El Toro en México
Por Bardo de la Taurina
Por fin en el nido de concreto de la Ciudad de México este domingo trajeron a un mandón
madrileño pa’ que pregonara que los españoles han llegado como desde hace
setenta años a llevarse los dólares a carretadas, más lo realmente grave del
asunto es que las carretadas de dólares se las llevo Julián López ‘El Juli’,
figura que pa’ venir a torear de salón, pues pa’ esta ocasión pidió que le subieran
de intensidad al descasta miento, a la sosedad,
a la mansedumbre de las botargas que le iban a servir pa’ verle la cara de
conformistas a la afición mexicana, más
lo triste de esto es que con la aparición del madrileño, quedo reafirmado el
abismo que taurinamente existe entre la fiesta de España y la de México, al punto que la corrida llegó a tal grado de displicencia
por parte del matador de la Velilla de San Antonio, que ni siquiera exigió que le llevaran un rejoneador pa’ que
le abriera plaza y no saliera a lidiar en primer término, con la gente fría y con humanas
asentaderas rastreando como radares sus
lugares correspondientes, eso le valió un comino al torero y es que está tan
sobrado, tan más allá del bien y del mal que ya ni le preocupan esas cosas,
bueno como estaría el asunto que en los días previos a la corrida se escuchaban
dudas en el sentido de que si al ‘Juli’ le habría interesado o por curiosidad
sabría con quien iba a alternar y de los toros él tiene sus preferencias marcadas desde hace
años y no creo que a estas alturas, ande entrando en detalles sobre a los de que divisa les va a hacer o dejar de
hacer, lo que se le dé la gana.
A bueno, esto viene por el hecho de que se abrió la temporada contra la lógica de que los mano
a mano, son pa’ dirimir algún pique o comparación entre dos toreros aquí ¿Qué
había que dejar claro? Absolutamente
nada por esa razón el desenlace pues también pasa a ser solo un registro en la
bitácora del madrileño, taurinamente nada más se puede subrayar lo ya dicho y
como constancia de que si hubo corrida inaugural decir que ahí estuvo J. G.
Adame Montoya y arriba de la puerta de toriles decían los letrerillos 6Teófilo Gómez6.
Pero estas letras no las podemos cerrar con lamentaciones y
por ello comentaremos que la nota
relevante la dio a miles de kilómetros un novillero mexicano Rodrigo Cepeda el ‘Breco
II’ quien este fin de semana se plantó en la importantísima Plaza Monumental de
Maracaibo, Venezuela y vaya que lo hizo de tal manera que logro lo que quien
sabe si algún coleta haya conseguido y es que su torería fuese correspondida
con los acordes del pasodoble insignia de la mexicanidad que lo es ‘Silverio’
de la inspiración de otro sobrenatural el músico poeta, nacido en la calle del
Puente del Cuervo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el genial Agustín
Lara.
La historia comenzó cuando la empresa programó dentro del
marco de La Feria de la Chinita, un festejo con seis realidades novilleriles,
encabezadas por el coleta de mayor sello azteca en esa tesitura que lo es Rodrigo
Cepeda el ‘Breco II’, y vaya forma en que este gallo cromático respondió al
llamado venezolano el cual implicaba enfrentar bravura del hierro de Los Aranjuez, la percha, el sello, el imán, son el
ábrete sésamo de este novillero que apareció
por la puerta de toreros enfundado en seda azabache, bordada en oro que empezó a
brillar con brillo intenso cuando el mexicano instrumentó un quite por ‘Tapatias’
de tal intensidad que cuando tomo los rehiletes, la euforia era tal que la
banda de música monumental se arrancó con los acordes del pasodoble ‘Silverio’,
ya con la mecha encendida la faena despejó con las pinturerísimas San Juaneras
de las que el ‘Breco II’ ha hecho una creación, vinieron las ’Riverinas’, los ‘Afarolados’,
las espeluznantes ‘Manoletinas’ y por supuesto los sólidos ‘Derechazos’, cimentados
con la sobriedad de los ‘Naturales’ que crecieron hasta hacer que ‘Carmelo
junto con Silverio que están en el cielo se asomaran a ver torear a Cepeda…
Se tiro a matar con el corazón en la toledana y el encontronazo
fue pavoroso el novillo lo ensarto por el fajín pa’ descargarle lo que en un principio
se pensó se trataba de una puñalada trapera, ya en el callejón el ‘Breco II’ reaccionó
con un par de cojones y con la suerte de que el pitón se había resbalado con el
solo surcar la espalda del novillero, que pa’ esas alturas ya se había convertido
en sensación, recalentó a la gente le arrancó a mordidas una oreja al novillo y
dejo claro, que en Rodrigo Cepeda hay un novillero con hambre de triunfo y
caudal de atracción, en ¡Hora Buena!... Torero entero.
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