El
Toro en México
Por
Bardo de la Taurina
A Iván Fandiño
‘Morir en
paz’
Autor David
Haro
Si morir es dormir
la noche de la muerte
en paz quiero que llegue a mi.
Voy a quemar el fuego
hasta que se consuma
esto que hierve dentro de mi.
Antes que me maldiga
la pasion en la nada
quiero agotar mis ansias de ti...
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Al Toro
Después de ver la rotundidad de las
corridas de la Beneficencia y la Cultura en Madrid, en las cuales el primer
triunfador lo fue la ciudad del Oso y El Madroño, al mostrar cómo se hace una
fiesta a plaza llena con el cartelillo de NO HAY BILLETES.
Y es con eso que quiero pensar, si no
sería más sano de una vez por todas, separar la fiesta española de la mexicana
y así mentalmente no estaremos a cada segundo comparando la una con otra en
todos los aspectos y por ende sería meterle el acero hasta los gavilanes a ese
sentir de amargura que produce inevitablemente
comparar una fiesta con la otra y es que ¡ya basta! de ser tan tozudos, tan
necios, tan tercos, tan obstinados, tan ciegos.
Y si no vamos a poner las cartas sobre la mesa y boca arriba pa’
quitarnos la venda de los ojos comenzando por aceptar que España su feria de
San Isidro es capaz de rematarla con dos festejos de elevadísima categoría, en
la liga de los doctorados, carteles que conformaron con la mano en la cintura
exclusivamente con toreros propios ¿sería posible eso hacerlo en México, con solo
toreros nacionales?... permítanme atender a la urraca madrugadora que ya está
sulfurándose con eso de que a la plaza de Las Ventas le cabe la mitad de
público que a la de México, a lo que el cuervo negro que se para en mi balcón
le responde; nada más que la Ciudad de México tiene mucho más del doble de
habitantes que la de Madrid, ¿entonces de que depende que una se replete hasta
el reloj incluso en día laboral y la otra no?
Otra pregunta y como la respuesta puede ser subjetiva pues se
la dejo a usted, ¿Cuál sería el equivalente mexicano a los dos carteles que
presentó Madrid? Seamos sinceros no hay
que romperse la cabeza… y además aceptemos que sus dos armas nucleares Enrique Ponce y Pepe
Tomy no hubo necesidad de sacarlas del arsenal, y a propósito de lo que se vio ¿Qué le pareció a usted la actuación de ese
torero de veinte años de edad y uno de alternativa llamado Ginés Marín? Quien por cierto tuvo la misma oportunidad de estar en el cartel de la Cultura que la que tuvo el
mexicano José Guadalupe, nada más que el español vio pasar frente a sus narices
ese tranvía llamado deseo y dijo; -De aquí soy, y vámonos trepando que a la
oportunidad la pintan calva.
Desde luego sabiendo que aquí los toros tiene una carrocería
diferente si cabe aceptar que en la tierra del Quijote también hay animales de
diferente confección, solo preguntar ¿traían o no trapío los que echaron allá?,
¿levantaron alguna sospecha de que
pudieran haber venido manipulados de los diamantes?
Dejemos a España con su fiesta completa y nosotros con
nuestra media fiesta, que a fin de cuentas cada quien tiene la fiesta que se
merece y esto es resultado de que aquí hayamos tolerado por años una fiesta
blandengue que hoy nos tiene llenos de amargura, bueno cuando menos a mi menda,
que no está conforme con que tengamos la
plaza más grande del mundo, el territorio taurino más extenso del mundo que da
cabida a cientos de cabezas unas con cuernos y otras con coleta y entre todas
ellas no tengamos un torero que sea figura en Latino América y en España lo cual
es privativo de un peruano… a quién solicito se moche con la receta.
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