domingo, 14 de octubre de 2018

José Tomás… al quite


    México y Anexas
En la CDMX los festejos taurinos están en capilla pa’ conjugarse en  pasado, ante ello a alguien se le ocurrió una idea entretenida y participativa que lo la de   juntar  firmas a través de una convocatoria  inexacta en su cabezal petitorio, -La CDMX es Taurina- si la ciudad con la población conurbada rebasa los 20 millones de habitantes, y el domingo había como unas 1000  personas en la Plaza México y pa’ la inauguración  tal vez 21,000 que es la mitad de la plaza sería un  gran logro, pregunto: ¿esas cifras corresponden a una ciudad taurina? ¡Por Dios! Esa no se la traga ni el “El Guasón”

¿Entonces con esos números se va a apantallar a los legisladores?, ¡ah! ¿que la  fiesta es cultura?, ¿y que es tradición?,  muy bien, entonces hagámoselos saber a los políticos no con firmas amontonadas y frías, sino con el único lenguaje que ellos escuchan que es el de la exposición en los medios serios y reconocidos y pa’ ello la única fórmula de que esto ocurra, es bombardeando todos los días durante los próximos  cinco meses  las páginas de papel y las  electrónicas que vayan de las taurino a las políticas, de las de espectáculos a las de sociales, donde se detone el turismo en la capital, y la ciudadanía entre en una vorágine de bulla, expectación, interés, atracción,  expectativa, ruido,  que provoque el interés de los políticos para voltear a ella.

¿Cómo? contratando  a un torero de imán que a todas luces es sabido que  lo único que le importa e interesa es el dinero y por ello, pa’ que no se rehúse torear la Corrida Mixta de la Solidaridad,  ofrézcanle los ingresos de toditita la taquilla  que será la de un lleno hasta el reloj y arropen a José Tomás ‘Pepe Tomy’, con seis toreros representativos de cada una de las diferentes corrientes, buscando que los legisladores se percaten que la Fiesta Brava abarca generaciones, géneros y  gustos de un espectro muy amplio y borrar la imagen de que la Fiesta Brava es el capricho de unos cuantos  elitistas en contubernio con determinados toreros, ganaderías y medios de comunicación (afines) porque precisamente por esas causas la gente se salió de la plaza, ¿o  la aventaron? a punta de decepciones dejando al garete a una fiesta endeble al grado que, con el levantar de unas manos la van a enterrar.

El cartel sui generis representativo de todos los personajes convergentes  limpio de intereses, componendas y  nombres que nos tienen hasta la coronilla y que además junto con el público que se pasó de tolerante, son los culpables del éxodo,  salvo mejor opinión, podría ser, insisto, permeando todos los rubros: Abriendo con el mexicanísimo rejoneo charro  de Joaquín Gallo y un grupo de Forcados, un represente de las leyendas que solo hay dos “Rafaelillo” y/o  Miguel Cepeda ‘El Breco’, la representación femenina de Hilda Tenorio o  Lupita” López, la frescura del toreo evocador de  Ernesto Javier Tapia ‘El Calita’,  la enjundia  novilleril en la sangre de Roberto Román,  o en la academia de Isaac Fonseca, la inclusión de la niñez con la presencia de Cristóbal Arenas “El Maletilla”, y lo internacional de la fiesta a cargo José Tomás ‘Pepe Tomy’, siete toros de diferentes ganaderías a partir de Piedras Negras, el Himno Nacional interpretado por Don Vicente Fernández y ‘Mi Ciudad´ en la voz del tenor Plácido Domingo, y pa’ cerrar de una vez el anuncio de que la  de muerte y descabello de los animales queda reducida a dos intentos por ejecución, lo cual sería una gran ayuda pa’ bajarle la presión a la olla.

 Inherente a ello el arte de carteles, boletos y propaganda a cargo de los mexicanísimos pinceles del artista Fco. Álvarez,  el ciclo cultural se le puede responsabilizar a los Bibliófilos Taurinos de  México, y la verbena popular recaería en la experiencia del Restaurante Arroyo, todo ello lo antes posible, considerando que la prohibición ya está cabildeada   y eso hará que camine más de prisa, además no perder de vista que ya  tienen de alguna manera camino andado con la inherente de los circos, lo que puede reducir  alarmantemente los plazos, en fin poco habrán de vivir quienes no sean testigos de este desenlace.

Ese es un camino, una opción , la otra es que los señores millonarios que tienen intereses dentro de la fiesta y se benefician de ella y algunos que no los tienen, pero que gozan con las corridas de toros le pidan a AMLO que les gire instrucciones a sus esbirros en las cámaras pa’ que no le den pa’ lante al asesinato de los festejos taurinos en la capital, a lo que el señor va a contestar con una de Pilatos y en el mejor de los casos dirá; que eso compete a la Ciudad de México y que él es respetuoso como el amor y la paz , canalizando en todo caso el asunto con la gobernadora de la CDMX la cual no creo que compre el problema y si anda de vena en todo caso al estilo del mandamás como una dádiva propondría ´La Consulta Publica’ y ahí sí, si usted taurino tiene Faros, empiécelos a chupar.

 Nota: Y como ésta columna es del tendido y cabe hasta la opinión del perico asiento la confesión de un parroquiano; -Padre me acuso de que no he vuelto a la plaza ¡y ni volveré! -Pero hijo eso no es un pecado-.  -Es que dicen que hay que apoyar yendo a la plaza-,  -¿Quién dice eso?-, -¡Por Dios!-. -Pon atención si algún día vuelves  a escuchar esas voces de bajo volumen, pregúntales, - ¿usted entraría a cualquier sitio público donde la oferta de producto es escasa, de pobre atracción, insulsa, repetitiva…? -¡Por supuesto que no!,-¿Entonces?, -y esto hijo mío tan solo es cuestión, de lógica-.



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