México y anexas…las Bardianas
Columna Cosmopolita
Arte Juan Carlos Breceda
Escuchaba a la
Senadora de la República Lily Téllez, por cierto muy guapa y distinguida, por
eso no entiendo el por qué se fue a meter ahí siendo una comunicadora de alto
prestigio, decir palabras más, palabras menos que traídas a lo cotidiano entendí como ‘dar otra versión incluso cuestionar los hechos, para que no
nada más se escuche una corriente, no es justo estar sometidos a la versión
oficial’, ¿Cuál sería esa versión, si la llevásemos a la Fiesta de los Toros, los Toreros y el Tendido?, pues la de
todos porque en esto de las cornadas y las alharacas no hay quien esté exento de expresar sus
opiniones, unas coherentes, otras académicas, otras lunáticas, otras ignorantes,
otras interesadas, otras melcocheras y otras hasta repugnantes, porque en esta
fiesta que también tiene su lado de engaño, negrura y traición nadie se salva,
por ello, si a alguien no soporta el calor, pues que no se meta a la cocina.
El Bardo no se considera ni remotamente un punto de referencia, por el
hecho de que ni siquiera tiene barrera dentro de este galimatías, esto al no
saberse aficionado de marquesina sino asumirse como un día lo calificara la
mujer que más admira y respeta dentro de los medios, quién dijo de mí; -Te manejas en bajo perfil- definición
que asumo con la nitidez de la verdad y hasta agregaría ser un ser extraño que ni siquiera es gregario ni en los
eventos que facilitan la colada, ni
en los que hay de arrodillarse pa’ el ruego de una acreditación, ni muero por la
foto así se trate del ‘Alarma’, ni me
hago el aparecido frente a quienes traen
un telefonito ‘gansito’ pa’ sentirse entrevistadores,
eso sí, accedo a las redes sociales pa’ leer a mis amigos a quienes si hay
que contestar algo, lo hago en privado, nunca he visto a la Fiesta como un todo, la
cual solo está presente en su justa medida dentro de mi entorno en donde admiro
el arte como lo que es en su realización
dentro del ruedo, una expresión subjetiva y fugaz, artística y dramática que lo
mismo provoca felicidad que decepción.
¡Pobre muchacho, lo
agarró el toro!, ¿en dónde en la nevería o
en la misa de doce?, ¡No, en la plaza! ah, pues es normal y como no lo
va ser, si en la plaza se ha vuelto hasta normal que un toro le acaricie las
piernas a un torero o le ponga los belfos en el pecho pa’ olerlo en sus
preferencias perfumarías, pero sobre todo pa’ que el toro tome aire mientras el miedo se libera sudando frío, porque de otra forma, sería que no son toreros, sino robots, que
mire usted los hay en demasía, ah no perdón, todavía no llegamos a eso, lo que hay son seres y animales hechos en
troquel o más bien maquilados porque no es lo mismo crear un Bentley (es un
automóvil) que fabricar una patineta a la que siempre hay que impulsar como a
la Fiesta, la que los piadosos dicen que
hay que defenderla, ¿pues que no era una
Fiesta que por sí sola imponía respeto?
¿Pero quién, la ha dañado al grado de tener que defenderla?
¿las empresas? ni que esto fuera como aquel juguete del canguro donde un solo individuo se subía al tubo y lo hacía
brincar, no en esto, todos estamos tan equivocados en principios y conceptos
que ya todo se nos hace normal, qué dicen los de afuera los anti taurinos que se
maltratan a los animales, pues sí, que
en ocasiones se les baja su poderío, pues sí, y no me estoy refiriendo a la
disminución de bravura ex profeso, que realizan determinados hierros por
consentimiento de sus criadores con gusto o sin gusto, eso ya es otra cosa
diferente, que depende de la oferta y la demanda, que es una fiesta de arponazos,
de puyazos, de espadazos y de puntillazos, pues sí lo es, negarlo sería tanto
como con lo que empecé refiriéndome a
una senadora en donde con sus excepciones, las Cámaras, la alta y la baja son
una porquería en la que la cadena rara vez la jalan pa’ limpiar el estiércol, y
eso a distancia, porque las letrinas se controlan desde Palacio Nacional y no
con detergente precisamente, sino con interés, venganzas, agandalles y miopía.
