En volandas los españoles
El Toro en México
Por Bardo de la Taurina
El jurisconsulto Jorge Gonzáles Ortega quien
es miembro refulgente de una de las cofradías de la Plaza México cuestiona sobre ¿Cuál o cuáles son las causas
por las que la gente se ha alejado de la plaza más grande del mundo en la
mayoría de las tardes? sin vacilar el Bardo contesta; El público, la empresa y
los ganaderos, ya después en orden de lo ético vendrían los toreros principalmente los ibéricos con sus
apoderados varios de los cuales son unos verdaderos mafiosos.
González Ortega el
asiduo a ‘El Anciano Rey de los Vinos’ tan cerquita de la Catedral de La
Almudena, parece implorar luminosidad a ella pa’ digerir las aseveraciones
escuchadas sobre todo cuando le expreso que la Plaza México es un albero desahuciado, al que le urge que los aficionados, que son los que pagan, retomen la dignidad porque
se dé una corrida de toros, pues no obstante que ellos ponen el parné, permiten
que domingo a domingo les den ‘gato por liebre’ o lo que es lo mismo, becerretes
sospechosamente muchas veces mutilados de sus defensas por toros dignos, ¿y quién
protesta?, ¿Quién ha ido a la Procuraduría del Consumidor a levantar una acta,
por timo, engaño o fraude?, cuando eso en gran medida debería de corresponder a
las mentadas Porras que aquí hace años no se les ha escuchado levantar la voz pa’ despreciar un faquir vacuno o aún más pa’
protestar por todo un ‘rebaño’, para repudiar los infames carteles en donde los
explotadores de este negocio nos han
enjaretado a señores pasados de moda y a jovencitos (y no tanto) que deberían
de estar cursando una carrera técnica en la nocturna y no pisando un ruedo y
menos en la temporada setenta del coso.
Y hay que decir que la empresa la que en el saldo taurino se pintó como zona
de tolerancia de rojo, cuando menos por
machismo no se debería aparentemente o convenientemente dejarse pisar el cogote
por los apoderados de las figuras hispánicas (y de algunos nacionales) que
exigen animaluchos por debajo de los límites de tolerancia, para lidiarse en
una corrida de toros so pretexto de que los figurines vienen a vacacionar a
América y a llenarse las talegas de dólares y claro como esto le representa al
consorcio un ahorro dado que los animales se pagan como los cabritos en el
Mercado de San Juan por edad alcanzada, o sea que mientras más tiernitos más
baratos, pues ¡que viva la pepa!
Y los criadores que
salvo honrosas excepciones han enterrado
el orgullo y la ética ganadera vendiendo novillos por toros, además de haber
asesinado la bravura y mancillando el trapío que son aristas que deben poseer los encierros, aduciendo qué si no son light no les compran sus toros,
pues que no se los compren, ¿Qué la fiesta de toros no es fiesta de hombres?, y
¿Qué un hombre no debe de ir por la vida con la frente en alto, sin la joroba
del peso de la vergüenza?... ¡Ay Chafic! y tus toros ‘Achaficados’, en el
infierno los has de estar purgando.
Bueno bajo ese tenor es que llegamos al final de la que para
el licenciado González Ortega en el papel representaba una buena, atractiva o
prometedora temporada, lo cual para este escribano era incomprensible e imposible por no tener ni pies, ni cabeza y van algunos remaches
para sostener lo dicho; Partiendo de que estábamos ante una temporada que dura
meses y no una feria de unos cuantos días, desde ahí se comenzó mal, ¿pues como se iba a
repetir a los toreros triunfadores y por ende atractivos que es lo lógico si ya
se tenía todo atornillado desde un principio?, hubo contrataciones inadecuadas
por decir lo mínimo y por ello pregunto ¿no
hubiese sido preferible ver tres tardes a Roca Rey desde el principio, en lugar
de los otros?, y ¿qué decir de toreros de extranjería que nada tenían que hacer
en el elenco como ‘El Capea’ o Víctor Puerto, cuando se había quedado afuera
Diego Urdiales o López Simón? luego la
medianía de los encierros adquiridos a dehesas baratonas o encompadradas con la
empresa con sus picos pa’ arriba y pa’
abajo eran preludio de que la inconformidad aparecería como flor en primavera
desde el primer día.
