BARDO DE LA TAURINA
Arte Fco. Álvarez
La Fiesta de los
Toros, los Toreros y los Tendidos, parece ser tan presente en nosotros o
nosotros en ella por razón de conjunción
en los entornos y también de distorsión, como todo lo que uno se quiere acomodar
a su manera, con más exigencia que adecuación por lo general y ahí es donde las
habichuelas se salen del costal y empieza a tomar formas disímbolas en donde
cada quien, quiere bailar al son que le venga en gana y por eso la Fiesta tiene
miles de interpretaciones y más aún parecería que tuviese miles de dueños,
cuando no es lo mismo bacín que jarro, ni hacendado que jornalero, eso sí todos
con un común denominador que es el autoritarismo, ese que les permite creer que
usurpar es válido.
Sin ir más lejos
saquemos el paraguas y el pararrayos, evitando seamos salpicados con solo echar
la mirada al tsunami de programas zoom realizados con celulares de baja monta y
que no obstante sus carencias técnicas, son usados como salvoconducto pa’ que
centenares de personas los usen auto designándose, ‘gente de los medios’, cuando en el medio
taurino navegan más abajo que el robalo, que nada a media agua, pero eso sí,
ufanándose como consumados críticos, comentaristas, analistas de campanillas,
decidores de noticias cuando no llegan ni a marras y son incapaces de amarrar una frase coherente, y esto en mucho alentado
por el alcahuetismo de los chats que son capaces con su derramamiento de
melcocha de proyectar a cualquier inocente
hasta los universos del Twitter y del Facebook, donde patinar y tropezar
con su propia sombra, son parte de la misma maroma.
Por casos como esos,
tan opacos en todos los órdenes, cuando algo se hace en forma relevante pues
debe resaltarse, tal es el caso de fusionar el arte efímero del toreo con la
expresión artística que emana de los pinceles del arte como sucederá a partir de
este 26 de septiembre y que se extenderá hasta
el 17 de octubre, del nada común año del 2020, fechas durante las cuales
la cultura del esfuerzo izara bandera en el buque insignia de la afición, que
en el norte del país concretamente, en el estado de Zacatecas, desplegara una
flotilla de festejos taurinos bajo la denominación de origen de ‘Tauromaquia Enríquez’ la cual abordara con
entusiasmo, que llega a afición, y hasta
pasión el albero de ‘La Plaza de Toros Monumental Zacatecas’.
Se trata de un rosario de eventos hasta llegar a seis
conformados por Corridas de Toros, Novilladas y festival, al armado de los
carteles no nos referimos porque cuando en ellos aparecen tres personajes del
caleidoscopio que brillan con luz propia, por razones más que poderosas
adyacentes a su arte torero, pues la invitación por si sola esta cursada, se
trata de Rafael Gil “Rafaelillo” el coleta de mayor percha, majeza y machismo del
mazo Continental Americano, luego la gente podrá admirar de cerca al espada; Luis
Gallardo, descubridor, guía y apoderado de la única figura del toreo que hay en
México, Cristóbal Arenas “El Maletilla”, a ellos se une el torero
de la legua de los tiempos actuales Paulo Campero, que en sí, se trata de
una auténtica reminiscencia de la época de oro del ‘Toreo Mexicano’ torero éste
que en la planta de los pies tiene tatuada la geografía taurina mexicana.
Ahora bien los Hnos.
Enríquez empresarios avezados idearon hacer realidad la fusión del arte y pa’
ello contaron con la colaboración del artista de espíritu Zapatista Fco. Álvarez, para engalanar las contrabarreras de la
plaza con su arte de arena y libertad, de estallido de sol y rayos de plata,
mas como este personaje ha pintado su vida de bondad, no se reservó para sí,
los aplausos y el reconocimiento y corrió la invitación a un póker más de
colegas colegiados en arte taurómaco que lo son; Marily Torres, Antonio
Rodríguez, Hugo Morales, Ricardo Zaragoza, los que se unieron a la causa de la
expresión artística y con cuyas obras quedara conformada la exposición circular
del ‘Serial Taurino 2020’.
En particular la
obra participante emanada de la creatividad del internacional Fco. Álvarez se
denomina ‘El Paso doble’ y está plasmada en acrílico sobre lienzo en medidas de
1.60 x 1.50 y figurativamente representan las notas musicales cayendo desde lo
alto junto con claveles a los pies del toro embelesado. Todas las obras quedaran
a la venta y con el parné que se acumule
se beneficiara, a alguna causa. (Lo cual a título personal expreso, no me
parece justo pues la “luz”
que de su arte emane,
debe de ser para sus autores los que ya mucho están haciendo con dedicarle sus obras
a La Fiesta Brava).
Como escribiera Marcial
Alejandro; Luz en cada trazo, a quien
llene de razón un cuadro, luz en cada grieta, a donde eche un ojo la destreza,
que al pintar la aurora pinte el cielo y si puede más allá, más allá, más allá…
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