Pepe Tomy otra vez, nos hizo el asco
El
Toro en México
Por
Bardo de la Taurina
Durante la semana
previa a la ‘Corrida de la Chirrioneada’ esto por el dicho ese tan mexicano de
‘¿Haber de que cuero salen más correas?’ como que el morbo fue la constante
imperante al estar inmersos en la forma en que se desdoblarían algunas
situaciones, digámoslas anómalas y otras inverosímiles, como que un juez
llamado Gilberto Ruiz Torres fuera cesado por el resto de la temporada invernal
que se está realizando en la Plaza México, por volver al camino de la cordura,
y sí, es que en ese albero que con preocupante regularidad se transforma en una
sucursal del desorden, el
influyentísimo, el caos, la prepotencia, la ignorancia hasta convertirse en la
Sodoma y Gomorra donde los pecados brotan sin espanto y sin recato, donde un
hombre se mete al ruedo a pedir chamba y la autoridad lo convida a que se
retire para que el ritual continúe, donde desde el callejón uno le agarra una
cuerna a un cuadrúpedo, donde a unos señores les permiten que a unos instantes
de que un torero se va jugar la vida le quiten el tiempo so pretexto de darle
un presente, ignorando el estallamiento nervioso en que en esos momentos se
encuentra el que viste de seda y focos, donde se sueltan animalejos de dudosas
actas de nacencia, donde los pesajes
parecen deformados y con aparentes castraciones cuerniferas, donde se regalan
más orejas que en celebración de San Mickey Mouse en Disneylandia, donde se
confunde lo bobo con lo bravo y se les premia por ello a los vacunos y cuando
sale un juez en acto de contrición, se enmienda apegándose al reglamento y se guarnece de regalar una o unas peludas a un
español, pa’ que luego alguien poderoso se molestara y lo suspendieran, ¿en qué
quedamos compadre? ¿Queremos orden o que continúe el desorden?
Ya luego vino un
sainete que estaba programado y por ello era esperado producto de dos
vertientes; la de la reventa estructurada ilícitamente y la de quienes
invirtieron en un producto llamado boleto para luego ya maduro venderlo a
través de las redes sociales y que fueron más satanizados que la virginidad de
Sor Juana Inés de la Cruz, así llegamos a las enaguas de la plaza donde nos recibieron con
una encuesta ‘Por el bien de la fiesta’ - tres preguntitas solo le quitamos un
minuto - a) ¿Para usted quienes son las persona que dañan a la fiesta, los anti taurinos o los que hacen
el negocio?, b) ¿está de acuerdo en que el reglamento y la Comisión Taurina
deben reformarse?, c) ¿La Fiesta Brava en la capital es verdadera o fraudulenta?...
Luego ya seguro de
no estar infringiendo ninguno de los decretos implantados para la ocasión como
no introducir bazucas, lanza granadas, ‘cuernos de chivo’, la nueve milímetros,
ni tampoco charrascas, puñales (de metal), verduguillos, navajas y eso sí ¿no sé
si también la prohibición alcanzó a las resorteras, cerbatanas y hondas?, mi emparedado de crema de cacahuate me lo metí por el cogote antes de entrar a la
plaza junto con mi Jarrito de tutifruti,
de los insumos pa’ drogarse en el graderío ni me preocupe porque todo mundo
sabe que mi menda no le hace el caldo gordo al ‘Señor de los cielos’.
Luego el encuentro
con una plaza tapiada por planchas de acero en algo que castrensemente le
llaman barricadas, ¿de quién fue esa exageradísima, absurda y pésima idea de
demostrar o hacer gala de un poderío repugnante?, la plaza muchas veces ha
registrado verdaderos entradones con toreros mucho más imantados que los ‘Josefos’
y jamás se había recurrido a ensuciar de esa manera la fachada taurina más
grande del mundo y que no nos vengan que fue para protegernos de los anti
taurinos, que eran menos que el equipo vecino del Cruz Azul y más mansos que lo
que medio se lidio el domingo en la ‘Corrida de la defraudación’
Solo agradecer a lo
que queda del torero José Tomás Román Martin, el que me haya avalado este
último día de enero el haberlo rebautizado como ‘Pepe Tomy’ en alusión directa
a la forma en que espejea a la afición mexicana en una manera muy peculiar de quererla
que es expresando ese sentimiento tan a flor de piel que tiene y que
científicamente se llama ‘Me valen madre, todos ustedes aficionados mexicanos’
lo que no le debemos de perdonar es que en ésta hoy pomposa Ciudad de México
nos la haya venido a plagar de cucarachas inmundas, pestilentes, feotas,
indignas y sobretodo ignorantes de lo que es la raza, la casta, la bravura ¡Qué
asco!
Y solo para las estadísticas
decir que asistimos a la última corrida de un mito al que ahora no le alcanza
ni pa’ armar un mitin, y al que la vida nuevamente le negó la fortuna de morir
en un ruedo y es que esta vez el toro ‘Bellotero’ que le pudo otorgar el pase
para alcanzar la eternidad y la gloria torera al atravesarle la yugular, tan
solo le lamió el pescuezo sudoroso porque la cucarachas y más cuando son
pargas, inconfesas, debiluchas no dan cornadas dan…lástima, bueno como sería la
cosa que a una de esas sabandijas que el propio torero a su gusto e imposición
trajo para el fraude, la tuvieron que regresar al caño y en su lugar sacaron
una igual y es que esta especie, así son, se reproducen idénticas hasta en
gramos y desfachatez cuando no han alcanzado el estado adulto o cuando son
enclenques de nacencia, bueno como sería la pequeñez que cuando el señor del
palco supuestamente regidor le regalo de recuerdo una peluda, esta se le perdió
entre las manos de un subalterno al que se la deposito.
José Adame un torero
comparsa, esta tarde en que salió auténtico tal cual es y de él solo decir que;
el peso de la responsabilidad ya le doblo el espinazo y por eso más allá de su
bullanguería, todo le pesa comenzando por las ‘pantuflas’ esa que avienta por
la arena al alimón de la montera que lanza con todas sus fuerzas por los aires
en una manifestación de que lo suyo no es el respeto a la indumentaria ni a la elegancia en ninguna de las notas de
la partitura torera, aunque haya quien le regale retacería vacuna en algo que
le cuelga un recadito que dice ‘equivocación’.
Los ojos del mundo
voltearon al México taurino y ahora de la vergüenza no sabemos en dónde
meternos al haber consentido que un español como hace 500 años nos llegara a
doblegar...
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