Así llegamos al
cerrojazo final de la temporada 2015 – 2016 con un cartel conformado por
Enrique Ponce, Fermín Rivera, Octavio García ‘El Payo’, de los de zapatillas y calzando botas Pablo
Hermoso de Mendoza, quienes enfrentaron bureles de dos divisas.
Enrique Ponce;
Asolerado en la percha, sobrio en el toreo y a la vez glamoroso cuando se
requería, altivo como corresponde a la primerísima figura del orbe y más aún al
escultor del arte mayor en la cultura de la tauromaquia, firmó una de sus
tardes de mayor consistencia en la que más allá de la salida en volandas la
cual consiguió sin importar la reglamentación moral del corte de orejas es una
prueba contundente de que el maestro de Chiva, Valencia, que puede con todos
los toros, está no nada más en la cúpula del magisterio sino en las nubes del
enamoramiento con la afición mexicana.
Fermín Rivera; La
encarnación de la seriedad que no va con su edad y por ello por momentos da una
impresión distorsionada o más bien desconectada de abajo con arriba, debido a
su toreo enclaustrado en lo clásico lo cual si bien es puro también lo es limitativo pues deja de lado las
suertes alegóricas que igualmente forman parte del toreo siendo además
altamente impactantes y por ello está limitado.
Tan es así que
habiendo cortado una oreja como lo marca el costumbrismo no salió en hombros
correctamente, mientras que Enrique Ponce con la misma dotación de oreja, fue
estruendosamente paseado en hombros brincándose las trancas, en gran parte apoyado o rematado por suertes alegóricas
como la ‘Poncina’, ‘Los Abaniqueos’ que hoy los llevo hasta lo coreográfico luciendo
su palmito en su máximo esplendor y pa’ rematar descabelló previo a un ‘Bamboleo’
acariciándole el hocico al toro y sobando la arena con los flecos de la muleta,
pa’ luego ya flexionado darle sepultura al toro.
Esto de alguna
manera debe de poner a pensar al espigado Fermín Rivera, porque la realidad es
que le está faltando contundencia en las tardes claves, aunque sus seguidores
lo consideren más puro que el agua bendita y más puesto pa’ Madrid que un
chotis.
Octavio García ‘El Payo’; Caminante de los alberos que para él, son latidos de
expresión torera, los cuales hoy ha surcado con temeridad al desafiar los
embates de su salud y salir a jugarse la
vida o más bien a exponerla al grado que los trazos de arte fueron doblegados
por la necesidad de parar en el nosocomio tras ser impedido de lidiar completo
su lote.
Pablo Hermoso de Mendoza; Caballero al que le está pasando lo que a las grandes
marcas, que se vuelven codiciadas y terminan por ser populares, lo cual sucede,
claro, mientras mantengan el control de calidad, gocen de suerte con los toros
que ellos mismos traen pa’ su espectáculo y cuenten también con cierta complicidad de quienes premian, mientras así sea, los
rabos seguirán volando hasta las crines de su lujosa cuadra de la que por cierto el domingo uno de los corceles
no salió destripado gracias a que al cuadrúpedo en lugar de rebajarle las puntas como en
rebaja le volaron hasta el impuesto o como dijo aquella cachonda, a este no le
hicieron la circuncisión …lo castraron.
De Teófilo
Gómez; 6 pa’ los de pincel y de Los
Encinos 2 pa’ los de las herraduras, entre los que hubo como se dice por
acá ‘De chile, de dulce y de manteca’ y hasta uno engañador que provocó un
desacierto mayúsculo en el palco de la presidencia.
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