Y es que en esa
fiesta y en la del toro, todo cabe, porque
en mucho son tan iguales, igual que en todos lados, nada más que ahora todo
está revuelto por eso los focos de la crítica
política y los usos sociales tienen
pelos de colores, unos verdes, otros rosas
y hablando de los de menos rango
los payasitos y payasitas que regalan
gel a la entrada del Metro al grito de ‘Qué
no se lo cargue el payaso’, ¿ya
conoces usted al “Compayazo” híjole véalo pa’ convencernos que hasta pa’ hacer reír
hay que hacerlo en serio, que es
vulgar, pelado, lujurioso, majadero, insolente, horrible, mal educado,
que le digo mejor véalo en YouTube y ante tanta fregadera ríase un muchote, ahora que si lo que queremos es
llorar y lamentarnos dejemos que eso lo ponga la pandemia, más si lo que
deseamos es volver a ver algo más allá
de la monotonía cuidémonos pa’ así salir vivos de ésta y morir de la miseria
que ya está aquí, pero no la queremos dimensionar.
Y mientras el
destino nos apergolle, leamos un poco, aunque sea de nota roja que es la que
hoy prevalece, porque la otra roja, la de la muleta, la de la sangre que producen las ‘leonas’ que los picadores les dejan ir a los toros y las femorales tasajeadas que avientan
borbotones escarlatas, no las veremos hasta nuevo aviso del otro López, el
galeno Gatell, al que a ver si por andar
‘aplanando la curva’ no le pasa lo que a
Moisés Solana, que se despistó y hasta ahí llegó, pero no lo creo porque tanto
aguantar críticas, desviar la atención y dicen los neoyorquinos que hasta
jugarnos el dedo en la boca, al más puro estilo de ‘yo tengo otros datos’ en una de esas y se la pagan con un escaño en
el senado por la vía de los plurinominales.
Bueno pues como la sangre por ahorita no está
corriendo ni en los tacos de moronga de
afuera de la Plaza México, y ya que ando
en esos menesteres como dijera el maestro Benito de Jesús en “Nuestro
Juramento”; la canción que popularizara Julio Jaramillo.
Si tú mueres primero, yo te prometo,
escribiré la historia de nuestro amor.
Con toda el alma llena de sentimiento,
la escribiré con sangre
con tinta sangre, del corazón.
Ahora que si mi menda es el palmado, qué más
da, un fantasma menos en ésta desgracia mayúscula,
que no es precisamente la que nos llegó de China, sino la del populismo que
como aquel eslogan llegó para quedarse
con alguna de las tres opciones viables; una ampliación de mandato, que un primogénito
que ahorita anda a media agua, pa’ no
ser señalado, se la vuele al plenipotenciario que lo mismo expide pasaportes,
que apaga incendios, descarga aviones o por
sus cojones, pero de esa silla ni quién lo baje, todo ello con modelos de
importación como los del fotógrafo Spenser Tracy, que encuera a la gente aún en
tiempos de cuarentena lo cual no es más que volver a los tiempos de Adán y Eva
con la diferencia de que aquellos vivían en un paraíso y aquí mantenemos parásitos
llamados NINIS, pero que si
trabajan en ese nuevo oficio de los bots y los trolls, que es una forma de
ocultar lo inocultable, que es el que estamos
invadidos e infectados del otro virus, así
que por lo pronto lectores y lectoras, bájenle al andarse exhibiendo en las inseguras redes sociales con sus fotos de presunción
porque lo único que están logrando en vez de apantallar es atraer a quienes se dedican a buscar gente potencial pa’ que literalmente ahora sí, que ‘se las cargue el payaso’.
¡Bajo perfil, alta
seguridad!
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