Desde el domingo
pasado que en Rusia, el ‘Tri’ de varios
goles que ahí estaban metió uno orgásmico que le valió pa’ que se convirtieran
para algunos en ejemplo de cómo los toreros deberían de entregarse en su oficio, ante eso la primera pregunta sería ¿es
coherente comparar la pasión, entrega y ejecución? que se da en un deporte, con
el que se despliega en el arte del toreo en donde por principio de cuentas, una,
es una expresión de conjunto y la otra es individual, en el de las patadas los
actuantes tienen 90 min., para mostrarse, mientras que los toreros lo hacen en
menos de 30 min., los futbolistas si se equivocan, la vuelan, o se la entregan a un contrario, más los
toreros si se equivocan corren el riesgo de quedar invalidos, corneados o
muertos, entonces por lógica la presión con la que unos y otros ejecutan sus
oficios, no tienen punto de comparación.
Después de aclarar
esto leí por ahí y vi en las redes
sociales que los toreros deberían de aprender del carácter de los futbolistas y
aunque lo tuviesen igual, insisto, nunca les funcionaría pues una cosa es
enfrentar a una esfera volátil que a un par de cuernas vivientes que son
orientadas por el bravo instinto de un animal vivo y corpulento, otra a
considerar, nunca será el mismo estado de ánimo actuar en una sede repleta y
animosa que les contagia de entusiasmo, que hacerlo en un coso casi siempre desértico
o a menos de su cuarta parte, una más, los jugadores profesionales están más placeados que un diablero en La Merced, pues entrenan
diariamente hasta dos veces en el mismo terreno, con las mismas rutinas, con la
misma ropa y con el mismo balón que usan en los partidos y los días que no lo
hacen, que pueden ser dos es porque
tienen encuentros, mientras que los toreros
entrenan de salón generalmente en un parque, con un compañero que trata
de imitar la envestida del toro y la toreada a los jóvenes se les da en la
mayoría cada día de San Juan.
Más diferencias los
pamboleros que andan en Rusia gozan de unas remuneraciones económicas más jugosas que una naranja, mientras que los
novilleros en gran cantidad ni reciben paga por jugarse la vida o hasta tienen
que pagar por torear, así que no nos confundamos y lo que si recomendaría a los
que se subieron al tren, es no perder el
piso, porque precisamente por echar a volar a los jóvenes, que ilusos se lo creen
es que no llegan a alcanzar la madurez
porque pa’ caerse del pedestal de humo les basta con un autogol.
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