domingo, 8 de diciembre de 2019

La bonne éducation d'El Galo.


México y anexas… las Bardianas

     Arte Pídro
La Sexta
Se dio una más de las maratónicas puestas en escena de la Plaza México, con ocho animales
en la que ahora  los sobrantes estuvieron con lo que en exceso nos trajeron de Europa, con etiqueta de un francés que es figura Sebastián Castella y un español decoroso “Paco” Ureña quienes hicieron el cartel junto a “El Payo” y “El Galo”, del queretano ya lo sabemos que no es la primera, perdón la única figura de este país conquistado por alguna razón que no la sé, pero de que su toreo cabe en un frasco de Baccarat,  ni duda cabe, y lo que no y si fue una sorpresa fue ver la conducta tan correcta que dispenso André Lagravere “El Galo” en su actuar personal, ese que trae forrado en una percha más que  ad hoc,  de su toreo nítido y prometedor, solo el tiempo nos dirá hasta donde lo fermentara, más como tiene tanto simiente del fino coñac y del profundo xtabentun sin duda está hecho pa’ panderetas finas, a ello decir y alabar, el que no haya recurrido a las poses de pandillero de barrio tan de moda en los torerines mal armados que recurren sistemáticamente a las miradas y balandronadas pa’ presionar  y mendigarles una oreja a los señores del palco, no, “El Galo” demostró que lo de él es categoría.


¡Que viva la pepa!
Pa’ efectos de la mexicanidad, del populismo, del costumbrismo,  el próximo jueves 12 de diciembre se cierra el año al arrancar el etílico Guadalupe - Reyes que se son fechas  más que religiosas, pa’ montarse en el pretexto así; ¡Que viva la pepa! Dicho esto no en su contexto original, el que viene de aquel registro histórico del año 1812, el que tuvo que ver con la Constitución de Cádiz  en la ‘Madre Patria’ y lo de Pepa pues porque cayó en el día onomástico de San José (Pepe), sino en la acepción de des-obligación, despreocupación, irresponsabilidad o como diríamos en la ´Nueva España’ de  ¡Que viva el desmadre! Frase  ésta que bien se puede aplicar a la derrama de lo que ha venido sucediendo en la hamaca del cachondeo de esta Pepa que es la temporada en turno de la Plaza México, donde todavía no se aclaran, ni  por lo visto o se corregirán las situaciones anómalas que en algunos casos han sido juzgadas, como no lo debería, por la confusión propia del valle de las tinieblas y si así ha sido pedimos perdón sin siquiera tratar de justificar nuestro actuar.

Y es que estamos sujetos a  equivocarnos, resultado de que estamos en la línea de fuego escribimos con tinta  lo que sucede en el comal de arena y su callejón, visto desde el ático, eso sí, jamás  melcochamos ni por instrucciones superiores, de los bajos niveles, del alto mando de la empresa, ni muchísimo menos por tener que corresponder a la dádiva de una acreditación, hambreada por  exhibicionismo o por  pobreza, porque las acreditaciones para los profesionales deben ser solo un instrumento de trabajo.

 Si nos  equivocamos  muchas veces se debe al ocultismo o a  que el canal del desagüe nos arrastra en la vorágine de la mentira, de la imprecisión, del engaño con la que la astucia de las mafias nos castra, como por ejemplo ¿cómo aseverar que lo que se está lidiando es un  toro y no un tierno novillo?, si no nos muestran las hojas de registro, ¿Cómo asegurar   que  en ocasiones salen toros rasurados, manipulados de sus cornamentas?, si no existen los exámenes postmortem y así va una tras otra por ello es que estamos padeciendo la orgía del desorden donde todo se pisotea sin escrúpulos y con libertinaje ¡Viva la Pepa!

Tan es así y todo está hecho pa’ equivocar al propio Juez, incluso con premeditación, alevosía y ventaja, ¿o que no han sido suficientes sesenta y tantos años pa’ darse cuenta que es imposible que desde allá arribota se pueda juzgar una faena?, claro que ya a estas alturas con la  Fiesta, toda tembeleca con el decreto de su muerte anunciada ¿ya pa ’qué?, a menos que como dolientes sigamos luchando por  una muerte asistida digna, ¿pero cómo?, con un tambache de pifias y de errores en el reglamento. En cosas tan básicas como las banderillas de las que solo se dice Articulo 48.-  que deben de medir sesenta y ocho centímetros de largo, con un arponcillo de hierro de catorce centímetro, y rematan con que queda prohibido el uso de los colores verde, blanco y rojo en el orden que integra la bandera nacional.  No como en España que usan los de su bandera como lo vimos aquí esta temporada con los banderilleros de Morante,  por cierto ¿les están permitiendo a los españoles, que traigan sus zarzos de banderillas? Porque si es así las medidas como que no cuadrarían, pues las españolas rebasarían en unos doce centímetros que es mucho, y ahora que viene la Corrida Guadalupana, que es bien mexicanota se podría violar el reglamento respecto a los colores poniéndole a cada toro un par verde, uno blanco y uno rojo ¡y ya estuvo!, y siguiendo con los colores se debería de prohibir salvo en el primer toro que pudiera ser banderilleado con los colores de la divisa, que los toros se banderillearan con pares del mismo color pa’ no caer en confusiones porque se podría dar el caso de que a un toro le clavaran menos palillos que a una aceituna con hueso, lo cual tampoco creo porque aquí a los toreros mexicas les apetece que el toro les llegue a la muleta más disminuido que un viejo en congal.

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