La Plaza México ha
llegado hasta aquí sin que prácticamente en 71 años se le haya metido mano y
eso es asombroso, pues todavía está de pie, en lo que a su estructura se
refiere, lo cual no ha sido fácil pues en esos longevos años ha aguantado de
todo, siendo lo más grave tal vez los
sismos que ha soportado, gracias a la arquitectura, la ingeniería, las
manos y los lomos de los mexicanos que la echaron pa’ arriba, ciertamente hay
que decirlo la plaza es bonita, pero lo sería mucho más con grandes detalles, que de tenerlos luciría
hermosa como por ejemplo en sus mejores tiempos se debió de haber pensado en
revestir con arte la fachada del cucurucho de los generales, lo cual se pudo
hacer con voluntad bilateral entre los dueños del inmueble y la empresa, que en
ese momento estuviese lidiando, México ha sido cuna de grandes muralistas, en
lo taurino hoy se cuenta con artistas de la talla del maestro
Francisco Álvarez, el de los toros siluetados en acero rematados en resinas y bronceados
o el de su divisa personal colorida y
bien trazada, en fin, son pensamientos tendientes a la hermosura de un inmueble
que dejaría de serlo como tal pa’ convertirse en una obra de arte monumental.
En más y en comunión,
donde el arte se funde para dar vida a esa expresión cultural llamada
tauromaquia, realmente en el presente y menos en el pasado inmediato, no hay
mucho por lo cual echar a volar las campanas por razones de todos conocidas,
más esto no obsta como pa’ dejar pasar la fecha y si decir que la empresa se
esmeró y en dos tardes que son las que dedicará al aniversario 71, barajeo las
cartas con más habilidad que un croupier de los que hay que decirlo los hay
maestros pero no perfectos, perfectos solo los Trincherazos de Silverio Pérez,
los Naturales de Lorenzo Garza, las Verónicas de Luis Castro ‘El Soldado’, los
estatuarios de Luis Procuna, los Martínetes y Desdenes de Manolo Martínez, la
profundidad de Fernando de los Reyes ‘El Callao’, las banderillas de Mauro
Liceaga, el carisma de Valente Arellano, la gallardía de Emilio Rodríguez, la
hermosura en el tendido de María Félix, la elegancia de Agustín Lara, el
micrófono de Pepe Alameda, la pluma de Carlos León, los trazos de Pancho Flores
y por supuesto los tacos del ‘Negro’ Muñoz.
Hoy falto redondear
con propiedad el cartel del sábado 4 de febrero, lo cual no se ha de haber
hecho pienso por no tener Eulalio López ‘Zotoluco’ en estos momentos un
heredero a quien entregar el bastón de mando y por ello, el mano a mano sacado
de la manga, esa modalidad surge de una
rivalidad que en este caso no existe para nada, en todo caso se trate de un
cartel con las máximas figuras de México y España (aguantando las mentadas que me están aventando quienes piensan que ese
título corresponde a …) por otro lado se entiende que la empresa debe de cuidar
la taquilla y por eso creo no se anunció la clásica encerrona de despedida o
por qué Enrique Ponce no hubiera aceptado otra fecha, si de por si ¿quién sabe
cómo le hicieron? porque lo lógico hubiese sido que el ‘Divo de Chiva’ fuera en
el cartel del 5 en la que les calló como anillo al dedo Luis David Adame, el
que en papel de pajecito les va abrir pa’
asentarles a la gente a los supremos cardenalicios el de Puebla del Río y el de
Velilla de San Antonio, tarde en que la
bola de cristal nos dice que Adame
tranquilizado se puede meter en el regazo del graderío, Morante dependerá de la
vena y de la suerte torilera y ‘Juli’ saldrá
en perro de caza al que nadie se le va por delante. ¡Ah! y
esperar que la jugada que le salió a la empresa de flor imperial, no la aborten
los cuadrúpedos.
Y bueno, en esta fecha lo usual es mandar
felicitaciones, pero en este caso yo me pregunto ¿a quién? Al dueño de la Plaza,
a la empresa, a los ganaderos, a los toreros, a la afición, pues ahí repártanselas
a como puedan.
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