hartazgo, crisis, debacle, hecatombe,  que ha sufrido la Plaza México en sus ya casi setenta años, deplorable, condenable y repudiable situación que solo es comparable a nivel empresarial con a la que ha llevado Jorge Vergara al equipo emblemático de México, las ‘Chivas’ del Guadalajara, y es que el pasado 28 de diciembre en ese coso que un día rugió hasta el reloj aclamando a sus figuras y donde torear en él era un verdadero honor, digno solo de quienes lo merecían, se registraron como puntilla  a la tradición herida de ir a los toros dos hechos, que de lo patético van a lo dramático, el primero es que se le otorgó la alternativa a una señora ama de casa que sin importar su sexo, ha sido taurinamente la menos merecedora de ello en toda la historia de la Plaza México, lo cual la afición no lo digerirá ni con aceite de ricino, pues esto no es solo de purgar, sino de borrar de las páginas negras de los anales de la historia,  y en consecuencia de ello, lo que en realidad equivalió a un intento de homicidio o de suicidio pues llevar a la muerte o exponer a la invalidez física  o degradación mental a una persona solo lo pueden hacer quienes se balancean  en la daga de la inconciencia y  del lucro, llámense como se llamen incluyendo a la propia torera, la cual no nada más atentó contra su integridad de madre e hija, sino que como consecuencia de ello al haberse salvado por obra y gracia de los espíritus de la milagrería se llevó entre el saldo rojo a un personaje emblemático de la fiesta Federico Domínguez ‘Gamucita’ al que el toro ya cebado le agujeró la nalga cuando se la dejo ir todita, firme, ardiente, penetrante y seguro que  si la cornamenta viene con más fuerza parte en canal a este monosabio que ofrendo su vida por salvar a la de una hembra que estuvo en el lugar equivocado.
 

Así se escribió la historia que hoy tiene moribunda y en las tablas a la plaza más grande del mundo, a la cual ahora sí, se la cargo la chingada.