Últimamente se está padeciendo el aburrimiento de las
repeticiones de todo, como sucedió en el
maratón Martinista, que recién se dio en el streaming blanco donde quedó demostrado
que el borreguísimo no es igual a la lana australiana, otra cosa que no cuadra en cualesquiera de las docenas de programas – homenajes – recuerdos, es
como los productores ponen a opinar sobre un Matador inmenso a quienes en la
balanza no daban equidad, lo que por
lógica nos dice que si esos matadores lo hubiesen comprendido en vida, habrían crecido
mucho en algunas de las aristas que hicieron inconmensurable al de Monterrey,
del que hay que decir porque nadie lo dijo que la Largueza y hasta el Arte, en él eran superados
por otros valores; Personalidad, Carácter, Enjundia, Pasión, Altivez, Mando, Valor, Viveza, Terquedad, Ferocidad, Cabronismo y mucho de la granja… pa’ que se
entienda (¡Huevos!!!)
Hoy se puede decir que todos los que hicieron los guiones convencionales tronaron como chicharrones en
cuando menos el 50 % de su parcialidad, esto subrayado en que nada más se
dirigieron a los aficionados de treinta
años pa’ abajo con sus refritos.
Pues a los que conocieron al regiomontano que deben de superar los cincuenta años no les
dijeron absolutamente nada nuevo, ni menos de interés.
-Que me
retiren los toros, no los pinches periodistas- (M. M.)
Libro Manolo Martínez Genio y Figura de Donaciano Botello participación de letras referidas Rafael Cardona.
Cuernos chatos, ¿Garantía de que?
Ya que andamos en eso de las repeticiones, éstas se están dando en prácticamente todo lo que tiene que ver con los cuernudos, donde como diarrea se ha soltado la epidemia del encogimiento de los fuselajes y las defensas, por razón explicable los cuernos de los toros están saliendo como bichos de esos que se llaman Cara de niño o Cara chata, esto dicen que es por cortesía de la pandemia que tiene acaparados todos los cuartos de hospitales. ¡Uyyy menos mal!!! Yo pensé que se referían a los cuartos de hoteles de Tlalpan tan socorridos por los aficionados.
Eso es vivir en el engaño de que el toro bravo a cambio de achatarle el filo del diamante, no va hacer nada, cuando la realidad lo que hace es empujar con mayor fuerza hasta lograr desvirginar la carne pa’ seguir con la barrenada que obvio es más gruesa de entrada y de destrozos. Qué curiosa es la vida de los toreros, de civiles mueren por qué en la juerga les toque una becerra bien armada y en puntas y cuando les toca en el ruedo, le andan rehuyendo.
Hoy los exhibicionistas se la pasan batiendo la yema a todas
horas en las redes sociales con fotos de naftalina y más aún saturan lo cibernético con palabrejas
que buscan ser imperativas, altivas, sabias, mamonas, como si acabaran de
descubrir el agua hervida palabras que
en todo caso no son más que un plagio vulgar de aquello que dijo, el nunca bien
llorado José Alfredo Jiménez, ‘Mi palabra
es la ley’.
Cuando las divas se llevan
Preguntaba Dolores del Río a “La Doña” -Oye María ¿de verdad conociste a “Manolete?-, -¡No! “Manolete” me conoció a mí-, -con razón prefirió morirse...-
Temporada de novilladas
Hoy ya no hay porque
sacar las cerbatanas y tirarle con todo a la empresa del centro en una campaña
que está orquesta por los istas de la joderera, entre ellos un descendiente de
trajineros de por el rumbo de Santa Anita que son gente de agua, insisten en
que en plena temporada de aguas, de pandemia, de falta de lana, de ánimo
apachurrado y sobre todo de restricciones se dé temporada de novilladas, ¿Dónde
quedaron las temporadas que iban a dar los cortijos de la periferia? Qué todas
se tuvieron que cancelar por razones externas.
Por cierto en el referido rumbo de Santa Anita se encuentra el canal donde abrieron en canal a aquella mujer que con una botella le tasajeo la cara al Emperador de los pasodobles Agustín Lara. Usted me dirá; -Y a mí que me importa eso esta es una columna de toros.- Y de sangre porque entre mujeres y toros una cosa es como los matan y otra quien los mata, o usted cree ¿Qué si ‘Islero’ no se lleva por delante al mártir lo recordaríamos?
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