El Toro en México
Por Bardo de la Taurina
El otro día en una
nave de eventos anexa al predio de la Plaza México, el director de la promotora el matador Mario Zulaica, monto un tinglado al estilo añejo de los políticos priistas con un tablón kilométrico desde el que pregonó que van a dar un rosario de
festejos novilleriles que andarán sobre los setenta y pico, aclarando que no
todos se darán en la capital.
El caso es que el maratón con su arranque le devolvió a la
Ciudad de México las novilladas a partir
de este domingo en el que partieron plaza un Isaac Fonseca, que anduvo sin
andar del todo, faltándole desbordamiento efectivo por lo que tendrá que asimilar que una cosa es la
voluntad y otra es la enjundia, y solo decir que si se les ha esperado a otros
de mínima valía, con más razón a éste que tiene con qué.
Andrés Origel, un novillero que anda en busca de encontrarse
con una línea de ejecutar, lo que por su estatura no va a ser otra que el toreo
tridimensional que requiere de una técnica específica y ese solo el tiempo hará
que lo asimile.
Con novillos exentos de puyazos de la ganadería de Campo
Hermoso el ganadero se llevó el agradecimiento por haber mandado animales con
tan buenas notas de tientas a un festejo muy menor, eso es apoyar a la fiesta.
Y volviendo en lo que andábamos decir que esto del maratón
sin alternativas a como sea es positivo, no obstante las divergencias en las
redes no se hicieron esperar, todo por
el disgusto y por ende rechazo a que se den vacadas en la Plaza México, no
obstante que el reglamento prohíbe que se lidien vacas anunciaran tal vez los festejos
habilidosamente como festivales y asunto arreglado, más eso no exime que con
ello se esté desinflando el prestigio
que debe guardarse a un coso monumental.
¿Qué podemos hacer ante ello? Pues no sé las demás plumas,
teclas y voces, pero ésta cuando salgan las vacas ni mi café con leche, de esa
que hace nata, tomare por añoranza a que hace 55 años los maletillas y
aspirantes a novilleros radicados en lo que era el D. F. y los de sus
inmediaciones estábamos pendientes de cuando se corriera la voz de que en Teotihuacán iba a ver vacadas, que se daban
en un cerco formado con trancas en forma circular, el único requisito pa’ echar
la capa era llegar temprano, así comenzaban a salir las bravas y dependiendo de
cómo te mostraras dependía que al final fueses elegido pa’ compartir un torete,
ante los ojos de los empresarios de carnavales y novenarios que iban a la pesca
de quienes apuntaban el cante y les arrastraban los tanates pues en sus festejos
echaban casta y criollos de media tonelada pa’ arriba.
Los maletillas suspiraban porque el maestro Estrada con su
cámara manual de esas que no hacían truco, bueno ni telefoto tenía, le tomara a
uno la codiciada foto, uno tímidamente y respetuosamente al finalizar la
toreada le preguntaba al artista de la cámara, si el milagro se había producido,
si Estrada asentaba se le dejaba un varo o dos quizás, cinco pa’ asegurar que
la toma fuese revelada y la cita pa’ recogerla quedaba pactada a tal hora
¿Dónde cree usted? por supuesto en el Café Tupinamba así que del sábado al martes
había chance pa’ juntar el complete, ya con la fotografía en la mano, pues a
esperar que el ‘Ciego’ Muñoz se desocupara de sus menesteres que iba atendiendo
por jerarquía; primero matadores, ganaderos, empresarios, novilleros y al último
los maletillas, lo primero que preguntaba -¿traes ‘luz?-’ (parné) -¿Qué, donde fue la charlotada?-, ¿qué paso mi
‘Cieguito’?, fue en Teotihuacán, novillos de casta -¿traes fotos?, -mmmm…
pareces gusano de lo retorcido-, -¡bueno va! pero sin foto-, -¿y que le
bailaste el jarabe…?-, -¡venga mi luz!- ¿pero si la va publicar?, -¿por quién
me tomas?-, (fingía indignarse), -es más ahora ni te público- , -el que sigue-,
ándele ‘Cieguito’ mire aquí hay un veintón,
-que sea un cuarentón y me llevo la foto, ¿y a
ver si hay suerte?, pero no te aseguro nada-, solo hay una peseta, sin ver el dinero lo arrancaba de las manos
junto con la foto, -el que sigue…
Hoy son otros tiempos, los del populismo taurino y electoral
ese que ya lo advirtió el genial Don Mario Vargas Llosa, nos va hundir hasta la
desgracia, más en la toreada todo es diferente, la plaza más grande del mundo a
los chavales les pide llevar una foto vestidos de focos, si el terno es de la
ajuga madrileña pues mucho mejor, un video que seguro será a colores, con
sonido flamenco de fondo tomado con una cámara de última generación de esas que son
maestras pa’ los trucos, tres cartas de recomendación que no sean de Ricardo
Anaya porque ya se sabe que anda en entredichos y en una de esas lo devuelven al corral, ¡ah! y si todavía no les sale bigote, también
requieren de un papel donde la madre, si es que tienen les de la bendición por
escrito y hacer changuitos, porque como dice el vulgar ese del ‘Vitor’ que sale
en la ‘telera’ ‘quien quita y es chicle y pega’.
