Tanto en Madrid,
México y Santiago Cuautlalpan, con el concurso de novilleros internacionales,
entre ellos mexicanos, este fin de semana fenecieron las temporadas de
novilladas sin puyazos, las cuales desde siempre se han dado con mayor o menor
frecuencia en algunas plazas, así que esa hostia de querer hacernos creer en los medios que esta
modalidad de dar festejos sin cuacos es de invención reciente, es tanto como
pensar en que apenas el café con leche lo inventaron en los Starbucks y es que
en el toreo, casi todo está inventado, incluso la prohibición de las corridas,
es más en México las han suprimido temporalmente, no los masturbadores
políticos del verde sino los propios presidentes de la república, como también
es cierto que diversos mandatarios han ocupado las barreras.
Lo que sí está
sucediendo, hablando de los tiempos presentes, como los referidos de las
novilladas sin piquetes, es que con ellas se ha desatado una nube de confusiones
que van desde el no saberlas entender en su
concepción medular, como sucedió en México en la plaza capitalina, donde algún sector
localizado entre quienes usan cualquier evento o circunstancia para ir a la
contra con el objetivo de llamar la atención o por ignorancia, trataron de
desvirtuar el concepto, en la plaza de Cinco Villas los festejos fueron
vistos dicotómicamente a la monumental, pues los
jilgueros aventaron más incienso que el
que avienta el botafumeiro de la Catedral de Santiago de Compostela, el de los
53 kilos y el 1.50 m de altura así que imaginemos todo ese incienso sobre una
temporada, pues fue más lava que la que
vomitó el Vesubio sobre Pompeya y Herculano, así que ¡cuidado!, tan mala es la
hiel que amarga como la melcocha que ataranta, tan sencillo y tan prudente que sería
decir solo ‘Ambas temporadas cumplieron’
Y es ahí donde la
fiesta empieza a perder piso, cuando la realidad, como el hígado del borracho,
se hincha o como los ojos del mariguano se nublan y ve borroso, a partir de
ello todo se distorsiona, hoy se piensa o más bien se magnifica lo que en
realidad es normal o estándar y lo peor es
que la coba es como el juego de
Juan Pirulero, que casi todos lo juegan con una excepción que lo son los
empresarios, pues ellos tiene el termómetro de la taquilla el que mide el graderío,
donde el volumen lo hacen los toreros extraordinarios que esos son los que interesan, que por cierto son muy
pocos.
Los otros son a los
que la cuerda les alcanza pa’ ser buenos, algunos regulares y otros solo modestos, mas todos en conjunto son los que hacen la ‘fiesta
robalo’ que es la que hoy tenemos, la que se da a media agua donde el robalo
navega, diciendo que no por ello deja de
ser sabrosón, pero nunca será salmón.
En esos denominados
chats, aclarando que no participo en ninguno, pero que me han incluido en
varios, uno de los cuales lo apuntalan
personajes cuya estatura no necesita de panegíricos como Don Luis Cuesta Perrusquia,
el titular de desolysombra.com quien
este fin de semana bordó versículos que vienen siendo unas perlas de lo sensato
y de lo claro, algunas de las cuales me
atrevo a compartir porque sé que Don Luis no es un hombre envidioso, pero sí selectivo, por ello si en esta columna que es
del pueblo no aparecen las citas que a continuación voy a citar, pues solo las
gozaran quienes pa’ leerlas se enfundan en traje de gala, las paladean al
cobijo de un Buchanan´s 12 Years Old y las meditan al arrullo de un Cohiba
Behike:
‘En el toreo hay que
ser extraordinario o un fuera de serie – De Paula y Curro Romero no eran
Ordoñez, ni Camino, ¡no! pero eran unos fuera de serie – Personalidad – Los gustos en el toreo son subjetivos afortunadamente hay
cosas muy obvias – En el toreo no basta
con ser bueno como en el deporte – Son buenos, son necesarios, pero… – Yo no quiero solo figuras, me gustan los
toreros que me apasionan – Que tienen pinceladas de arte, que el toreo les sale
del alma – A mí los mediocres nunca me han caído bien – Apoye toreros en sus
inicios pero no estoy ciego’. Citas y máximas de Don Luis Cuesta Perrusquia,
Acapulco, México. ¡Gratitud!
Ante eso, solo
guardar la esperanza que entre los que asomaron su aún endeble pescuecito en
estas temporadas de novilladas sin caballos, tanto en la Plaza de Las Ventas,
en la Monumental México y en la de Cinco Villas, ojala alguno o hasta dos con
mucho optimismo sea (n) un día digno (s) de ser etiquetado (s) como figura (s)
los demás serán toreadores buenos, regulares, sin olvidarnos de las comparsas y
ahora que estamos a tiempo, recordar para que tengan un recuerdo, a los que se
van a quedar en el camino.
*Lo del número de
posibles realidades torerísticas sale presumiendo cual será la respuesta a la
pregunta ¿Con cuántas figuras de la novillería se cuenta o se ha contado los últimos veinte años por
temporada? Y es que seamos realistas de las recientes horneadas de los tricolores
¿Cuántos fueron contundentes para haber alcanzado la alternativa, sin mácula?, y es que pa’
romper se requiere pasarse al toro por
la faja, conmocionar al tendido, derrochar personalidad, asustar de valientes, transpirar enjundia, descararse frente al toro
el que trae edad, kilos, diamantes, que es el único que le da validez a lo que
se hace, lo demás es artificial.
Y pa´ irnos con
algunos de los atributos, decir que el
domingo se adjudicaron peludas en Madrid, el español Francisco de Manuel y el
mexicano Alejandro Adame, en México el local Tato Loaiza, con ese su carácter indomable,
a mordidas les arrancó un par de orejas a bureles del Vergel, mientras el
hispano Ángel Téllez se apuntó una, lo mismo que un día antes a Sebastián Ibelles le fue acreditada otra recompensa.
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