Tinta sobre papel Francisco Álvarez
El caso del incidente ocurrido en Cd. Lerdo en
la vetusta figura de Rodolfo Rodríguez 'El Pana', no lo había lidiado por el
hecho de haber quedado estupefacto ante una marabunta de conceptos, que nada
tienen que ver con lo médico, ‘letrería’ que en
la mayoría, ni las entiendo. Sabía
que 'El Tahonero' había sido partido por un toro de tal manera, que no tenía
compostura posible, pues el galeno especialista desde los albores del drama con
más precisión que un volapié en el hoyo de las ajugas, expreso: 'Lo óseo se
pega, lo de la médula es como querer pegar dos pedazos de gelatina'. Y no
obstante eso, seguían en presente la lluvia de expresiones, como esa que exhortaba a un engarcé de invocaciones, más pensamientos, más fantasías, más bordar en el
vacío, entonces me vino a la tatema eso que en una noche con olor a torero, a suripantas y alcohol se escuchó:
'Cuando el chínguere se palmó, los hielos son petardo’. Los feligreses seguían en el
atrio computarizado y aquí me pregunto
si esos fanáticos, ¿son los que se volvieron fantasmas
en muchas tardes en que el personaje con
su sarape irreverente y otras extravagancias aparecía en las arenas?, ¿fueron
quienes apostillaron recadillos, deseos y ruegos entre lo religioso y lo
esotérico, los que nunca tendrían eco como pa’ influir en el desenlace que ya
estaba lacrado? además sin posibilidad
de lectura pero sí de rubrica, ¿fueron ellos los que brillaron por su
ausencia cuando el 'Pana' se debatía en los anexos de alcohólicos?, ¿fueron
ellos y ellas quienes hoy lo bendicen,
lo alientan, los que ruegan por su lucidez, pa’ que así el caído se dé más
nítidamente cuenta, a lo quedo reducido?,
¿fueron ellos a llevarle una palabra de aliento en vez de enviarle ahora un
twittazo o un pegote en sus muros del Facebook?, ¿fueron ellos a llevarle un jodido suetercillo pa' que se
quitara los escalofríos del alcohol?, ¿o
arroparlo en aquellos infiernos de los
deliriums tremen donde el enemigo también tiene cuernos?, nada más que se llama
satanás y apesta a azufre, ¿fuero ellos los que en vez de costearle su
recuperación en Monte Fénix o en Oceánica lo dejaron en ese reducto del
infierno a que pagara con lumbre los brindis del tlachicotón?, hoy todo eso ya pasó y por ello aunque taladre, hay que aprender a referirnos al '
El Pana' en pasado y es que así, es la realidad.
Y aquí si cabe
aquello de que uno en gran medida es el forjador de su destino y no siempre el
triunfador, como en esto no lo fue el propio ‘Pana’, él que día y noche cachondeaba
a ese demonio al que nunca venció y hasta lo consintió, el de la divisa de la Obsesión,
que esa fue la que le pegó el chingadazo, la obsesión por confirmar en Las
Ventas, aventura inalcanzable que fue alentada por el grito de ¡Tú puedes
‘Pana’!, ‘Eres la reminiscencia del toreo’, ‘El ultimo romántico de la fiesta’.
Y él se la tragó de un buche. En gran tajada porque nunca supo que en la vida
lo que más vale es la serenidad, la lucidez, esa que te permite valorar los
regalos de la vida como aquel que una
tarde le obsequio un ‘Rey Mago’ y que
debió valorar y no codiciar más.
Foto Alfredo Palomo
¡Pero no!, él
siempre con sus demonios, desde endenantes de esa fecha en que ya se le había acabado la pólvora y no
obstante escucho la voz de la ambición, la que no le hablaba a un torero sino a
la conveniencia de la empresa y con ella
se empalago. Luego se sintió Mercurio sin levantar el vuelo, se engolosino y miro a
la lontananza, a la fantasía, al sueño guajiro, el que pa’ él era obsesivamente
posible y como no, si él era ‘El Brujo
de Apizaco’, nada más que su brújula nunca lo llevaría a Madrid, tan es así, que en una escala menor,
en un cartel menor, en un ruedo menor, con un burel menor, fue reducido a la
menor de las expresiones, aunque las expresiones de humo le sigan diciendo ‘¡Bien
por ti ‘Pana!’ ¡Eres un suertudo al estar vivo!…’
Foto Alfredo Palomo
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