domingo, 10 de febrero de 2019

Cine, filosofía, música y literatura.



Les comparto un anticipo de parte de la obra que aparecerá en el libro en el que estoy participando. Cerca de treinta obras fruto del trabajo de casi dos años ... Ojalá y les guste. Fco. Álvarez.

México y anexas…
Las Bardianas

Sobre el tan cacaraqueado ¡vamos al cine!, ¿ya la viste?,  por principio hay que comenzar por decir que lo que motivó esta moda efímera, es un modesto documental que nada tiene que ver  con un filme ya que son dos categorías totalmente diferentes,  el título  no sólo es bonito, interesante y hasta atrayente ‘Un filósofo en la arena’,  co-producción que pa’ la pantalla de plata,  ni de pasamanería  resultó y es  que los realizadores en el tema están en el limbo por no decir en Babilonia, en donde han de tener su morada quienes los asesoraron, de los personajes en pantalla contadísimos,  las demás personas pululantes  y los espontáneos fuera  del foco en la temática.

Esto de echarse una camarita al oclayo sigue teniendo su guasa, y por eso es muy poco  lo rescatable, de ese haberse montado en vertiginoso pincelazo filosófico pa’ mostrarnos como con una horquilla eléctrica le descargan  corriente que no es suficiente al marrano, el  que todavía moviendo las orejas que es señal inequívoca que el animal está vivo lo arrojan a las sierras descomunales pa’ que así se destace la materia prima pa’ elaborar salchichas y chicharrones, los pollitos que se convierten en  pollo pa’ el mole también son exhibidos muriendo y el arte  del toreo pues no pasa desapercibido, con comentarios como el del señor que dice -no soy anti taurino pero después de aquella tarde en que el torero le receto diez intentos de estocadas  letales y diez descabellos  al toro, pues francamente ya no volví a la plaza- en fin  que manera de engrosar la fila de los veganos.

Cuando nos pudieron decir que el arte que nace a partir de dos seres  vivientes que lo son el Toro y el Torero, llega a tales grados de belleza y fastuosidad como ese pasaje que se narra en el libro ‘Las verdades de Chavela (Océano) donde la Vargas (quien vivía en la misma vecindad que el “Berrendito de San Juan”, narra  con palabras más o menos aquella ocasión en que la que fuera empresaria de la Plaza del Toreo de Cuatro Caminos Doña Dolores Olmedo; -Le pidió que la acompañara a España a Granada, Me dijo que fuéramos a comprarle estoques de oro a su novio. ¡Estoques de oro por dentro y por fuera!, El novio era rejoneador y tenía unos caballos bellísimos que Lola le  regaló. Lola lo vestía como un príncipe, se llamaba Hugo Olvera-. (pag. 64) (libro de venta en Librería Tauro, Justo Sierra # 30, Centro Histórico, CDMX).  

Volviendo a filosofar  entre algunos  bienaventurados  pasajes está ese donde él reconocido, respetado y admirado titular en jefe de los servicios médicos de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el galeno eminencia  define lo que es un torero ¡Seres Diferentes! Que miran y miden el miedo de otra manera y en ese mismo momento el paneo y las escenas  muestran  las intachables y envidiables instalaciones médicas con las que cuenta el albero sevillano. Como creo no existen en ninguna plaza mexicana, lo que sí creo que exista es belleza campirana como la de Rancho Seco que ahí pudimos admirar los asistentes.

Ahora pa’ que no digan que metido en el tema no aporto nada, ahí les va una recomendación espléndida e interesante pa’ que naiden niegue que los taurinos también podemos hablar de rollos (fílmicos) que van más allá del esnobismo filosófico del que hoy chanelamos como si lo entendiéramos, se trata de la lectura del libro ‘Los Toros en el Cine Mexicano’ de la autoría del escritor Paco Ignacio Taibo 1, editada por Plaza y Valdés (z),  Editores en 1987, entre todo lo que es digno de leerse de cabo a rabo, porque la obra es de orejas y rabo, viniendo ahí un capítulo muy a tono con lo que hemos venido tratando y que aparece en el índice anunciado como ‘El público taurino en el cine’ en ese capítulo Taibo 1 nos dice en algunos extractos; Los toros en el cine son de alguna forma un espectáculo incompleto…//. Por todo esto, acaso los buenos aficionados a los toros son muy malos espectadores del arte taurino en la cinematografía.

Y ya jalando hebra en ese libro y cambiando de capítulo pero en el mismo tenor de lo interesante nos dice Taibo 1 que la película ‘Novillero’ se estrenó en 1936 en el Cine Regis, bajo las características de Cortometraje de 40 minutos, dirigido por Boris Maicon e interpretado por Lorenzo Garza, María Bautista, Manuel Noriega y Agustín Lara, en doble rol de autor de la música (1935) y actor, por cierto lo que muy poca gente sabe es que la composición del músico nacido en el hoy llamado Centro Histórico de la Ciudad de México, dio pa’ el argumento de  otra película que en las marquesinas se anunció como ‘Un domingo en la tarde’ que fue estrenada en 1938.

Y una primicia la historia al detalle de la controvertida composición ‘Novillero’ de Agustín Lara que por años  se la ha acreditado a dos toreros diferentes Lorenzo Garza y Fermín Rivera, quedará plenamente esclarecida en el libro ‘Embrujo y Fantasías… historias con leyendas’ que hará el paseíllo en unos meses, enfundada en terno de lujo, edición pa’ la  que el pintor Fco. Álvarez lleva en las portadas, en los forros, en la bamba del libro, entre 30 obras, dos pinturas originales que le brotaron de la inspiración del pasodoble ‘Novillero’, los datos que ahí aparecerán en aportación extra, asesoría y revisión de las biografías de los toreros que inspiraron los pasodobles y la suite española son altamente confiables pues han pasado por la lupa enciclopédica de el Lic. Luis Eduardo Maya Lora,  así que la obra por créditos alternos no para, siendo estos tan connotados que ya hasta se me olvido el nombre del escribano que va a dar fe de la obra, el que  puntualiza  que este libro, no fue escrito con el lápiz labial de la cursilería, pero que si suena a piano, a rasgueo de guitarra, a replicar de castañuelas a trompetas y panderetas…

La tarde es una manola
que te espera en su balcón,
que nunca sus ojos vieron
a nadie torear mejor
Agustín Lara

  ¿Sabe usted a que pasodoble corresponde ésta estrofa?

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