Si alguno de esos chavales tiene la suerte de que no le den
puerta y avanza con sus tenis Nike con válvulas de aire, en unos
cuatro o cinco años estará listo pa’ que regrese a la Plaza México, con
picadores y cuando lo haga sorpresota que se va llevar, al ver un modernísimo Centro
Comercial en donde en lugar de toreros soliciten ‘cerillos’ o acomodadores de autos, oficios igual de dignos
y de peligrosos porque en esta ciudad lo único seguro es que nadie está seguro.
Más sería oportuno que a estos conscriptos de la ilusión,
alguien les dijera que en el toro nada es como parece, y lo que sí parece, es
que aquí los verbos a conjugar son el interés, la coba, la soberbia y la
ingratitud, una maroma desafortunada
con cervicales quebradas y a oír de por vida entre susurros la ‘Rosa de
Guadalupe’ y si bien les va un novenario
en templo del Tepeyac, también tienen que saber que en muchas plazas los
empresarios no pagan los servicios médicos,
y por falta de ellos los toreros se les palman, hay que decirles que este
oficio va a la baja en número de festejos y en algunos estados hasta están prohibidos, por ello los que torean son muy
pocos, además el sistema de contratación está encarrerado a la jornalería
taurina, donde el destajo está por arriba del arte, eso sí, por la prensa rosa
ni se preocupen siempre y cuando tengan apellido de dinastía chipén, ya la
hicieron, tienen que checar si se van a tener que afiliar por una sola vez al
gremio torero, pagar inscripción, cuota de actuación, seguro contra fregadazos
y muerte, a sus padres la inversión en ternos de luces,
avíos y sobre todo en materia prima fuera del maratón es muy probable que les
cueste un platanal, sin dejar de tomar en cuenta que torero que hoy en día no
se hace en España, está cucho, ¿con qué objeto, pasar por todos esos riesgos y vicisitudes
mis cuates? Si el que pincha en hueso ya les prometió parné por rascarse las pelotas en lugar de
arrimárselas al toro, pero si realmente
traen el alma caliente, pues atascarse ahora que hay vacas de casta.
Y ojala dentro de unos años no vayan a andar como el contlapache de correrías del ‘Breco’ senior,
el legendario ‘Curro Candela’ quien allá en ‘Sevilla Tlaixpan’ anda rumiando su
amargura, mientras encuentra al culpable que le enveneno el alma de torería. Y
ya que de baranda toque a Miguel Cepeda, la empresa sin duda de atracción, debe
tener contemplado a Rodrigo el Breco II pa’ las novilladas estelares, pues éste
es un torero que no solo le va de frente al diablo sino que le hace fiesta a lo
que le salga por la puerta y tiene la envidiable virtud de conectar con el
tendido, más rápido que un chasquido, pues trae un repertorio amplio, aromático
y colorido que es lo que hoy en día gusta rete harto.
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