¿Vio usted en la televisión?, esta semana, la opinión que vertió el
co-empresario de la Plaza México Don Alberto Bailleres González, sobre la
problemática, no de la desolación en la que tiene sumida a la mole de concreto, ni qué medidas va a implementar a futuro pa’
tratar de salvar del precipicio a ese ícono
que lo es la monumental, tampoco se ocupó de explicar o justificar a que se debe que él en lo personal (no sus
empresas taurinas, que hasta donde se sabe no están involucradas en este ajo)
estén mordiendo la arena en el reglón del prestigio, menos se refirió al
porvenir del ‘embudo de concreto’ donde ya el agua del río está sonando, ni
tampoco despejó la incógnita que tiene en ascuas a la prensa color de rosa la del ‘Socia lité’ que es la
que permea actualmente en este medio, si en las corridas que se avecinan con
motivo de que el inmueble Plaza México, cumplirá 71 años, él estará en su palco en el callejón
como le corresponde pa’ preguntarle ¿si es verdad que trae pleito casado con el Ing. Carlos Slim Helú?, padre del ganadero
de Brito refriega que según una fuente
que no es la de Trevi, es generada por el arrendamiento de un localito donde
desde siempre ha estado el nido de los tres tecolotes, los de la divisa de los
Sanborns en su ubicación de Palacio de Hierro, Durango.
El cual ya sabemos
pertenece al imperio de Don Alberto Bailleres González, esta situación toma
referencia toda vez que en ese sitio se ubicó el Toreo de la Condesa, donde se
escribieron grandes historias entre las que resaltan las que se dieron en 1940 cuando el toro
‘Cobijero’ mata al ‘Torero de México’ Alberto Balderas, en 1943 ‘El Compadre’
Silverio Pérez realiza ahí la llamada faena milagrosa ante ‘Tanguito’ de
Pastejé, para eternizar la historia de
estos acontecimientos se encuentran
sendas placas de bronce sobre uno de los muros que hasta hoy todavía resguardan
al Sanborns que de ser verdad, su desaparición con ella se ira la tradición y
la clientela, más de ninguna manera, las placas conmemorativas, ¡así lo
esperamos!
Como breviario cultural agregaremos que vecinos a esa manzana por cierto de cinco calles, estuvieron
sitios sin los cuales no se podría entender completa la historia cosmopolita de
esta ciudad, comenzando por que enfrente de la plaza por el lado de la calle de
Durango, hoy Palacio de Hierro, se localizaba la casa de Graciela Olmos ‘La
Bandida’ donde el dulce esparcimiento de las casas de prostitución alcanzaron
su esplendor, fue precisamente en ese lugar donde ‘Manolete’ quien se presentó
en 1945 en El Toreo, pasó sus mejores momentos y en agradecimiento a ello, fue
que cuando regresó a México, le trajo a la ‘madame’ una finísima guitarra
valenciana y también ahí solía enfundarse de luces Luis Castro ‘El Soldado’ pa’
atravesar la calle y meterse a la puerta de cuadrillas, por otro se hallaba el
cabaret ‘Rio Rosa’ y el legendario ‘El Retiro’ sitio de música y de taurinos,
en fin, esperemos que la tradición de tomar café con molletes, rollos de canela
y enchiladas suizas siga ahí.
Siguiendo con la empresa de la capital este domingo se dio
una corrida más, que en una de sus lecturas invita a pensar que un torero
francés y un apoderado español impusieron a la empresa su voluntad obligando a
que un montado les abriera el telón ¡Qué
pena! Este país luchando porque un dictador como ‘Trum-peta’ no le ponga la
bota en el cogote y acá cediendo, porque
nadie se tragará que este abridor merecía venir a la plaza después de su última
no actuación aquí.
Ya en el ruedo siete toros de Los Encinos pa’ los de a pie.
Sebastián Castella quien ahora salió con ánimo de agradar y
de la espuerta saco la enjundia además de lo mucho que tiene, sabiendo que
tenía necesidad de firmar con un par de orejas, cuando menos un par de corridas
pa’ la próxima temporada y lo hizo.
Andrés Roca Rey no termina de romper en México, como sí lo
hizo hace años su paisano Fray Martín de Porres, quien luego fue desplazado en
popularidad por San Juditas Tadeo, mas como a acelerones nadie se la gana a
este incomodo toreador, se volcó con el acero sobre el morrillo de uno de sus
toros y el presidente que alza los brazos, como presidente triunfante, ¡que también se acelera!, y le manda una oreja al peruano, el que aceleradamente la mando a
volar hasta Machu Picchu, lo cual pa’ el juez debió de haber sido un desaire.
Octavio García ‘El Payo’ no la vio como pensó que la iba a
ver esta tarde y como él ha de ser el primero en lamentarlo, pues ya que más
les digo.
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