Una teoría sobre el comportamiento de la Plaza México,
al son de la
novela de moda ‘A dónde va nuestro amor’
Dicen que los
matrimonios se inventaron para lucrar con los sentimientos y los dineros a
través de los divorcios, lo cual implica que estamos ante un juego de intereses
en donde lo que prevalece son los puntos económicos y tan es así, que mandarse
al carajo es una cosa e irse es otra y estas no se dan así de fáciles, por lo
que las partes involucradas deben de jugar sus barajas lo más astutamente
posible aunque en ello se lleven entre las patas a los hijos, que en este caso
de la ‘Cazuela de concreto’ vienen siendo dos la propia Fiesta Brava y la
afición, los que esto claro, les importan un verdadero sorbete a las partes
involucradas, en el negocio de la disolución del vínculo amoroso, que como en
todo matrimonio no involucra nomás a dos sino a tres máxime en esto que es de
cornudos ¿o que vamos a creer que en el toro existe fidelidad, honradez,
respeto y ética a los principios morales?
Estando así las
cosas salta la teoría que ya la setentona de la Nápoles pues como que ya está
cansada, arrugada, descuidada, feona, desgastada y hasta sin ganas de vivir y
eso lo manifiesta en su no manifiesto interés por brindarse dando festejos de
interés.
En cambio si cambia
de giro o de plano se palma, pues va volverse productiva y con ello le va a
meter un caudal de lana a sus dueños quienes en teoría van a untarle la mano a
quien le aplique la eutanasia que lo es la empresa que la regentea, - ‘Haber
Bardo barájemela mas despacito’,- pues ahí les va ‘Juan Pueblo’ una vez clara
la tirada de la desaparecida parcial o total que esto depende de que los dueños
y quienes pueden ser sus socios operativos, que lo es la actual empresa,
decidan si no es que ya lo decidieron irse por la opción; a) que es la de
demoler y construir ahí un Centro Comercial o la; b) que es demoler la parte de
los generales y construir ahí un desarrollo comercial y de diversiones y
remodelar los tendidos y barreras para crear un Centro de Espectáculos
Múltiples.
Esto podría a todas
luces verse como algo viable pues siendo la Plaza México un inmueble privado
los propietarios solicitarían a la delegación Benito Juárez un permiso de
demolición aparejado con el de construcción.
Mas la cosa no es
así nada más, pues a como se quiera ver la Plaza México es la Plaza México
sobajada, desprestigiada, carente de interés, y todos los adjetivos rojos que
se le quieran poner le caben, y por ello siguiendo la teoría de cuando se pida
el permiso de obra ya firme, concreto con papeleo y todo para ingresarlo el
Gobierno del Distrito Federal puede en un acto de populismo, de cultura de
civilidad, de tradición decir ¡No se otorga el permiso! y cuál sería la única
forma legal de hacerlo, pues mediante la expropiación para ser enajenado al
mejor postor por concurso como sucede con muchas plazas incluyendo la de Las
Ventas de Madrid, nada más que aquí es donde para los dueños la ‘puerca puede
torcer el rabo’ pue esto se tendría que realizaría mediante una expropiación y
ya se sabe que estas se dan en base al valor catastral que tiene declarado el
inmueble y si es cierto que el 99 % de los inmuebles en esta ciudad están en
registro muy, muy, pero muy por debajo de su valor real, a los propietarios el
costo por metro cuadrado se les puede convertir de pesos a centavos, a menos
que los dueños en un ejemplo de ética ciudadana cada año hayan venido pidiendo
que se les actualice el valor real para pagar en automático más impuestos ¡A’
dio!, así que no hay que ser muy inteligente para pensar que para los dueños
ese no es el camino que quieren recorrer.
La otra suposición
la b) iría en el sentido de que se les aprobara ½ demolición que esta depende de la delegación y la cual
pa’ no correr el riesgo de una negativa por la historia del inmueble se daría
más probablemente si se les demuestra con hechos fehacientes que la parte a
rasurar (zona de generales) está demás y que no tiene ningún caso mantenerla,
pues los hechos muestran
fehacientemente, con la realidad que está a la vista de todo el mundo, que cada
domingo va menos gente a la plaza y que la que va, cabría perfectamente en el
graderío numerado y barreras ¿Cómo
lograr esto?, pues como lo hace cualquier civil cuando quiere desalojar una
vivienda no metiéndole dinero bueno al malo, que en léxico taurino es no
invirtiendo en toros con edad y trapío, en elencos dignos, en carteles de dos
figuras y un remate atractivo, en procurar la solvencia máxima de los jueces
(aunque no los nombra la empresa pero…) para lograr una verdadera jerarquía y
dignidad al valor de lo que ahí se premia y no caer en la devaluación total en
la que se tiene sumido el prestigio del coso.
Ese trabajo de
peinar el terreno, por no usar términos del bajo mundo alguien lo está
haciendo, un caballero abajo a mi izquierda que me diga ¿quién está operando
esa encomienda si ésta existe?, contésteme correctamente y se llevara un boleto
de sol general limitado a la fila del reloj para la reaparición en mano a mano
de Guillermo Capetillo y Leandro Marcos, ¿o qué? la respuesta por obvia merece ¿algo
más?
Que viva la pepa!
Por ahora, pero de que esto, va a suceder, va a suceder y mientras tanto, que a
la fiesta le pase una aplanadora por encima, por aquello de que hay que ir
aplanando el terreno.
Gratitud y Reconocimiento de Arte: Dogguie.com, Yonezawa Fotografía, www.mensajesdeanimo.com, www.unosanrafael.com.ar, www.latrriats.es.
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