México y anexas…las
Bardianas
Bastaron unos quince días, digo más o menos pa’ que la Fiesta
y su “Cucurucho de Cemento” o sea la Plaza México quedara sin bragas, ni huaraches,
en cuanto se fue “Morante de la Puebla” pues a partir de ello se hizo presente
el marasmo y la indiferencia en cuanto a los aconteceres en el ruedo, (por eso
ya no escribo crónicas, hasta que vuelvan los Super Stars) del que ya dijimos
fue violado arteramente hasta
convertirlo en trampa mortal, luego un Matador de Toros enfrentó a la propia empresa con un arma o con un
argumento no muy convencional, cuando
menos pa’ los tiempos modernos que es ‘La Huelga de Hambre’ acto éste que dio
pie pa’ que la fracción de los exhibicionistas que no todos los son de las
redes sociales, se auto exhibieran en una de las formas más bajas que es la de
la sandez, con la que los arribistas, los exhibicionistas se suben al tren a la
menor oportunidad, de poderse dejar ver sin importar cuál sea la causa, ni de quien se trate ¡No! lo único que
les importa es el yo, yo, yo, en donde el apoyo, la alabanza, el querer,
fornican con el desprecio, la descalificación y siempre la deformación de lo desconocido. ¡Ignorancia Total!, cuando
lo que no deberían de ignorar es que con ello le hacen más daños a la causa,
que al efecto.
Luego se acercó el match tenístico escenificado entre Roger
Federer y otro tenista (Alexander Zverev ) porque en el tenis es igual que en
los toros, va la figura y de las
comparsas ni quien se ocupe, y sino ahí
va un test rapidísimo ¿nombre dos secretarios de estado que estén en la
cuadrilla del Presidente?, ¿ bueno con motivo de lo del tenis empezaron a
circular en las redes sociales fotografías del alumbrado que se instaló pa’ ese
evento con calidad de show mundial en colorido y nitidez y entonces la pregunta,
¿Por qué pa’ las corridas de toros no se aplica esa tecnología? A sabiendas de
que estamos hablando de dos empresas y dos eventos distintos.
Desde que se anunció el elenco de la Temporada de la Plaza México,
muy pocas son las atracciones y muchas las decepciones, como anunciar a
“Morante de la Puebla” con toros de la dehesa de ‘Bernaldo de Quirós’ y en
contra parte la atracción de poder ver a Enrique Ponce con los Toros de ‘Reyes
Huerta’, otra dicotomía en ese mismo cartel, que se dará el próximo 1º de
diciembre 2019, es el que se podrá gozar de la atracción del momento que lo es
Pablo Aguado, a cambio de chutarnos a
dos lidiadores más que son cuñas o sea una composición de agua con aceite, y
aquí surgiría la pregunta ¿Qué impide a la empresa montar una temporada
balanceada? En mi opinión todo radica en que su propia estructura no tiene el
balance o soporte necesario, (Como en la película de la que hablaré a
continuación, dónde el segundo de abordo era ni más ni menos que el genio de la
mercadotecnia y la publicidad Lee Iacocca) si no ¿cómo entender que este
domingo les llegó a las corraletas un encierro de ‘Villa Carmela’? que nos hace
suponer que ni con aceite de ricino lo pasaban ante ello llamaron a alguno de
sus “genios” pa’ que se inventara una
de las suyas a manera de justificación de que todo el encierro fue retachado.
Aquí el punto o los puntos son ¿por qué seguir revolviendo
los intestinos a los aficionados?, a ver, si el encierro estaba escurrido de
origen pues ¿Pa’ que lo traen?, ahora pa’ evitarse especulaciones de que lo que
se iba a lidiar no eran toros o cuando menos no estaban puestos, lo que
debieron de hacer es subir de inmediato las fotografías o imágenes de todo el
encierro y subrayar igualmente el accidente
de los dos toros que crearon el
conflicto que terminó en que todo el
encierro fuera cambiado, ¿estando en México y en la plaza monumental, quien
les va creer ese cuento?, ¿Qué la propia ganadería no mando como se estila, dos
o tres toros de más pa’ de ahí escoger y que los no elegidos fungieran como
reservas?, y no dar pie al vocerío del pueblo que llegó hasta publicar en redes sociales que el
español Ginés Marín se había jiñado por
el trapío, edad y cornamentas descomunales y que de un manotazo había mandado
al caño la corrida, ¿Qué necesidad de seguir desprestigiando a la plaza?
‘Contra lo Imposible’
Como aquí la gente
se sulfura en automático contra los empresarios del giro que sean, atendí con
mucho interés la invitación VIP que se me hizo para la película ‘Contra lo
Imposible’ en la que invirtieron 97.6 millones de dólares pa’ producirla, el guion
o la temática revive aquel histórico choque de trenes que se dio entre las
armadoras Ferrari y Ford en Le Mans.
A quienes se
desgarraron las vestiduras porque el jugador probablemente número uno en la
historia del mundo tenístico Roger Federer se le transportó en helicóptero a la
Plaza México y pa’ que se entienda como los empresarios de los tamaños de Henry
Ford ll que puede ser Alberto Bailléres (toros) o Alejandro Burillo (tenis) les
apetece o se encaprichan que sus
ejecutivos les den resultados y así mismo en dicho film, que es una historia
real del mundo de las carreras automovilísticas
cuyo objetivo principal es vender autos con el sello de la marca ganadora, el film nos va mostrando la forma en que son
usados, degradados, ninguneados, rebajados, privados del triunfo los pilotos
que igual lo pueden ser los toreros, hasta como en la película morir en la
pista de pruebas, muy recomendable verla (está en cartelera) no pa’ entender el
medio sino pa’ no ser sorprendidos por las cosas que pasan dentro del glamour de la asquerosidad que lo es, el
de los espectáculos.
Ahora que si a usted
no le importa cómo se comportan los ejecutivos que fueron a la Universidad de
Princeton como Iacocca, pues puede ver la historia local en la serie Hernán en el canal azteca donde a la
Malintzin nos la ponen prietilla, flacucha, desabrida carente de sex appeal, bueno y de pitones ya ni hablamos, así como creerles que Cortés le haya
engendrado un escuincle ¡Caramba! ni pa’ aportar actrices
estamos a la altura de los españoles y luego no queremos que estos nos pongan
la bota encima, igualito que en donde ya se imaginara usted, donde un español
Antonio Barrera, es el conquistador de la Fiesta brava mexicana.
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