BARDO DE LA TAURINA
Arte Victor Esparza
Se acerca el cierre del maratónico serial de donde en unos cinco años y si la suerte
ayuda, los cachorros podrán empezar a rugir en una selva que si bien es cierto
en el aspecto de los zarpazos, al tú por tú, na’ se ve tan peliaguda, sí,
tendrán que librar los embates de los habitantes de la jungla, los de pantalones largos, que créanlo ustedes
los guadañazos que ahí se rifan vienen más afilados, por eso que se llama monopolización,
que no es lo peor sino el hecho de que pa´ los señores de la industria de los
festejos de toros y toreros estos son piezas que se cambian y se ponen con la mano en la cintura*, mientras que con
la otra columpian el columpio, en algo donde los toreros lastimosamente hace
muchos años han dejado de ser la manivela del cilindro. *(Recomiendo leer,
¡Sálvese Quien Pueda! De la autoría de Andrés Oppenheimer).
Y aquí al final o más bien en el principio del cierre que lo
será el festejo de triunfadores, me pregunto ¿habrán visualizado los novilleros
que todo esto no se hizo pa’ sacar de la Lámpara de Aladino una figura? Sino
que al fondo del senderos, el objetivo se llama uniformidad, como en las
canastas de fresas de Irapuato que la media docena de hasta arriba son atrayentes,
luego inmediatamente abajito vienen otras menos apetecibles y así una capa más,
lo cual en términos torerísticos se logró.
Y en apoyo a lo dicho bastaría con decir que la ‘Gran Final’
se dará sin peces o más bien sin auténticos triunfadores, pues por un lado el
hecho de que a la fuerza se buscara desmedidamente que Héctor Gutiérrez llegase
a la final con la guirnalda sobre la montera no se logró y por el otro polo el
novillero del que se esperaba cimbrara
la final que lo es Roberto Román, ¿quién sabe si esté? y si está a plenitud,
pues en estos momentos está agujerado, por lo que auguramos una final que a
menos que algo rotundo suceda quedara empatada hasta antes del arranque.
Por otro lado el avivador que siempre lo es el público, me da
la impresión de que estuvo sin nada que reclamarle cuando se cuenten las
canicas en el balance, que adelanto trae una acotación que dice; ¡Ojo! Algo no
funciono en lo espectacular, más si en el granel donde flotan varios nombres, y
ahora que se avecina el cerrojazo la pregunta obligada es ¿y que va hacer de
esos novilleros?, ¿los mandaran a invernar esta larga temporada?, si es así
cuando regrese el verano en lugar de toreros tendremos moho, y el esfuerzo habrá
sido humo.
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