Este año que comienza sombrío y se va poner peor,
tengo en presente, cómo ya mucho aficionados no han aguantado el dolor de ver como se derrumban 500 años de
tradición taurina, en la hoy Ciudad de México, y más de 70 en lo particular de
la Plaza México, por ello mi pensar va
en el sentido de que la fiesta de toros
y toreros, está tan fracturada como el propio país y es que el mal ha llegado a las corporaciones y sus
franquicias taurinas las que nos privan del derecho del arte y de las
confrontaciones de polendas en el ruedo, donde un día se le brindó a la afición
carteles que provocaban bofetadas, cuando los de hoy provocan desdicha.
A la que se suma que la candidata del populismo en la
CDMX se decante exageradamente, por la protección a los animales, lo cual entre
líneas quiere decir que les va a dar línea a sus legisladores morenos pa’ que
le metan la puntilla a la Fiesta Brava, por otro lado está el partido cuyo estandarte
lo enarbola un pelotari, que nos dicen resucito al IMSS y que fue la pieza que
palomeó el convenio pa’ que los toreros gocen de los beneficios médicos de esa
institución, mas el asunto no es así de claro, pues seguramente los del PVEM cómo rémoras adheridos al tiburón tricolor, soltaran al enemigo público No.1 de la fiesta Jesús ‘Ferdinan’
Sesma quien con su su jauría de anarquistas reaparezca tirando fregadazos, muy
probablemente el 5 de febrero, en el
aniversario de la Plaza México.
Y si a eso le sumamos que cabe la posibilidad de que un delegado que ya fue panista y no le
puso la atención que debiera a la Plaza
México, repita de nuevo nada más que disfrazado de moreno, ante eso ¿Qué nos
espera?, solo tener listo el tacuche pa’ el velorio monumental.
Por todo esto el otro día le decía al hombre que lee
entre líneas Don Jorge Anciola, quién todavía es un emblemático de las barreras,
lo cual lo hace un general leal de las tradiciones populares, <que conforme
vaya avanzando el año, la cosa se va a poner peor> y no nada más por los carteles disparatados,
sino porque los figurones Enrique Ponce, Pepe Tomy, José Mari Manzanares, ya
desairaron a la Plaza México, pero
también porque los toreros del
manojo, tampoco se han ayudado a sí mismos, porque torear en el conformismo es
torear a la gente y como al público se le engaña, pero no toda la vida, porque
el cuerpo, el alma, la dignidad y la cartera del aficionado, ¡ya no aguanta más!,
hay quien dirá; es solo una fiesta, ¡No, es un país!
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